CAPÍTULO 16

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La poca escasez de luz predomina en este lugar y conforme seguimos avanzando pareciera que cada vez se torna más oscuro. El incesante dolor en mi brazo derecho por el firme y doloroso agarre que el guardia ejerce en mí está llegando a un punto en el que me cansa por completo, no obstante, me mantengo en silencio por el simple hecho de que la escasez de luz hace que tenga que forzar mis ojos para poder notar por donde voy, algo que a ellos parece no afectarles para nada. Supongo que pueden ver en la oscuridad.

—¿A dónde me lleva? No logro ver nada.

No dice nada lo que hace que me resigné al hablar. Tonto guardia.

De un momento a otro nos detenemos pero me es imposible detallar el lugar lo que hace que me mantenga alerta a cualquier ruido que pueda escuchar.

Escucho como parece que toma algo en su mano y lo gira.

Una puerta se abre. La luz de las antorchas de adentro permitiendome ver.

—Entra —ordena mientras me da un empujón hacia adentro lo que hace que me tropiece al entrar. Escucho como cierra la puerta con un chirriante sonido.

En el momento en el que estoy adentro dos mujeres me agarran por ambos brazos empezando a adentrarme más en... nisiquiera sé que es esté lugar.

—Puedo caminar sola, ¿lo sabían? —digo algo borde al ya estar cansada que me lleven como muñequita de trapo.

No me prestan atención y siguen como si nada. Lo que me faltaba.

Llegamos a un lugar en el que tienen a algunas mujeres bañandolas agresivamente en tinas. Por la expresión en sus rotros puedo ver que no están a gusto con ello.

Me dirigen hacia una bañera para luego al estar frente ella empezar a arrancarme el vestido. La tela va rompiendose a pedazos conforme sus manos van jalandolo, desprendiendose mientras yo sólo puedo ver con cara de horror.

—¡Hey! ¡¿qué hacen?! ¡soy totalmente capas de hacerlo por mi misma! ¡Hey! —exclamo intentando que paren pero siguen arrancandolo dejándolo en solo jirones de tela colgando de mí. Da una arrancada más y estoy completamente al descubierto a excepción de mis bragas. Me las pagaran.

Un nudo se forma en mi garganta al ver los trozos de tela tirados en el sucio suelo.

Vuelven a jalarme introduciendome a la bañera en un santiamén haciendo que ahogue un grito al sumergirme por completo en la fría y congelada agua.

—¡¿Pero usted es estúpida?! ¡¿Qué es lo que le pasa?! —exclamó pero mi voz sale algo ronca y tosiendo por haber agarrado aire de golpe.

—Es mejor que no luches contra ello, porqué será peor.

¿Quién dijo eso?

El sonido de unos tacones acercándose me pone a ver hacía ambos lados para lograr averiguar de donde proviene el sonido. Mientras las mujeres restriegán contra mi piel la rasposa esponja dejando enrojecida la zona por donde pasa.

Mujeres con trajes del servicio del palacio pasan de aquí para allá con prisa con lo que tengan que hacer, pero, todas ellas parecen darle un espacio a la mujer que entra en mi campo de visión. Vestida con traje negro ceñido a su curbilinio cuerpo, con un escote en v. Su cabello cae en ondas en su hombro derecho de un color cobrizo fuego. Sus rasgos un poco añiñados pero fuertes, hacen que me resulte familiar de algún lugar pero mi mente está tan contraída que no logro hayar de dónde.

—Sorprendente esté lugar, ¿no, Freya? —dice pausadamente remarcando mi nombre en sus labios.

—¿Cómo sabes mi nombre? —mi ceño se frunce ligeramente.

Sol Y Luna - Venganza Y Sangre ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora