Alaska y yo saturamos de mensajes ese sábado tres de septiembre. Hablamos de su relación tóxica con el Tad, si eran mejores los genitales verdes o los canosos; de si los gatos o los perros, de si la caca de los gatos o la de los perros y, por supuesto, más chismes de Katerine.Esa noche del concierto de la Rosalía extendió contenido trascendente en la historia. Ali sabe la decena de cumplidos que le envié por satélite a la Bespoke vestida de puta..., es decir, lo siento, de motomami. Todo lo referente a Katy, incluyendo las fotos que me envió, Ali lo sabe. Cada chisme de ese día, y el siguiente, y el siguiente.
Ali es mi mejor amiga. Pero tú no, y por eso no te diré nada más que la NASA.
Nah, mentira. Sí vas a saber más cosas, no te me pongas bravo. Solo... no ahora. Confía en mí, yo soy el escritor, yo sé cómo estructurar mis porquerías.
Te tengo un chismecillo exclusivo que Ali no tiene (creo, como dije, la loca argentina me tiene embrujadamente atraído a su amistad), uno ajeno a Katerine, otorgado en su momento a mi dúo de mamahuevos Aimee y Elian.
Me parece que no es necesario aclarar que Alorica no se escapa de la jerarquía laboral. Ya sabes, tú eres empleado y tienes un jefe que te dice qué hacer. En el típico call center existen varias posiciones entre las que destacan los QA, entrenadores y reclutadores; pero con el fin de hacer esta explicación más sencilla, nos enfocaremos en la rama principal. Agente -> Supervisor -> Manager/Gerente -> Superiores provenientes del Cliente (Samsung).
¡Mami mira!, pensaba que necesitaría un esquema conceptual completo para exponer esto, pero supongo que con eso será suficiente. «Tú eres el escritor, deberías de ser capaz de traducir porno de cinco minutos en dos oraciones compuestas.», es un comentario bajo algún libro que seguro anda por ahí.
Anyways.
Yo soy un agente (el tiempo del verbo en este caso no importa mucho), y por ende tengo un supervisor. Uno que no elegí yo, ni mis co-trainees, nos lo asignaron. Recuerdo aún ese momento de un día cualquiera del abay, frente a la pantalla de videoconferencia Teams, cuando nos revelaron quién sería el supervisor de cada quien. Es algo que me traía sin cuidado en su momento pero, sin duda, iba a ser importante. Es importante quién te lidera. Quién es tu jefe. Tu guía.
Luiny de León, aka Post Malone dominicano, quedó con la infame Kirsis Rodriguez. Extraño cuando consideras que la mujer es supervisora de cocina y no de refrigeradores. Aunque KRo era extraña de por sí, ni siquiera era una mujer sino un hombre según la barba que se pegó al rostro, su corte de cabello y el cambio informal de nombre a -por alguna razón- Daniel, más el sinnúmero de cirugías e intervenciones hormonales de testosterona y las camisetas holgadas que intentaban con todo su ser cubrir sus gordos tetones (nunca entenderé cómo es que las lesbianas que quieren ser hombre corren con la mala suerte de contar contar con un par de 36D).
Dos o tres siguientes fueron enlistados bajo Cristian. Buen supervisor, excelente, me ayudó un par de veces de manera competitiva sin dejar de lado la paciencia y la amabilidad. Los dos o tres que quedaron bajo él, siendo Emma una de ellos, sí que eran suertudos...
Cristian renunció al mes siguiente y en su reemplazo entró María La Boba; líder de equipo que no solo no sabe una mierda sino que también parecía ser gruñona con el grupo que antes pertenecía a Cristian (un día casi se desgañitaba ante un pobre hombrecito que se sentaba a mi lado por no revisar una cosa en la PC). Dios esté con ellos, amén.
Semiramis Clark y Jaime Capellán tomaron a otro par de mis compañeros. Francis del Bronx bajo Semi y Kwan Yin la Marihuanera bajo el Jaime. A la mayoría nos tocó con Katherine con H, no ser confundida con Katerine la Bespoke.
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neverita ©
Short StoryDicen que es pecado de autor escribir sobre sí mismo, pero este relato no es sobre mí. Este relato es sobre una chica, y el amor que sentí por ella. Supongo que sería más acertado debatir en cuanto a si ese amor lo era en realidad.