Me llevo a Alejandro lejos de la música y todo el alboroto, parece por sus ojos querer matar a alguien y su respiración no hace mas que ayudar a su aire de gorila endemoniado. Esta más tranquilo que antes, claro, pero sigue bastante alterado. Todavía estoy sorprendida de lo mucho que se calmo al sentir mi tacto. No ha dicho una palabra desde que me lo lleve de la pelea, cuando le hablé solo asintio y vino detras de mi. Esta abstraído en su mundo y estoy entrando en colapso, cuando llegamos a donde yo quería, mi cuanto *lo se, soy toda una pervertida...* me pongo al frente de el, pero no me ve, decido arriesgarme a que me golpee y lo beso, eso, lo toma por sorpresa *como no lo va a tomar por sorpresa, Adriana, si practicamente eso vino de la nada * bueno... lo que se es que reaccionó y puedo sentir su...¿desespero? ¿necesidad? Me siento como la droga necesaria para un adicto a punto de morir por abstinencia a la misma. Puedo sentir la sangre de su boca, no me da asco, la verdad. Me pega mas a el bruscanente, se me escapa un sonido, que no reconozco de mi garganta, me gusta su juego cavernícola y que estemos en mi cuarto se presta. No me doy cuenta que estamos caminando hasta que me pega con una pared, sus manos recorren mis brasos, mientras yo rasguño su espalda, estamos en modo salvaje, me muerde, lo muerdo, su manera de tocarme dura y delicada a la vez, me esta volviendo loca, quiero mas. QUIERO MÁS.
Conversacion mental:
Yo 1: No calientes lo que no te vas a comer...
Yo 2: No escuches a 1, calienta lo que quieras si la comida es tuya.
Y no me importa, por una vez en la vida no voy a pensar tanto *nunca piensas, no es mucha la diferencia* olvido eso, ignoro totalmente las voces de mi cabeza. Mis manos a medida que van explorando su maravilloso torso, tembloras, van alzando su camisa, cuando se da cuenta, alza sus brazos y me ayuda a quitarsela. Nos separamos un pequeño instante de nuestro beso, en el cual sonrío, para despues volver a juntarnos. Me siento atrapada en mi vestido y cuando va a bajar el cie...
-donde se han metid... mierda- y cierra la puerta. La zorra de Sheyla, no escuhé cuando se abrió *obvio que no lo escuchaste.* pero ya es tarde ya el momento se fue a la mierda y quiero matarla con mis manos... quiero estrangularla y cuando este a punto de quedarse sin oxigeno, parar de hacerlo solo para darle puñetazos en la cara hasta destrozarla, hacer un batido de sangre y muelas que pierda en el proceso para que se lo tome, verla vomitarlo, sentirme culpable, disculparme y volver a la normalidad.
-muñeca... ven aca- tiene los brazos abiertos, pidiendome que lo abrace, ahora la alterada parece que soy yo, el esta tan tranquilo que queiro... se me olvida. Sus brazos son el cielo, creo que voy a estar aqui siempre. Le hago señas para tumbarnos en mi cama y alza una ceja insinuante, le doy un codazo para que deje su estupidez y nos acostamos *en el buen sentido, golosas* perecemos dos niños pequeños, él viendo el techo de mi habitación pensando mientras me rodea con su brazo y yo estoy usando su pecho como almohada, sintiendo como se mueve a causa de su respiración, tocando su abdomen de manera distraída. Ya no siento que haya bebido, me siento mas sobria de lo que he estado en toda mi vida. No quiero arruinar el ambiente, pero como digna curiosa dejo salir la única pregunta que atosiga mi mente.
-¿Muñeco?
-¿si?
-¿eso de allá afuera fue por...?
-porque tu se lo meneas a todo el mundo y ese imbécil quería pasarse de listo.- quién me manda a mi a preguntar... pero como soy masoquísta sigo.
-¿y con eso te refieres a...?
-es una fiesta, eres una de las anfitrionas, estas buena, ese vestido no deja mucho a la imaginacion y las mujeres son comunmente muy faciles. No veo muchas opciones, Adriana.- su voz huele a sarcasmo,*ok, eso fue enfermo* y es raro que me llame por mi nombre. Es notorio que no quiere hablar más del tema. -creo que deberiamos volver, Sheyla seguramente ya le dijo a todos que estamos cogiendo, cuando no he tenido los honores - ¿debería sentirme ofendida o alagada? Nos paramos de nuestra comoda posición para caminar a la fiesta. Esto es un desatre.
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Mis hermosos lectores cibernéticos no-comestibles, disculpen estos ¿3 días? Sin escribir no tenía inspiración... se lo compensaré...
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Mi desastre de vida
Teen FictionLo que puede pasar por gritarle a un chico por la calle... Yo bueno, una chica de 15 años con una leve obsesión por la comida, malas notas, impulsiva y un poco torpe. El, hermoso, sexy, llamativo, seguro de si mismo y un envidiable talento para hac...