Sol Y Luna - Venganza Y Sangre ✔️

CAPÍTULO 18

11 años atrás. 6 años Freya

—Abre la boca, Freya, di AH —dice mi papi dandome la comida en avioncitos.

—¡Ahh! —me como mi comida bien sabrosa.

—¡Muy bien cariño!, ahora es la parte del hígado —dice sonriente mi papi.

Frunzo el ceño, no quiero hígado, es muy maluco, me provoca una sensación rara en la garganta, como si algo quisiera salir de mi, mi papi dice que se llama vomitar, y se siente feo.

—No quiero hígado —cruzo mis brazos.

—Vamos, cariño, solo un poco —me sonríe.

—Papi, eso es muy maluco, no guta.

—Pero es muy bueno, y te da mucha fuerza, ¿si?

No me convence, la otra vez me dijo lo mismo y luego me mando a dormir, y no me dio fuerza.

—Bueno... —abro la boca y mete el pequeño pedazo de hígado en ella.

—Eso es, buena niña —se levanta de su silla y va hacia la nevera. Aún lo tengo en mi boquita, intento tragarlo, pero es muy malucoo, lo escupo en el plato, ¡uyy, que asco! No veo que hacer con eso y se me ocurre algo.

Lo veo fijamente y luego de imaginarme como quiero que desaparezca, se prende en fuego. Mi papi viene rápidamente y me baja de mi asiento, he intentada apagar las llamas.

—¡Por dios, Freya! ¿como pasó esto?

—¡Papi, papi, hice fuego! —digo emocionada.

Logra apagar parte de el mantel de la mesa que rápidamente empezó a prenderse cuando queme todo lo que había en el plato.

Mi padre respira profundamente y luego me ve a los ojos, se ve comprensión en ellos, y no sé porqué. Me coje en sus brazos y me abraza muy fuerte.

—Tú no lo hiciste, ¿de acuerdo cariño? Nadie puede saberlo, si alguien te pregunta que paso, tu dirás que había una vela en la mesa y que se calló, ¿de acuerdo? ¿que es lo que dirás?

—Había una vela en la mesa y se calló —digo frunciendo el ceño, no me gusta mentir.

Posa sus dos dedos en mi ceño y hace que los afloje, para luego ponerlos en la esquina de mis labio y formarme una sonrisa.

—Esa es mi niña —dice con una gran sonrisa, y no puedo mas ahora que sonreír enserio, porque amo cuando mi papi esta feliz.

8 años Freya

Voy por los jardines de la gran propiedad de mi padre, corro a tráves de ellos con sus arboles de uva sintiendo como me pega la brisa en la cara, se siente refrescante, se siente maravilloso.

Sigo corriendo y jugando a través de ellos, veo una mariposa y me pongo a seguirla, es muy bonita, tiene de color purpura con negro.

La sigo persiguiendo, saltando sobre las rocas que se atraviesan en mi camino, mas de una vez me caigo y me hago un pequeño raspon, pero no me detengo y la sigo.

Veo que se detiene en las pequeñas plantas de uva que están creciendo, no están lo suficientemente grandes para cargar. Se posa en ella y voy acercandome poco a poco para atraparla. La quiero.

Cuando estoy a punto de atraparla emprende el vuelo muy rápido, me pongo un poco triste, la queria mucho, queria que fuera mi amiga.

Me pongo a detallar la planta y veo que le falta vida, se ve muy recaída y pequeña, quisiera que fuera grande y fuerte y llena de vida, la tocó y la acarició.