Especial: ¿cómo nace la magia?

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Capítulo especial

¿Cómo nace la magia?

tw- no hay minsung

Lunes 27, julio del 2016

Los mechones de cabello café caían suavemente contra sus hombros y contra el periódico que cubría, a la par con los suspiros que JiSung emitía con melancolía.

—No llores —ordenó con brusquedad su madrina Leela Danford, quien limpiaba la cuchilla de la navaja con el agua de la cocina y lo secaba lentamente con un paño de papel.

—Me pica... —murmuró JiSung mientras llevaba sus manos hacia su irritada calva, clavó sus uñas en su cuero y lo rascó intensamente—, mucho...

Su madrina dejó la cuchilla de la navaja en la isla y fue hacia JiSung para palmearle con fuerza la mano en su cabeza, haciendo que el chico la bajase rápidamente. —No te rasques. Y barre todo antes de que Koyle despierte.

Leela decía que le cortaba el pelo en el verano para que no tuviera calor, pero JiSung no entendía por qué lo hacía también en el invierno.

Fue hacia la alacena bajo la escalera para sacar una escoba y una pala, regresó a la cocina y, con lentitud, recogió el periódico del suelo para envolverlo y lanzarlo al basurero de la cocina, seguido de los pelos sobrantes de la baldosa amarilla que restaban del corte de pelo. En todo ese proceso su cabeza picaba.

No le gustaba tener su cabeza rapada, le hacía sentir más niño de lo que era. Normalmente Koyle (el hijo del medio) le jalaba las orejas porque le parecían muy grandes; otras veces, Karl (el hijo mayor) le escupía en ella porque le parecía gracioso el cómo resbalaba por su nuca, y Kandy (la hija menor), en su inocencia y secundada por sus hermanos, rayaba en su cabeza cada vez que se quedaba dormido en la tierra del patio trasero. Una vez hizo el dibujo de Shin Chan junto al nombre de JiSung, comentando lo parecidos que eran.

—¿Puedo salir hoy a la calle? —consultó JiSung con timidez a Leela, mientras regresaba a la cocina para ayudarla a preparar el desayuno.

—No. Hoy es el cumpleaños de Koyle —respondió ella, a su vez que batía la calara de los huevos en una fuente de forma intensa—. ¿Ordenaste la sala de estar?

—Sí...

—Pone la ropa a lavar.

JiSung asintió y fue esta vez hacia el baño del segundo piso para sacar el cesto de ropa sucia de los hijos de su madrina para poder lavarlos.

Su mañana se pasó en eso; lavó la ropa de ellos y ayudó a preparar el desayuno sorpresa de Koyle para su cumpleaños. A JiSung no le agradaba Koyle, en especial en el verano, porque se tiraba gases en su cama cuando este se convertía en el sofá de la sala de estar. Una vez se lo dijo a Leela, pero ella solamente lo calló y lo mandó a barrer el patio.

Leela no era mala, o no lo suficiente como para dejar a JiSung sin comer y sin dormir. Desde el primer momento en el que él puso un pie en casa de ella (que fue a los meses de nacido) ella le demostró un desprecio a su persona, no lo suficiente como para darle a entender que no le tenía aprecio, pero si como para que JiSung notase que no era hijo de ella. Pero ella era justa, a los ojos de JiSung, cuando Koyle y Karl peleaban, ella siempre golpeaba en el trasero a ambos con su bastón, y consentía a Kandy como la única niña del hogar.

A JiSung no le pegaba con su bastón, o al menos ya había pasado tiempo desde la última vez que lo había hecho. Ahora, él podía mantener conversaciones con Leela, aunque fuese de manera tímida, pero le agradaba que ella le contestase como si fuese un adulto y no un niño de once años.

Han JiSung y la caza del mago [#4]; minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora