ACTO II: Escena III

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Narrado por: Kara Danvers

(El elenco del Circo Luminiscencia se prepara para su gran espectáculo un día antes del tan aclamado evento para el futuro matrimonio Arias-Rojas)

***

—¿Están listos? —pregunta Damien con esa imponente voz que me causa escalofríos.

Los bailarines, presentadores y técnicos asienten levemente. La sonrisa de Damien se ilumina un poco, eso provoca que la mía también se agrande. Adoro ver a este hombre feliz.

—¿Te sientes lista? —La voz de Gayle es un contraste con la voz de Damien. La suya tiene este toque suave y adictivo que puede distraerte en cuestión de segundos.

Un "hmm" de afirmación es lo único que se me escapa. Gayle decide dejar de hablarme porque sabe que cuando me estoy preparando para un evento o un show, no soy la persona más amigable del mundo. Desde que comencé a trabajar como acróbata, aprendí a desarrollar un habilidad aguda para enfocarme solo en las cosas que importan.

Estoy consciente de que no todas las personas son buenas haciéndolo, pero para mí en nuestra profesión, es vital tener la capacidad de compartimentar todas las áreas de mi vida. Casi como si fueran cajitas que solo pudieran almacenar cierta información y cuando decida abrirlas, solo lo que hay en ella es en lo que puedo enforcarme.

Damien da la luz verde para continuar con los ensayos y camina hasta el centro del salón que rentaron nuestros clientas para su evento de mañana. Lo observo por unos minutos mientras él se endereza y entrelaza sus manos detrás de su espalda, esa su postura pensativa.

Él siente mi presencia cuando me acerco porque se gira en su lugar y me sonríe ligeramente. Luego, mueve la cabeza a un lado con levedad para indicarme que quiere que me pare a su lado.

—¿Qué pasa? —pregunto con confusión.

—¿No sientes que hace falta algo?

La doy una mirada irritada porque el hombre sabe mejor que nadie que me molesta cuando responden a mis preguntas con otras preguntas. Damien se ríe y agita la cabeza.

—¿Qué crees que falta? —presiono cuando no responde a mi pregunta inicial.

—No lo sé —comenta con duda. —Pero me gusta el tema que elegiste. Dejarte hacer ese acto desde cero fue una buena idea. Solo tú lo podrías haber sacado adelante. Es realmente adecuado para nuestras clientas.

—¿Por qué?

Mi pregunta es muy general y si estuvieran escuchándola desde fuera, podría tener un sinfín de respuestas posibles. Pero Damien sabe mejor que nadie cuál es la respuesta que yo quiero escuchar.

—Creí que sería bueno para expandirnos —se encoge de hombros para restarle importancia al asunto.

Estoy por responder, cuando un estruendo me interrumpe. Las puertas del salón se abren de par en par y por ellas, atraviesan dos mujeres increíblemente atractivas. Cada paso que dan dentro de la habitación hace que la atención de todos los presentes se enfoque en ellas. Si no lo sospechará mejor, hasta me atrevería a decir que son modelos.

Pero no hace falta más que ver cómo se dirigen a los empleados del recinto para saber que ambas son posiblemente las clientas de las que Damien estaba hablando segundos atrás. Y mi confirmación llega tan solo momentos después.

—Andrea Rojas y Samantha Arias —Damien pone su mejor sonrisa para saludarlas cuando ellas se acercan a donde estamos.

La ojimarrón tiene una sonrisa tímida en su rostro mientras la ojiazul alza una ceja de forma juguetona. Wow. Realmente hacen una dupla atractiva. Si las hubiera conocido en circunstancias distintas, no hubiera dudado en tratar de meterme en sus pantalones.

COMO LAS LUCIÉRNAGAS | SUPERCORPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora