Después de comer me fui a mi casa. Ya no me importa lo que pueda decirme mi madre. Capaz y ahorita me la encuentro con gente... Abro la puerta y esta ahí, en el sofá que ve a la puerta. Supongo que esta molesta, digo... tiene los brazos cruzados y me mira como si quisiese matarme ¿no es bella?
ñagh... estoy cansada, que fastidio me da escuchar el sermón de mi mami. La miro y le viro los ojos como digna hija respetuosa *sarcasmo*
-Adriana ¿me puedes explicar donde estabas tu anoche? y para ser mas exacta ¿con quien?
-Eso no te importa -¿esta sugiriendo que estaba con un hombre? Por favor... yo no soy ella. Me volteo y cuando voy caminando a mi habitación algo me pega en la espalda - Adriana controla tu instinto asecino- tras sopesar mis opciones desecho la opción de matarla... no quiero ir a la carcel. Me volteo y la encuentro llorando. Hermosa su manera de llamar mi atencion, un zapatazo *sarcasmo*
-Hija -dice con voz cortada- ¡respondeme! ¡no quiero que termines como yo! - veo su desesperación, nunca la había visto así, dudo de mi mascara de "nada me importa" y la cambio por una de preocupación. Mi enojo no se a donde se fue. Es mi madre y por mas que sea no soporto verla así. Me derrumbo.
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Mi desastre de vida
Teen FictionLo que puede pasar por gritarle a un chico por la calle... Yo bueno, una chica de 15 años con una leve obsesión por la comida, malas notas, impulsiva y un poco torpe. El, hermoso, sexy, llamativo, seguro de si mismo y un envidiable talento para hac...