Capítulo 4. Ojos cerrados

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Si sabes cual es tu camino, no necesitas ver los que no son, evita distraerte de tu meta.


--Cruza a la izquierda y haz cambio--presionando los cambios mientras cruzaba iba imaginando la pista,  al guiarme  del sonido lograba identificar en qué parte del circuito iba--mantente en línea...ahora vuelve a cruzar a la izquierda con primera--seguía la voz de mi papá el cual me indicaba lo que debía de hacer mientras conducía en el simulador que tenia en mi cuarto.--Este juego tiene nuevas mejoras, me gustan los gráficos--comentaba mi papá mientras yo seguía conduciendo con los ojos cerrados, a pesar que me sabía los circuitos de memoria me gustaba compartir tiempo con mis  padres.

Esta vez habíamos elegido el circuito de Mónaco, era complicado por lo que no había logrado domar todas las vueltas con buena velocidad o a la que yo quería llegar.

Mi mamá estaba en mi cama viendo  videos en su teléfono hablándonos cada tanto sobre alguna noticia relacionada a lo que pasaba en Venezuela,  y mi papa estaba sentado a mi lado dándome instrucciones. Cada vez que iba por la recta presionaba al fondo el acelerador y soltaba antes de alguna curva intentado  domar esas curvas. 

Esto me hacía extrañar más competir.

--Dale con calma, que si chocas me toca a mí--sonreí de lado y me detuve, abrí los ojos mirando el juego en espera. Quería más que esto.

--Tu turno, quiero ver que tanto domas ese circuito callejero--le dije a mi papá mientras me levantaba e intercambiamos puestos, a mi papá le encantaba pasar rato en el simulador e informarse de lo pasa en el mundo de las carreras. Eso me gustaba porque siempre teníamos algún tema de que hablar, hasta creamos estrategias juntos gracias a su interés--¿cerraras los ojos?

--Nop,  aun es muy profundo para mí--me reí junto a mi papá--Voy a poner para competir con otros más bien--asentí dejando que invitara a otras personas al circuito.

--No pierdas, recuerda que estás conectado con mi usuario--esperé respuesta de su parte pero mi papá ya tenía los auriculares puesto y estaba  centrado en lo que hacía,  lo miré con los ojos entrecerrados, cómo había conectado los auriculares tan rápido.

Tomé mi teléfono sin querer usarlo en realidad, miré la pantalla apagada soltando un largo suspiro, miré de nuevo la pantalla del simulador donde mostraba el monoplaza correr por el Gp junto a otros monoplazas con diseño de varias Scuderias. Papá iba de quinto.

Quería conducir un fórmula uno en la vida real y no a través de un juego. Desvié ahora la mirada a la carátula del videojuego que recien habia comprado mi papá en la último gran premio que  asistimos, me centré en Biancheri que estaba justo al medio de la portada con su traje rojo de Ferrari. 

No tenía ninguna comunicación con él desde la ¨carrera de kart¨ de la vez pasada. Ferrari se comunicaba con Amanda en ocasiones necesarias pero en ninguna conversación con ellos nombraban alguna invitación de probar su simulador, aunque sea el de la temporada pasada. A demás ese era otro motivo por el cual quería volver pronto a competir, sentía miedo de perder el patrocinio de la scuderia Ferrari. 

Mire ahora la imagen de Mick con el traje negro de Mercedes, él y yo  aún hablamos por mensaje pero por breves momentos sin tantos detalles, solo el cómo nos encontramos, algunos viajes y hasta algunos comentarios de su agenda, todo era sin ningún cambio radical de emociones, tampoco quise sobrepensar lo que pasó entre nosotros hace tres días, admito que se sintió bien... muy bien, pero no quería enfocarme en eso, mi yo entero se sentía frustrado ahora  por no correr y por no poder tener aún la oportunidad de conducir como es debido en la fórmula uno. Enfoqué el logo de Mercedes en aquella portada y una idea fugaz me cruzó por la mente, sin perder tiempo me levanté viendo por última vez los logos de Mercedes, Ferrari y Toro Rojo.

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