Capitulo 4. El alfa

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JADE.

Me despierto poco a poco, no abro los ojos ya que la claridad de la habitación me molesta, los voy adaptando y veo con sorpresa que no es mi habitación donde me encuentro. Estoy en una habitación mucho mas amplia, las paredes son de un gris oscuro y el suelo de madera tambien del mismo color. Estoy acostada en una cama enorme con dosel, debajo de esta hay una alfombra blanca. En una de las paredes hay un gran ventanal cuyas vistas son fantásticas, no puedo resistirme a levantarme y dirigirme hacia ella. La habitación esta en un lugar alto pues desde esta se ve todo un bosque cubierto por un manto blanco y un poco mas a lo lejor puedo ver el mar. Dios mio ¿donde estoy? lo último que recuerdo es el bosque donde he pasado toda mi niñez pero este... este no es mi hogar, aqui esta todo nevado y el bosque es mucho mas inmenso. Me siento frustrada y tengo miedo ¿me han secuestrado? De repente capto ese olor que me vuelve loca, me doy la vuelta esperando encontrarme con su hipnotizante mirada oscura. Y ahí esta el tan perfecto, dedicandome una mirada fría y dura, sin sentimientos y eso me duele, me duele mucho, pero no hay nada que pueda hacer, él ha tomado su decisión y por mucho que me duela la respetaré.

-por fin despiertas, aquí tienes tu ropa, en esa puerta esta el baño, puedes aserarte, pero no tardes mucho tu trabajo espera.- su voz es dura hacia mi, pero... espera un momento ¿mi ropa? ¿mi trabajo?

-¿donde estoy? ¿que hace aqui mi ropa y de que trabajo hablas?- por fin me siento yo misma, ya no tartamudeo y me siento mas fuerte para enfrentarme a su mirada.

-¿siempre haces tantas preguntas?- parece cansado, tiene pequeñas ojeras bajo sus oscuros ojos y parece que le cuesta mantenerse serio.- primero estas en mi territorio, ahora me perteneces, segundo tu ropa esta aquí porque este será tu nuevo hogar, y tercero no pienso mantenerte de gratis de ahora en adelante serás mi criada, donde yo vaya tu vas, lo que yo diga tu harás ¿entendido?- no puedo creer lo que oyen mis oidos ¿su criada? o no, la lleva clara si cree que me quedaré aquí pienso volver a mi casa aunque allí no me traten bien es mi hogar, este lobito no tiene derecho a retenerme aquí, no desde que me rechazó.

-no- mi voz sale de mi boca firme y dura. Me aplaudo a mi misma en mi cabeza, no creí que fuera capaz de hablarle asi a él que irradia poder y fuerza, pero no le tengo miedo.

-¿como dices?- se acerca peligrosamente hacia mi, yo retrocedo unos pasos.

-no pienso qedarme aquí, quiero volver a mi casa, con mi mejor amiga y alejarme todo lo posble de ¡ti!- a media que voy hablando voy alzando la voz, ni yo misma creo que esta sea yo, normalmente no soy así ¿ que me esta pasando?- no puedes secuestrarme y creer que haré todo lo que digas.

-oh claro que lo harás, tu alfa te ha entragado a mi, asi que ahora eres mia y por lo tanto harás lo que yo diga si no quieres morir de hambre- el tambien ha levantado el tono de voz y su mirada me causa escalofrios. No puedo creerlo, mi alfa me ha vendido, me ha entregado a este ser sin corazón que piensa usarme a su antojo como una criada, nunca me he sentido tan humillada. Pero por otro lado lo entiendo, porque nadie me querría en su manada, soy una buena para nada, no se luchar, no soporto la sangre por lo tanto tampoco puedo curar, toda comida hecha por mi es veneno, pero...¿entonces por que el si me quiere aquí? claro porque no sabe el verdadero desastre que soy.

-No quiero estar aquí, ¿es que no lo entiendes? no quiero tener que verte, no despues de lo que me dijiste anoche, ¿es que acaso eres masoquista? ¿quieres reirte de mi, ver como sufro con tu cercania? puede que tu no sientas nada, pero yo si, asi que dejame irme por favor...no tendremos que vernos mas y eso... eso sera un gran alivio para mi corazón.- siento lágrimas en mis mejillas, genial otra vez llorando, no quiero que me vea así, vulnerable, débil.

-No hay mas que hablar, te quedas y punto. Mandaré a alguien a buscarte en quinze minutos espero que sea suficiente.- y sin mas se marcha, sin dedicarme una sola mirada que me demuestre algo, que siente lo mas mínimo, que tiene corazón, pero eso no ocurre, al contrario siento que me odia mas todavia. Seco mis lágrimas y me dirijo al baño, será mejor que haga lo que diga, por ahora, pienso escapar de aquí cueste lo que cueste, necesito alejarme de él, el dolor me esta matando y temo volverme completamente loca. Diez minutos despues ya me he duchado, me pongo uno de mis vaqueros preferidos, una camiseta básica blanca, una sudadera roja y mis converse del mismo color. Cepillo mi pelo y lo dejo suelto. Me siento en el borde de la cama contemplando el hermoso paisaje. Ojalá las cosas fuesen de otra forma, si el no me hubiese rechazado, seguramente estaría aquí, pero por voluntad propia, sintiendome segura junto a la persona que mas amo. Siento mi corazón retorcerse, pensar en eso me hiere pero es que no hay otra cosa que ocupe mi pensamiento que no sea él.

LLaman a la puerta, y entra una mujer de unos cuarenta años, esta me dedica una dulce sonrisa y sus ojos lucen tan amables, que instintivamente recuerdo a mi madre.

-hola querida, mi nombre es Anabelle, pero todos me llaman Ane- se acerca a mi y me tiende su mano.

-mucho gusto, yo soy Ja...-

-si Jade, me han hablado de ti- su sonrisa es hermosa y es tan amable que incluso sin quererlo ya me cae bien.- vayamos abajo, estarás muerta de hambre ¿cierto?

-la verdad no mucho, me acabo de enterar de que prácticamente me han vendido, y no se si volveré a ver a mi mejor amiga, asi que el hambre se ha esfumado completamente- Ane me arrastra hacia la puerta y yo me dejo guiar.

-no te preocupes de seguro te entra hambre ahora cuando veas el delicioso desayuno que he preparado.- bajamos por una amplia escalera, una vez llegamos a la planta baja Ane me conduce por un pasillo y abre una enorme puerta. Al entrar la primera persona que veo es a Dylan, este ni siquiera se molesta en mirarme, lo cual me duele mucho, su indiferencia es totalmente plena. En la mesa hay unas cinco personas a parte de Dylan, los cuales todos son hombres excepto una chica de cabello rojizo y rizado sentada al lado de Dylan, esto me provoca celos, pero los arrastro a lo mas hondo de mi ser, no puedo sentir nada por el.

-Sientate allí querida- Ane me arrastra hacia el sitio libre a la derecha de Dylan. Me siento, sin nisiquiera mirarlo a este juego de indiferencias podemos jugar dos, además si el puede ¿por que yo no? La chica pelirroja me sonrie y yo de igual forma le dedico una sonrisa.

-Jade ¿cierto?- yo solo asiento, cuantos menos amigos haga aquí mejor, no quiero nada que me una a este lugar, quiero marcharme.

-Yo soy Lyz, y este en mi mate Yacko- asi que ya tiene mate, los celos que sentí al principio se disipan rápidamente, ya me cae mejor esta chica.-¿ que tal te sientes? llegaste un poco magullada.- ya ni siquiera me acordaba de eso.

-bien gracias, realmente no era nada- le dedico una sonrisa, vale que no quiera hacer amigos pero no tengo porque ser grosera ¿no?

De repente entra por la puerta un hombre de unos treinta años que se acerca rápidamente hacia Dylan.

-Alfa ¿podemos hablar? hay algo que quiesiera comentarle- espera un momento escuche ¿alfa? no puede ser, ¿la persona que mas odio por encima de todas las cosas en mi mate? lo tengo justo al lado, sabía que estando en este clan lo tendría que ver, pero no me imaginaba que fuera él. Siento mis músculos tensarse de rabia, todo el dolor y la ira que sentí hacia el por la muerte de mis padres regresan de golpe. Todos se han dado cuenta de mi reacción seguro, cuando realmente estoy furiosa mis ojos cambian de color a un rojo intenso, como la sangre.

-Jade ¿estas bien?- Dylan dirije su mano hacia mi hombro pero antes de que me toque la detengo con un golpe, el sonido de este hace que la habitación se quede en completo silencio.

-ni se te ocurra tocarme, eres un  maldito.- mis palabras salen de mi boca sin previo aviso llenas de rabia. Quiero salir de aquí no soporto estar en esta habitación junto a el. Ahora mismo dos sentimientos luchan en mi interior, el amor hacia mi mate y el odio hacia el alfa de North Clan.

North ClanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora