Historia de Amor

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—¿Que tal el cine cariño?

—Bien, Josh es muy lindo. 

—¿Lindo?

Trago mi carne de golpe. Como le dije eso a papá.

—Me refiero a que es buen chico—sonrio nerviosa—, amable, caballeroso...

—¿Te gusta?

Vuelvo a tragar, esta vez el agua se atora en mi garganta. Toso un poco y mi padre se levanta para darme unas palmadas en la espalda. Que pregunta tan más personal. Pero si, si me gusta y mucho. 

—¿Ya estas mejor?—me dice mi padre retomando su lugar.

—Si, si. Gracias.—me limpio un poco mis labios.

—Y entonces, ¿te gusta Josh?

Me pongo como la salsa de tomate que esta enfrente de mi. No son cosas que hable con mi padre tan abiertamente, aun cuando no deberia se haber problema. 

—Me parece agradable.—le resto importancia.

Mi papá suelta una carcajada.

—Adalia Kahler, te gusta un chico.—me toma de la mano—No tienes que apenarte cariño, te entiendo. Estas en edad de que te guste un chico—se toma un segundo—, o una chica. Lo que sea que te haga feliz yo nunca te juzgare. 

Mi corazon se rebolotea. Me da un poco de risa como expresa sus emociones tan torpemente mi padre, pero creo que es su forma de decir "te amo sin importar nada"

—Te quiero—le digo tiernamente.

—Yo más princesa.

Arrugo mi nariz a modo de respuesta, adoro que me diga asi.

—Enserio, ¿estarias de acuerdo si me gustaran las chicas?—cuestiono curiosa.

—Si te hace feliz, no tengo por que meterme—dice despreocupado, mientras termina sus verduras.—Jamas juzgare tus gustos, son tus desiciones.

—¡Por eso eres el mejor papá del mundo!—grito emocionada.

Mi padre señala su mejilla. Le doy un beso muy marcado, tanto que lo hace reir.

—Por eso me gusta cenar contigo. 

—A mi más, lastima que no puedes hacerlo diario.

—Es el trabajo, sabes que tu eres mas importante que todo lo demas. 

—Lo sé.

Terminamos de cenar y Tita recoge la mesa para lavar y guardar todo en su lugar como a ella le gusta. Y entonces recuerdo algo importante.

—¿Te has tomado tu pastilla?—le pregunto a mi papá preocupada.

—Claro.....—se queda pensativo—que no. Se me olvido.

Pongo mi cara furiosa en segundos.

—Recuerda que es importante antes de que cenes. —me paro para buscar su pastillero, estan en la bolsa de su saco. Me tardo unos segundos y no lo encuentro—¿la tienes donde siempre?

—Cariño...—me dice pero no me volteo para verlo, sigo urgando en su saco.

—Querida...—me dice Tita.

Ruedo los ojos y por fin volteo. Mi papá tiene su pastilla en la lengua, me guiña un ojo y luego toma agua para pasarla. Me cara de frustracion se hace precente.

—Escondiste tu pastillero—cuestiono irritada.

—No, solo lo cambie de lugar para no olvidarla.

Gotas de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora