•| Capitulo 20 |•

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Todo lo que fuimos.

Flashback.

Advertencia: lenguaje explícito.

Narrador omnisciente.

2 años después.

La relación entre Annabeth y Ferdinand cada día se fortalecía aún más, hasta el punto de ser la organización más poderosa entre todos los bandos, no fue por el ruso que tuvieron gran parte de poder, la castaña al ser una asesina de alto rango y experiencia pudo derribar a los que estorbaban su camino. Se podría decir que no le temían a Ferdinand, más bien, su más grande miedo era encontrarse con la mujer de apellido Winchester y muchos dejaban que hiciera lo que quería ya que podría matarlos ahí mismo.

Mientras tanto se encontraban en el lecho del chico culminando su unión gimiendo el nombre del otro, mientras que una sorpresa más se asomaba.

—Te note algo extraño al momento de hacer el amor. —le dice la mujer ojiverde acomodándose mejor en la cama de la habitación.

—Bueno, es que tengo una sorpresa para ti amor mío. —explica el ojiazul teniendo una mirada de curiosidad de parte de su novia.

—¿Asi? ¿que es? —le pregunta annabeth gateando hasta quedar sentada en el abdomen del chico.

Ferdinand la toma de los muslos y la cadera sonriendo de oreja a oreja, de la mesita de noche toma una cajita de terciopelo rojo, la abre dejando ver un anillo con un gran diamante adornando su interior. 
La castaña se queda en shock mientras que el hombre debajo de ella espera una respuesta de su parte.

—Annabeth Winchester, ¿te casarías conmigo? —cuestiona el chico rubio mientras que la ojiverde asiente sonriente.

—¡¡Si!!— responde.

El muchacho coloca la argolla en el dedo anular de la muchacha, ambos se besan con mucho atrevimiento mientras que Ferdinand mueve las caderas de la castaña encima suyo, quien solo suspira por la fricción que ocasiona el movimiento de sus cuerpos.

—Estas jodidamente mojada. —susurra el hombre en el oído de su contraria.

—Te necesito. —ruega la ojiverde con los ojos cerrados mientras que Ferdinand sonríe por el ruego de la castaña.

—No seré tan gentil está vez. —avisa con un gruñido ahogado.

—No importa, hazme tuya sin alguna piedad. —deduce la mujer.

Mientras tanto volvieron a unirse como el futuro matrimonio que serían.

La pareja se encontraba en una cena familiar para deducir sus planes de boda mientras que Antonio se encontraba más preocupado por el bienestar de su hija, contactos suyos le avisaron que el prometido de su hija estaba haciendo planes a sus espaldas de reclutar un ejército, aunque no sabía muy bien para que, tenía distintas ideas en su cabeza y terminar con su familia era una opción.
No quería preocupar a su hija, quería que si eso era verdad se enterara por cuenta propia, aunque muchas veces dudaba de que si ella ya sabía algo de eso.

—Los felicito mis niños, pronto su unión será más poderosa de lo que ya es ahora y annabeth, probablemente tengas algunos bebés para mi hijo. —opina la esposa de Akim.

Pecado Original.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora