CAPÍTULO 23

6 4 3
                                    

Moon Knight y Abigail Boylen aka Cloud 9 se movilizaban sobre el frondoso bosque de abetos que cubría el 50% del territorio de Luth, de hecho, casí todo el territorio permanecía inexplorado y solo unas pocas ciudades se habían construido antes de la Guerra, la ciudad más grande de todas era Mondong, de la cual se calculaba que poseyó una población de más de 4 millones de personas en tiempos de paz, en tiempos de guerra, ahora poseía una población de 1 millón y medio. 

—¿Sabes? Estoy comenzando a creer que perdemos el tiempo— dijo Abigail a Moon Knight quien la ayudaba a trepar una pared.

—¿Por que lo dices?— pregunto el enmascarado, quien tomo su brazo y la elevo unos metros sobre el aire hasta que pudo trepar correctamente.

—Porque la Guerra sigue y parece que no se va a detener, no quiero sonar pesimista, pero esta guerra me lo quito todo.

Los dos se detuvieron un momento.

—¿Acaso crees que detener una guerra sería un tarea sencilla e inmediata? Debemos seguir avanzando, llegar a la base debe ser nuestra máxima prioridad.

—¿Que no entiendes? ¡El planeta se consume cada vez más en la destrucción total y no parece que ninguno de los líderes mundiales vaya a detener el envió de tropas enemigas! ¡No veo ninguna luz al amanecer, no veo nada de esperanza, solo veo que mañana será otro día más en el que tendremos que escabullirnos en las trincheras y combatir en el campo de batalla!

—Que no veas una luz al amanecer no significa que no la habrá. Este planeta tendrá un futuro, de eso te puedo asegurar. 

—¿Cómo sabes eso?— pregunto ella, viendo las cuencas azules resplandecientes de la mascara que cubría su rostro.

—Porque Kent Nelson esta aquí, y el nunca se ha equivocado en sus predicciones. Y si, se que no confiarías la esperanza de tu mundo en dos locos vestidos con capas y mascaras. Pero, si de algo estoy seguro, es que este también es mi hogar, y cuando acabe esta guerra, quiero compartirlo con alguien.

Abby se levanto, con un poco de esperanza en su interior, sonrió levemente al Caballero Lunar.

Los dos siguieron la caminata, al llegar a la base, los soldados los recibieron y rápidamente resguardaron la base y patrullaron las zonas aledañas a esta en búsqueda de cualquier rastro de tropas enemigas. Todos los soldados veían a Moon Knight con respeto y algunos con miedo, debido a todas las brutales leyendas que se contaban sobre el. Sobre como era capaz de acabar con cientos de enemigos el solo con sus propias manos.

—Muy bien, ahora que ustedes están en la base Kilo como lo estipulamos con el Cuartel General, los pondremos al tanto. Las tropas de Bushman han avanzando por los pueblos de Handong y Fujimura. Si permitimos que avancen hasta la ciudad de Mondong, no habrá fuerza posible sobre Joyland que los detenga. Les tendremos un ataque sorpresa por Helicóptero. 

—Las Guerrillas de Bushman avanzan de noche, en el día se esconden en la profundidad de la jungla y las cuevas cercanas a las montañas y la sierra de Muramasa. Es mejor atacarlos a esta hora de la noche— comentó Moon Knight. 

Nadie en la sala decidió cuestionarlo, debido a que ninguno de ahí tenía experiencia lidiando con Bushman y su ejercito más que el enmascarado de capucha blanca, y la piloto/francotiradora que lo acompañaba desde hace unas horas. 

—Aun esperamos la llegada de la Compañía Ocho para el ataque— contestó uno de los generales de la base.

—¿Cuánto tardaran en llegar?

—Unas dos horas.

—Entonces tendremos tiempo suficiente, pero el ataque debe ser antes del amanecer si queremos tener alguna ventaja contra las tropas de Bushman. 

MOON KNIGHT: SHADOWLANDSWhere stories live. Discover now