Tu perteneces a mi lado

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Me siento loca y a la vez estúpidamente feliz. Siempre había escuchado decir que el primer novio nunca se olvida, y que por lo mismo hay que elegir sabiamente, ahora entiendo a que se referían. Debe ser especial y realmente significativo, alguien con el que verdaderamente te haga sonreír. Son de las pequeñas etapas de la vida que nada más te preocupa.

Cuando regrese a mi casa ese día. Yo ya estaba eufórica. Quería gritarle a todo el mundo lo que acaba de pasar con Josh. Sobre todo, quería decírselo a mi papá, solo espero que no entre en colera aun cuando lo aprecia es muy diferente a ya ser algo más serio.

—¿En qué piensas? —la voz de mi novio me sobresalto.

—En que soy muy feliz, cuando estoy contigo. —le robo un tierno beso al bajar de la camioneta enfrente de mi casa.

—Yo también soy muy feliz. —me deposita un nuevo beso.

Caminamos agarrados de la mano hasta la entrada de mi casa. Sigo muy feliz y no quisiera que este momento acabara.

—Sergio te llevara a casa.

—No quiero irme, no quiero dejarte—me acaricia mi mejilla.

Mi corazón enternece. Es tan lindo, y tan mío. Aun cuando se que dentro de poco se va a ir a Nueva York quiero atesorar los momentos que tengo con el tan íntimamente. Josh pone su frente con la mía.

—No quisiera irme, pero tengo que empezar a empacar.

Hago un mohín como niña de 5 años.

—Mañana ya saldrás de vacaciones y pasare contigo este fin de semana antes de irme. —Josh me toma mis manos y las besa repetidamente.

—Te estaré esperando.

Josh se aleja de mis unos pasos de mi cuando nos posicionamos en el umbral de mi casa. Me da un ultimo beso y se va con Sergio en la camioneta. Se me hace un nudo en la garganta, como si no lo fuera a volver nunca, creo que estoy exagerando y las cosas van a salir muy bien.

Suelto un suspiro y entro a mi casa.

La noche llega y su oscuridad se hace presente en mi cuarto. Ya es algo tarde. Me he quedado leyendo un rato y mensajeando con Josh y con Martin. Ambos me contestan con regularidad solo que Josh le gana un poco. Son las 8:46 pm y muero de hambre. Espero ver que hizo Tita para cenar.

Me pongo una camisa de mi papá, que me encanta por que me llega hasta la rodilla, además de que es sumamente cómoda y sirve muy bien de pijama. Mientras bajo hacia el comedor por las escaletas principales le mando un mensaje a mi padre.

Para: Papá

¿Ya vienes? ¿Te espero para cenar?

Se que tardara unos momentos en contestar, pero la vibración de mi celular me sorprende y hace que mi corazón se lamente un poco.

De: Papá

No cariño, estoy muy retrasado. Llegare cuando estes dormida. Te amo, descansa.

Aun cuando lo esperaba me sigue poniendo nostálgica el no poder verlo tan seguido como quisiera. Pero bueno es algo a lo que me he ido acostumbrando con el tiempo. Estar la mayor del tiempo sola no me ha importado tanto o al menos eso pienso yo.

El timbre de la puerta me sobre salta un poco justo a la mitad de la escalera. ¿Quién será a esta hora? Mi corazón se acelera pensando que a lo mejor es Josh. Sergio sale para atender y creo que no me ha visto. Justo cuando termino de bajar veo a la persona que está en mi casa.

Owen Brooks esta en la puerta de mi casa. ¿Pero que carajos? Viene a gritarme otra vez de seguro.

Termino de bajar las escaleras. Veo que le dice algo a Sergio por que el por instinto voltea a verme, pero no lo deja pasar aún. Un leve sentimiento de miedo me llega a mi cuerpo. Lo conozco y se que aun le hace falta despotricar su rabia contra mí.

—Señorita Kahler la busca un compañero. —Sergio por fin deja pasar a Owen y él sin pena alguna se adentra a mi casa.

Veo fijamente a Owen y si que me sigue poniendo de los nervios.

—Está bien. —Sergio se retira sin hacer más. Y yo me quedo sola con el chico que hasta hace poco me deseaba lo peor.

—Hola Kahler, —me da la expresión que se siente como fuera de lugar, hasta algo desubicado— solo quería pedirte perdón por lo de hace rato. No tenía por qué tratarte así.

Siento como claramente me golpean el estómago. Esperaba todo menos esto.

—Creo que fue muy duro contigo.

—No hay problema, no pasa nada.

—Si pasa. Además, a tu novio no le gusto como te trate. No sabía que tuvieras novio.

Suelto una risa algo irónica.

—Ni yo...

Mi comentario parece que le confunde, pero no me dice nada, sin embargo, prosigue:

—Bueno, de verdad perdóname Kahler fui un idiota. —se acerca a mí y yo me quedo sin aliento—No había visto que eres muy linda.

Me pongo más roja que un tomate bien maduro.

—Gracias Owen, y te repito no hay problema. —doy unos pasitos hacia atrás para alargar nuestra distancia.

—Quisiera invitarte a cenar como muestra de mi sincera disculpa. —camina más pasitos y está muy cerca de mí.

—No es necesario, de veras—intento alejarme un poco pero el escalón de la escalera me lo impide.

—Ínsito y no te acepto un "no" más por respuesta. Cámbiate, mientras te espero aquí.

Pienso un poco, estoy segura de que no es buena idea. 

Gotas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora