𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐘 𝐋𝐈𝐍𝐄, scream ✔︎

07; emociones

CHAPTER SEVEN
emociones

Todo el grupo de personas se dirigió a donde Gale les había guiado, se metieron por un callejón, un graffiti de Ghostface decoraba las paredes.

Verónica se pegó a Chad cuando lo vio —. Esto no me da buena espina.

—A mi tampoco, Ronnie — murmuró Chad, Tyler a su lado suspiró.

—Nos estamos metiendo en la boca del loco — dijo el moreno, Verónica asintió mirando a su mejor amigo.

—Jason y Greg eran niñitos adinerados de Atlanta — comenzó a explicar Gale, su hija se acercó a ella para escucharla mejor.

Tyler le dio una colleja a Chad al ver que seguía con la mirada a Verónica —. ¿Qué pasa? — preguntó el moreno frunciendo el ceño.

—Estás más tonto por Vero — se río Tyler, su amigo rodó sus ojos.

—Al parecer — siguió explicando Gale —, rentaron esto con nombres falsos.

—¿Cómo lo encontraste? — preguntó Kirby con una pequeña sonrisa ladeada.

Gale sonrió —. Por algo mi profesión se llama "periodismo de investigación". ¿Cómo es que tú no lo encontraste? — preguntó de vuelta —. ¿No los investigabas?

—Examiné sus registros financieros mil veces — contestó Kirby —. Esto no aparecía en ninguno. No entiendo por qué.

—Calma — murmuró Gale —. Soy muy buena en mi trabajo — Verónica soltó una risa nasal rodando los ojos —. Ya aprenderás.

Gale se adelantó sacando una tarjeta del interior de su chaqueta, no se tardó demasiado en abrir la puerta.

Ella pasó, Verónica dio una mirada hacia atrás sacando su linterna antes de seguir a su madre.

En el instante en el que puso un pie en ese lugar, una vibra pesada dentro. Gale volvió a pasar la tarjeta por otra puerta.

Verónica la ayudó a ejercer algo de fuerza para abrirla, cuando lo logró no tardó en fruncir el sueño —. ¿Por qué coño hay tanta seguridad?

—Eso mismo iba a decir — apoyó Kirby —. ¿Qué es este lugar?

Todos comenzaron a entrar en aquel lugar, Verónica notó una presencia tras ella, esta giró y justo en ese momento todo el lugar se iluminó.

Chad le sonrió ladinamente, Verónica se lamió los labios subiendo las cejas antes de rodar los ojos y darse la vuelta.

—Es un cine.

Verónica resopló cansada —. ¿Estamos de nuevo metidos en una paja mental de un par de frikis?

—No es solo un cine — habló Gale, ellos la miraron confusos —. Es un altar. 

Comenzaron a avanzar, mientras una lona se subía en el escenario, dejando ver los trajes de Ghostface.

Verónica caminó hacia la primera mesa que encontró, cuchillos ensangrentados al lado de dibujos.