thirty nine

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Decir que Seokjin estaba feliz y tranquilo con lo que estaba sucediendo sería una completa mentira. Por el contrario, estaba demasiado preocupado por los hechos que prontamente se desencadenarían terminando en su muerte, dejando solo a quien es y será para siempre por todas las vidas a quien más ama.

Min Yoongi.

Su Anam Cara.

Su otra mitad.

Su alma gemela a escalones que ningún mortal puede entender hasta que la verdad es revelada.

La noche pasada lo había amado después de los desacuerdos que se habían provocado por las decisiones que había tomado Namjoon y de las que obviamente él no era parte, pero a la vez se sentía atado de manos, porque se suponía que, como su mano derecha debía apoyar la mayoría de las decisiones que tomaba, pero esta vez no estaba de acuerdo.

Claramente su prioridad era su amado Yoongi, ya no quería verle triste y a la vez deseaba aprovechar cada momento junto a él.

Ahora ambos estaban en su dormitorio, en silencio mientras Jin miraba la paz que emanaba tanto del rostro de Yoongi como de su cuerpo. Este último estaba con los ojos cerrados, pero no así dormido.

- ¿Ya te cansaste de mirarme, Jin? – preguntó con aquella voz pausada y ronca.

- Jamás me cansaría de algo como eso, amor mío. Encuentro un placer tan efímero el observarte, más ahora que tienes las cualidades de un Inmortal, eres hermoso como no tienes idea – contestó Jin, sin un ápice de duda en sus palabras.

Yoongi sonrió, aquellas palabras le calentaban su cuerpecito, eran música a sus oídos.

-Te quiero siempre conmigo – espetó seguro de aquellas palabras.

- Siempre lo estaré – aseveró Jin.

- No lo estarás siempre, ambos lo sabemos – pronunció Yoongi en desacuerdo.

- Siempre estaré contigo, aquí – señalo el pecho de Yoongi, donde debería estar su corazón – Siempre hasta que nos encontremos nuevamente.

Yoongi sentía deseos de llorar, ellos desde siempre se habían prometido la eternidad y no entendía como algo así tenía que pasar para que finalmente fueran felices. A veces deseaba no haber recibido aquel poder de visiones del hada, aunque como ella había dicho, venían con él, solo que ella los aumento para que fueran más certeros y Yoongi odiaba eso.

O realmente no, no lo odiaba, porque sabía que podría poner a los suyos en alerta en caso de que algo malo pudiese suceder, aunque lo que si detestaba era saber cual sería el final de ellos. Eso no lo quería, pero no podía hacer mucho en contra de lo que el destino y la Luna Roja tenía escrito para ellos.

Seokjin al verlo en silencio con el ánimo bajo, suspiro.

-Sé que no es lo que ambos queríamos, pero...

Yoongi negó.

-No quiero hablar de eso, siento que en cualquier momento podría llorar.

- Sabes perfectamente que nosotros no tenemos lágrimas, Yoongi.

- Lo sé, pero eso no quita que la congoja me llegue a la garganta y sienta esta opresión en el cuello. O tal vez tu no podrías, pero yo sí.

- Eso no sería posible siendo un Inmortal transformado por otro Inmortal, es imposible.

Algo llamado AMOR (JinSu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora