North Clan

Capitulo 27. Distinta

JADE

Despierto algo alterada sin saber bien donde estoy o que ha pasado. Un dolor intenso me mortifica la cabeza, espalda y piernas.

Miro hacia la derecha y encuentro a Will totalmente dormido en un sillón justo al lado de la cama.

De pronto recuerdo todo de manera borrosa como si fuese sido un sueño, aunque esta vez sé que ha sido totalmente real.

Intento incorporarme un poco en la cama haciendo que el dolor en mis huesos se vuelva mas fuerte y un pequeño gemido sale de mi despertando a Will.

-Siento despertarte- le digo algo avergonzada.

Este se frota los ojos cansado y me mira directamente a los ojos, de pronto pone cara de sorprendido.

-¿que ocurre?- le digo preocupada.

-estas...distinta...- ¿que? intento levantarme de la cama y de nuevo ese maldito dolor me atormenta.- no te levantes aún, has pasado una mala noche.-

-Me da igual quiero verme- Will apoya sus manos en mis hombros para tumbarme de nuevo en la cama.

-Te traeré un espejo.- asiento nerviosa, ni en mis peores sueños pensé que esto sería tan doloroso.

Will me tiende un pequeño espejo, cierro por un momento los ojos antes de mirarme y tomo aire profundamente.

Pongo el espejo justo delante de mi, abro mis ojos y lo que veo me deja totalmente sorprendida.

Mis ojos lucen mas grandes y de un verde aún mas claro, mis labios parecen mas jugosos y suaves de un color rosado, los pómulos están sonrojados de una forma sutil y perfecta, mi piel es tersa y suave como la de un bebé.

Aparto un mechón de mi cabello oscuro y doy un pequeño gemido cuando mis dedos tocan mi oreja ahora puntiaguda, las miro en el espejo asombrada y caigo en la cuenta de que son como la de las hadas.

-esta...esta no soy yo...-digo en un susurro, aparto la mirada del espejo y lo dejo encima de la cama. ¿Como puede ser posible que haya cambiado tanto?

-Eh...mírame...-miro a Will y este pone sus manos en mis mejillas.- Sigues siendo tu Jade....solo que ahora también eres valquiria. Además déjame decirte que estás aún mas hermosa si es posible.- rió ante su comentario, la forma en la que Will dice las cosas sin importarle nada en absoluto, es lo que mas me gusta.

De pronto pienso en Dylan, me duele que no este aquí conmigo, pero en cierto modo ya no me siento sola. Miro a Will el cual se levanta del sillón.

-Voy a desayunar algo, le diré a Anabelle que te traiga la comida a aquí. Y no te levantes aún tu solo...descansa- asiento agradecida de que se preocupe tanto por mí. Miro a Will marcharse y de nuevo la sensación de soledad me envuelve.

Pasan cinco minutos y no aguanto estar mas tiempo en la cama. Siento como mi cuerpo se ha relajado y ya prácticamente no duele nada, asi que me levanto con cuidado y me visto.

Voy al baño y comienzo a peinar mi cabello, cuando Anabelle entra en la habitación junto con Lyz.

-¿Jade?- me llama Anabelle.

-Un segundo...- me doy un último vistazo y salgo del baño.

Lyz y Anabelle me miran con la boca abierta como si no pudiesen creer que esta soy yo.

-lo sé, solo...no digáis nada.- ambas asienten.

-Te traje el desayuno-miro hacia la mesilla y veo una bandeja de plata con un zumo de naranja, un café caliente y un bollo de crema.

Sin saber porque, al ver toda esa comida, siento asco y al momento retrocedo.

-No tengo hambre Anabelle, te lo agradezco.

-Pero cielo tienes que comer algo-

-es que...no...puedo ni quiero.-Anabelle suspira y recoge la bandeja.

-¿Ha llamado Dylan? ¿Sabéis algo de él?

-Llamó esta mañana temprano, le explique lo que sucedía y dijo que llamaría mas tarde...Parecía preocupado.- Miro a Lyz y esta parece decaída y sin ánimos. Y sé que es por el mismo motivo que yo, por que su mate no está.

Asiento sin decir nada y Anabelle se marcha, dejándonos a Lyz y a mi a solas.

-¿Sabes que? podríamos hacer algo para despejarnos y no estar todo el día pensando en si ellos estarán bien o no.- Lyz me sonríe agradecida.

-¿que has pensado?- 

-Verás el otro día tuve un sueño extraño, en el estaba yo de pequeña con mi padre en mi antigua casa, a la cual llegó una mujer bastante parecida a mi, demasiado diría yo y resulta que creo que es mi madre...-Lyz me mira confusa- el caso es que esta me dió un colgante y quiero recuperarlo ya que creo que es importante.-

-¿Eres consciente de que puede que solo sea un sueño?- miro a Lyz y asiento.

-si, pero algo dentro de mi dice que no es un simple sueño que se trata de un recuerdo.-Lyz asiente y me mira alzando una ceja.

-¿y que quieres hacer?¿tienes idea de donde puede estar?-

-El único lugar donde creo que puede estar es en mi antigua casa.-

-¿Quieres ir a tu antiguo clan? ¿Y como sé que no tramas algo para huir?-miro a Lyz incrédula.

-Lyz ya no tengo razones para huir, créeme. Solo quiero saber la verdad sobre mi, dejar de creer una mentira.

-esta bien, iré contigo, pero llevaremos a algún guardia.- le sonrió y asiento sin poner ningún obstáculo.- Iré a cambiarme, esperame abajo.-

Salgo de la habitación, aún me cuesta caminar sin que me duela un poco el cuerpo, pero es soportable.  Paso por la puerta del despacho de Dylan y me paro en seco, aún puedo oler su aroma de una manera intensa y enloquecedora. Poso la mano en el picaporte de la puerta, doy un leve suspiro y entro cuidadosamente con los ojos cerrados, esperando como una tonta que Dylan este sentado en su sillón con cara de cansancio y el pelo alborotado. Abro los ojos lentamente y aunque ya sabía que él no estaría ahí, la desilusión es tan grande que casi siento ganas de llorar.

Me recompongo como puedo y me dirijo a su escritorio pasando los dedos por encima de la madera, dejando que su olor me invada poco a poco.

De repente el teléfono suena, dudo por un momento, pero al final descuelgo el auricular.

-¿Si?-

-Jade...-mi corazón da un vuelco e instantáneamente lágrimas caen de mis ojos. Su voz suena cansada y algo ronca pero aun así sigue teniendo la voz mas sensual que jamás haya oído.  Sin entender por qué me siento culpable.

-Dylan...