2. Paddock

49 5 0
                                    

        Sin editar.


El comienzo de una nueva experiencia que antes no pudimos disfrutar es valiosa, ya que se empieza un nuevo capitulo que ignorábamos en nuestras vidas . 


Carlos me había ayudado a subir y sentarme con facilidad en el monoplaza de fórmula uno, los pedales no llegaban a mis pies, el asiento era cómodo pero no ajustado como el que yo usaba, el monoplaza tenía sus medidas a favor de su piloto, aún así, era asombroso.

Vazquez era tan amable conmigo que apenas me vio me saludo con confianza y me felicitó por la carrera de ayer, cuando me ofreció poder entrar no pude declinar, no muchos podían... bueno, no cualquiera se sienta en un plaza Ferrari.

Carlos es un piloto merecedor de mirar y analizar con tan solo 25 años, su competitividad era agresiva, tomaba decisiones en momentos de incertidumbre y era rápido a la hora de competir, lo cual puede ser ventaja o desventaja para el equipo a la hora de hacer estrategias.

 Miré hacia abajo, si me hecho más adelante toco los pedales pero, quedo mal en el asiento.

. —No somos de la misma contextura—dijo Carlos al verme examinar el monoplaza—si lo ponemos a tu medida de seguro podrás estar más cómoda—me hablaba con un acento muy marcado, el acento español era uno de mis favoritos y escucharlo de él era gratificante.

. —Puede ser, por cierto, compruebas mi teoría de que no todos los europeos... ya sabes—arrugue mi nariz, luego sonreí al momento que él empezó a reír—lo siento, no lo pensé.

Estando en varios lugares de entrenamiento y competencias, había tenido la incómoda experiencia de oler el fuerte olor corporal de ciertas personas, tome en cuenta que se debía por el clima frió o no les gustaba usar desodorante.

. —Que va, no te preocupes por ello, sabes, no eres la primera persona que lo menciona—noté como de manera disimulada giró su rostro hacia su hombro, volví a reír—en Latinoamérica lo mencionan mucho, es cuestión de cual desodorante se usa.

. —Concuerdo.

. —No te confíes—se acercó a mí y bajó la voz—por aquí podría haber... ya sabes.

Reí ante la advertencia.

. —Andaré sin respirar profundo por si acaso—miré frente a mí y enfoqué el volante, quería ponerlo para tener toda la experiencia completa, cuando estiré mi brazo hacia el, uno de los ingenieros lo tomó con rapidez y recelo, una sensación desagradable de vergüenza me invadió—He, ella sabe cómo funciona uno y no creo que no vaya a estropearlo—Carlos miró al ingeniero que sostenía el volante, su rostro lucía confuso ante el comportamiento del señor.

. —Este...Es que debo verificar algo—dijo y se volteó dándonos la espalda.

Fruncí mis labios y con la dignidad que me quedaba intente salir del monoplaza sin parecer torpe, ese gesto por parte del ingeniero me hizo sentir novata y turista. No haría nada malo y ya había visto como celebridades entraban al monoplaza y hasta podían tocar el volante, no vi malas caras en esos momentos. Me quedé sin habla por la pena.

Carlos sostuvo mi mano mientras yo me aseguraba de pisar bien.

. —Perdona ese comportamiento, de verdad no se qué le pasa.

. —No te preocupes. —reí sin ánimo para disimular el ambiente.

Ya estable en el suelo miré el hermoso monoplaza de Ferrari, luego miré a Carlos que hablaba algo con el que creo que es su representante, apreté mis dedos sin saber que hacer ahora ahí, pasee la mirada por los alrededores buscando a mi manager para saber que debía de hacer o a donde podría ir. Con paso leve empecé a alejarme, será buena idea que salga y dé espacio.

GP En FUEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora