•| Capitulo 21 |•

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Cita.

Narrador omnisciente.

Ya habían pasado dos días después del último encuentro entre la castaña y el pelinegro, matthew le había hecho saber que estaban preocupados por su bienestar pero después de que Alec les llamará pudieron sentirse tranquilos una vez más.

—¿Entonces todos ustedes ya sabían que Alec ya tenía hijos? —les pregunta annabeth a matthew y caleb quienes se encontraban sentados junto a ella.

—Si, pero por petición de Alec quiso que te enterarás por tu cuenta. —explico el pelinegro.

—Ya veo. —aseguro la muchacha.

Uno de los soldados de la castaña llega en seguida con un teléfono en mano, este le dice que es para ella y ella se aleja de los hombres para poder hablar con más tranquilidad.

—¿Tienes está noche libre para salir conmigo? —le pregunta una voz ronca del otro lado de la llamada.

El corazón de Annabeth se acelera al escuchar la voz de Marcos del otro lado, una sonrisa se dibuja en sus labios y decide responder a tal invitación.

—Depende de la situación. —responde la ojiverde con entusiasmo.

—Bueno como te dije hace tiempo, es una sorpresa y eso es lo único que voy a decirte diabla. —comenta el muchacho sonriente esperando una respuesta positiva.

—Bien, entonces estoy libre toda la noche para usted señor Santoro. —murmura sensual la mujer.

—Paso por ti a las ocho, ¿te parece? —le dice el pelinegro a la muchacha quien lo piensa un momento.

—De acuerdo, te espero aquí. —deduce la castaña.

—Nos vemos pronto. —cuelga la llamada mientras que la ojiverde sonríe embobada.

Ambos están emocionados de compartir un momento entre los dos solos, mientras la noche se llegaba cada uno se arreglaba por su parte. Después de unas cuantas horas un vehículo se detiene afuera de la gran casa de la ojiverde, está se asoma por el ventanal y observa a Marcos bajando de una Jeep, con un elegante traje negro que le queda de maravilla.

Unos minutos más fueron suficientes para que la castaña saliera de la casa, mientras caminaba en dirección a dónde estaba el italiano, este se mantenía observando el vacio de la obscuridad que era alumbrada por unas tenues luces, sonreía esperando por su cita mientras que los pasos de una persona lo saco de sus pensamientos.

—Se ve muy elegante está noche señor Santoro. —lo halaga la mujer mientras que los ojos negros de Marcos la miraban de arriba a abajo.

Un vestido rojo adornaba el hermoso cuerpo de la mujer, que le hacía sobresalir su pierna derecha, escote caído y su espalda al descubierto.

Ambos sonreían mientras el verde y negro de sus ojos se mezclaban, el pelinegro camino hacia ella para mirarla a la cara, pensaba lo que tenía por decir sin sonar nervioso mientras que la castaña esperaba un comentario por su parte.

—Te ves preciosa. —murmuro el pelinegro con una sonrisa.

—Gracias, prácticamente no me dijiste si tenía que vestir de gala o no. —comento la mujer.

—Eso no importa ahora, ¿nos vamos? —cuestiona el hombre esperando a la mujer al frente suyo.

—Claro. —concuerda.

Marcos guía a la mujer a la Jeep, dándole paso mientras que ella sube encantada, ambos se encuentran dentro del vehículo y el ojinegro arranca, intercambian algunas miradas en el camino y después de unos minutos llegan a una finca con varios viñedos junto a una casa que es resguardada por algunos hombres armados, los cuales, dan pase al dueño de la propiedad.

Pecado Original.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora