Sol Y Luna - Venganza Y Sangre ✔️

CAPÍTULO 17

"Resurgirá quién eres en verdad"

Cómo flaskback esas palabras aparecen de la nada en mi cabeza haciendome recordar a la persona quién las dijo y todo lo que implica ellas. En el momento que aparecieron un escalofrío me recorrió todo el cuerpo haciendo que cerrará los ojos con fuerza para disiparlo.

Sólo faltaban algunos minutos para que la imponente doble puerta de un color negro se abriera e iniciará lo que podría llamar "la masacre" sé que esto no va a terminar bien porque para poder salir de está diez mágicos deberán morir, pero haré todo lo posible por no ser una de ellos. Han pasado cosas extrañas en mí, pero para lo que en mi concierne no tengo nada especial, excepto lo que pasó con los lobos, cosa, que ignoró completamente, y lo que me dio Seriel que no se podría llamar mío, así que por ahora no tengo nada más que todos los años en clases de defensa personal con los mejores den sus frutos.

No te decepcionaré papá.

Mi mano baja instintivamente para tocar mi daga y al momento de sentir sólo el vacío me doy cuenta que la última vez que la tuve fue en la sala del trono. Debieron quitarmela. A cada uno de aquí le dieron un arma así sea espada, arco, navaja, daga, nada de pistolas. Aunque ellos tengan lo que sea que posean de magia, no las necesitan tanto como yo, cosa que me pone en mucha desventaja. No sólo es sobrevivir, es ser la mejor. Debo serlo.

"Freya..."

Una voz susurra en mis pensamientos.

"¿Aaron?"

Sin poder evitarlo mi corazón empieza a pegar contra mi pecho una y otra vez muy fuerte. No había querido pensar en él por todo lo que estaba pasando y lo confundido que debía quedar al yo querer entrar en los juegos. No quería tener que enfrentarme a su expresión de: no me toques mis huevos con su rostro de completo cabreo, pero ahora lo único que estaba produciendo ese idiota en mí es querer verlo.

"¿En dónde estás?" preguntó intentando que no se note la urgencia de saber.

Empiezo a mirar a todos los que están aquí pero no lo veo en ninguna parte.

"Ve al fondo de la habitación".

Miró hacía todos lados notando que no hay guardias dentro.

Emprendo mi caminó hacia allí pero una mano fuerte sujeta mi brazo impidiendo ir.

—¿A dónde vas? —un Erick con signos de confusión clavados en mí pregunta.

—No te preocupes, ahora vuelvo —intento que no se preocupé.

—Ya va a iniciar.

—Faltan algunos minutos. No me tardo —me safó de su agarre yendome a paso apresurado al lugar que me indicó Aaron.

Al llegar no veo a nadie lo que hace que arruge el ceño en confusión y force mis ojos para ver mejor. Aquí la luz de las antorchas no llega con tanta intensidad lo que hace que está parte esté desolada, reinando más la oscuridad.

De repente siento unas manos en mis hombros detrás de mí e instintivamente mi mano pasa a mis muslo para agarrar la daga recibiendome el vacío. Gruño frustrada, enserio no tenerla me molesta tanto.

Me da la vuelta pegándome de la pared, al verlo a los ojos y observar ese azul intenso, profundo, con su mirada como si escudriñará cada parte mí se me corta la respiración.

—¿Estabas buscando algo? —sube su mano mostrando mi daga en ella. Su voz ronca, varonil, muy varonil, me hace percatarme de lo cerca que estamos el uno del otro.

—Nos podrán ver —recuerdo intentando ver hacía los demás pero no me lo permite con su gran cuerpo interponiendose.

—Tranquila, todo quién vea hacía aquí sólo verá oscuridad. Puedo hacer que vean lo que yo quiero en su mente.