En las madrugadas nuestras almas se sinceran, piensa en aquello que nos dio amor, en aquello que ya no está en nuestras vidas y que su recuerdo aun duele.
Mi entrenadora tiraba con fuerza de la banda que rodeaba mi cabeza, mientras que yo apretaba mis puños para poder mantener mi postura ante la fuerza.
Desde que llegue a Australia me había centrado con determinación hacia mis entrenamientos, no me podía dar el lujo de flojear ni bajar la intensidad. Los entrenamientos habían aumentado su nivel de repetición y peso a un paso aceptable para adaptarme a ello.
Corría todas las madrugadas, saltaba la cuerda con más rapidez, hacia pesas y las mantenía, entrenaba con simuladores de fórmula uno mientras el equipo simulaba la fuerza G en mi cuerpo.
La fuerza aflojó y mantuve mi posición.
. —Buen trabajo, terminamos por hoy—dijo mi entrenadora, Triz, me dejé caer completamente en el suelo, junte mis piernas al igual que mis brazos a mi costado con las palmas hacia arriba, empecé a respirar con calma a pesar que mi corazón estaba agitado. Aún sentía energía para continuar pero mi cuerpo tiene su límite.
A lo lejos escuchaba las notificaciones de mi celular, no me molestaba en contestar mensajes que no fueran de mi familia o de Triz contactándome para entrenar, no tenía tiempo para distracciones, ni para compartir con mis compañeras de equipo,
Mi tiempo libre lo utilizaba para dormir, descansar y comer. Lo demás era enfocado en mi bienestar.
No iba a permitir ponerme de segunda de nuevo.
A lo lejos distinguí el sonido de tacones, no abrí los ojos ni me moví, el sonido se detuvo cuando estuvo cerca de mí.
. — ¿Sabes cuantas veces te he estado llamando?—el tono de voz de Amanda era entre molesto e incrédulo.
. —En realidad no.
. —Si te llamo debes responder, si te envió un mensaje debes responder, en cada momento necesito que conteste.
. —Cuando entreno no contestaré ni un mensaje, yo tengo mis prioridades, en vez de estar llama y llama, podes venir y decirme que necesitas.
Bufé y me senté mirándola seria, no me sentía de humor para que me regañaran.
. —Como sea—me miró por unos minutos, yo estaba sudada y pegajosa, por el contrario ella estaba perfumada y bien arreglada.—Ya tengo los pases de Ferrari, ya publicaron las fotos de promoción que te tomaron hace un par de días, por lo que el dinero correspondiente debe de estar en tu cuenta bancaria, necesito diez autógrafos tuyos para hoy mismo—habló con rapidez y puso frente a mí un marcador, gorras y franelas de Art para firmar. No me había percatado que las traía encima.
Firmé todo como había estado practicando últimamente sin chistar, esto era parte del contrato, cuando termine le entregue todo, ella lo tomó conforme.
. —Pensé que estarías viendo la carrera.
La carrera...no la recordaba.
. —Si, en unos minutos, tal vez—miré el reloj en mi muñeca, llevaban como cinco minutos de haber empezado. —¿Necesitas algo más?—mi tono bajó al empezar a sentirme cansada.
. —Nada más, ya te dije lo que debía decirte, tranquila, nos vemos mañana para cumplir con la agenda, no vemos, Cat.
. —Bay.
A penas se fue Amanda me levante con rapidez a buscar el control del la tv que había en la sala de gym, al conseguirlo no tarde en poner la carrera.
Los resultados de ayer y de las pruebas habían sido buenos para Ferrari, Charles había tenido una buena posición aunque con la penalización quedó diez puestos a bajo, busque su posición e iba subiendo de buena manera.
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GP En FUEGO
RomanceCatherine W es una corredora de F1 Academy/ en el equipo Art. Quiere demostrarles a todos que las carreras de F1 no son solo para hombres y que no importa el comienzo humilde, el futuro será prospero. Mostrará su valor y el orgullo de llevar com...