CAPÍTULO 23

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Aaron

La oscuridad se cernie sobre los pasillos más bajos de este palacio. Por aquí se podían escuchar los chirriantes sonidos de las ratas pasarte por un lado. No me afectaba para nada, pero que Freya estuviera por aquí eso era lo que me jodia.

Como un imán atrayendo a otro, no había perdido el tiempo en seguirla cuando los guardias se la llevaron. Nadie había reparado en mi al traer puesto un traje de un inútil guardia que andaba con la guarda baja.

Los guardias pararon en la puerta negra que descendía a todos los calabozos llevando a Freya agarrada de sus dos brazos.

Me camufle en medio de la oscuridad del lugar, siempre había sido mi amiga y aún me servía para esconderme.

De repente, otro con pasos agresivos empezó a acercarse a ellos con un golpe en su frente y sangre seca por su cara, sus ojos detonaban ira hacia Freya, y ella al posar la mirada en él, se tensó.

Uno de los guardias se sumergió dentro de la puerta negra arrastrando a Freya, mientras el otro quedaba con el que había llegado.

El guardia que había llegado emitió un gruñido en su garganta que hizo eco por todo el pasillo mientras se acercaba al otro agarrandolo por un brazo para empezar a hablarle.

—Esa perra obtendrá su merecido —escupió con furia señalando por donde se había ido Freya mientras el otro fruncia el ceño en confusión.

La ira refurjio como un torrente en todo mi cuerpo al referirse a ella de tal forma.

Ese guardia se esta cavando su propia tumba.

—¿De qué estás hablando? ¿Y que te pasó en la cara? —respondió el otro inservible y bruto guardia.

—Estoy hablando de que aquella mocosa me a dado una paliza y no se va a quedar así. ¡Me a dejado tirado en los baños!

No pude evitar esbozar una sonrisa en mis labios.

La pequeña es agresiva.

—Pero no pode...

—Ve por los Cynthyaks.

—Pero...

—¡Ahora! —rugio el guardia mientras el otro salía disparado en busca por los malditos falsos.

Salí de entre las sombras para hacer presencia delante del flacucho guardia que tenia ante mi.

Me observó y no mostró miedo ni señal alguna de sentirse en peligro. Estaba con traje de guardia. Pero al momento de verme avanzar a paso lento amanazadoramente hacía su dirección su porte empezó a ponerse tenso.

—¿Que te mandaron a hacer por aquí, eh? —preguntó firme. No respondí y seguí dando paso por paso, como un león a punto de destripar a su presa.

El único sonido del lugar eran mis botas al pisar el suelo a paso lento.

El guardia tomó una brusca inhalada de aire mientras se ponía más firme y habló:

—Si no tienes nada que hacer aquí es mejor que te retires ahora.

Ohh, créeme que tengo una buena razón para estar aquí.

Las distancias se estaban cortando ya y en un sólo movimiento, sacó su espada y a puntó a dirección a mi cuello pero sin tocarlo.

Mis pasos se detuvieron mientras él no bajaba su espada. Escrudriñe su porte y su rostro, era por mucho más bajo que yo, y aunque era más alto que Freya, si ella pudo con él, yo nisiquiera tendría que hacer mucho esfuerzo para acabarlo en un dos por tres.

Sol Y Luna - Venganza Y Sangre ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora