COMO LAS LUCIÉRNAGAS | SUPERCORP

ACTO IV: Escena I

Narrado por: Kara Danvers

(En algún lado de la ciudad, Kara trata de evitar el torbellino de emociones que su última noche con Lena le causó)

Londres, 2014

Estamos de gira.

Sigo sin poder creer que después de cuatro años, casi cinco, Damien finalmente haya conseguido hacer sus sueños realidad.

Luminiscencia está presentándose mundialmente por primera vez. El renombre que Damien escogió no podría ser más perfecto.

Es especial, es atractivo, es maravilloso.

Lo único que haría la celebración mil veces mejor sería tener la oportunidad de llamar a mamá y contarle todo al respecto.

Mis manos buscan mi teléfono de forma inconsciente. Mis dedos trastean la pantalla hasta llegar a la grabación a la que siempre regreso cuando mis pensamientos comienzan a abrumarme.

Cuando le doy al botón de reproducir, escucho su preciosa voz llenando el silencio de la habitación.

"Kara, ¿estás segura de que esto está grabando? ¿Hola? Te comunicaste con Eliza Danvers, si escuchas este mensaje es porque no pude atender a tu llamada. Si es urgente, mándame un mensaje. Gracias. ¿Lo hice bien, hija?", el audio se corta cuando estoy por responderle.

Trago saliva para deshacerme del nudo en mi garganta y siento mis ojos picar por las lágrimas que estoy intentando retener.

Segundos después, siento una rabia intensa tomarme por completo y haciéndome temblar. No es justo.

No es justo que yo esté cumpliendo mis sueños a costa de su vida. No es justo que la decisión que me trajo a este momento haya sido escapar. No es justo que el destino me la arrebatara para dejarme cumplir mi sueño.

Es el efecto mariposa. Lo que me trajo a este momento es la pequeña decisión que tomé hace cuatro años de agarrar mis cosas y abandonar todo lo que conocía para probar mi suerte. La pequeña decisión fue porque la perdí a ella.

¿Hubiera sido igual si ella estuviera acá?

—¿Kara?

Barry entra a mi habitación de hotel como si fuera la suya, trayéndome a la realidad de repente. Aún sigo preguntándome cómo diablos lo hace.

—Los chicos y yo iremos por unas cervezas a un bar del centro de la ciudad. ¿Quieres acompañarnos?

Mi mejor amigo me observa con una pequeña sonrisa en su rostro, animándome a unirme a su salida. Es solo que... el alcohol y yo no somos buenos amigos.

—¿Te sentirías mejor si te prometo que te voy a cuidar si te excedes? —Él trata de llenar el silencio con una pregunta.

Barry es uno de los pocos que conoce la historia de mi vida.

Inevitablemente, su accidente el día que nos conocimos sí consiguió reforzar nuestra amistad. Recuerdo que cuando le conté sobre mi relación con papá y la muerte de mamá, el chico se levantó de su lugar sin decir ni una sola palabra, se sentó a mi lado y me abrazó como una fuerza tan impresionante que hoy en día todavía creo que él fue el responsable de unir al menos algunas de las piezas rotas en mi interior.

—No lo sé, Barry. Damien nos pidió que actuáramos con responsabilidad hoy. Mañana es nuestro primer show después de todo.

—No estaremos fuera toda la noche —ruega el ojimarrón. —Nos merecemos una salida con todos los del elenco. Luminiscencia está llegando a su mejor época. Su época dorada.