•| Capitulo 10 |•

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Mátame suavemente.

Advertencia: contenido sexual

Narrador omnisciente.

Italia un lugar donde la gente rica gobierna y la familia Santoro es dueña en condiciones de la mafia, la noche había cobijado la pequeña ciudad en este hermoso país y todos sus habitantes disfrutaban de un relajante sueño en los brazos de morfeo, pero una castaña en particular la pasaba regular.

Annabeth despertó irritada y desorientada de la pesadilla que había tenido, una que desde hace varios años la ha atormentado y de la que no puede volver a dormir en toda la noche, y hoy no fue la excepción. Su respiración era acelerada y una capa de sudor se formó en su frente, salió de la cama en dirección al baño para poder refrescarse un poco lavando su rostro y el tacto del agua fría calmo aquellas sensaciones de pesadez y ansiedad.

Al salir del baño decidió que tal vez un té le haria bien, bajo por las escaleras rumbo a la cocina y comenzó la preparación de la bebida e intentar calmar las emociones incrustadas en su pecho.

Marcos.

No podía dormir, tuve una llamada importante y me dejó con las ideas en la mente, eso fue lo que provocó que el insomnio me invadiera. Son las doce y treinta de la mañana, mi aspecto es desaliñado y la sed se hace presente en mi paladar, un vaso con agua me vendría bien.

Salgo de mi habitación en dirección a la cocina y me sorprendo al ver a una castaña sentada en un taburete esperando que el agua en la estufa se caliente, ella escucha mis pasos y lleva su mirada hacia mi, sus ojos están más verdes de lo habitual.

—Hola, Marcos. —saluda la mujer.

—Hola a ti también annabeth. —respondo.

Ella se levanta del asiento, quita el agua del fuego y la sirve con cuidado en una taza con un envoltorio de te, llevo mi vista hacia su cuerpo, es cubierto por una bata de satín color negro y luce sexy con eso encima. Humedezco mis labios y desvió la mirada para ser un poco caballeroso.

—¿No puedes dormir? —me interroga la mujer ojiverde fijando su vista hacia mi.

Me ha sacado de mis pensamientos y la observó detalladamente.

—No, tuve una llamada importante y no pude conciliar el sueño. —informo caminando hacia ella quedando a su lado.

Ella asiente y continúa con lo suyo, sus labios rojo carmesí me van a volver loco.

—¿Quieres un poco? —pregunta arqueando una ceja al tomar un sorbo.

—Por favor. —pido y ella me entrega otra taza con el contenido dentro de este.

Comenzamos a beber el té en silencio, la tensión parecía que nos estaba matando ya que solo miradas juguetonas y penetrantes se hacían presentes en la habitación. Ella quiere lo que yo quiero, ambos lo queremos y lo vamos a obtener.

—¿Se supone que con esto dormiremos plácidamente? —cuestiona con una mirada penetrante sus ojos verdes lucen con un gran resplandor.

—Tengo la certeza de que no, pero intentemos con otro método. —le digo sonriendo pícaro— ¿Que dices? —le pregunto y mi voz suena más ronca que lo habitual.

Pecado Original.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora