-Semi.Hasta no recibir respuesta no iba a proseguir. El ambiente del piso de trabajo era el mismo de siempre. Aquel frío artificial proveniente de los grandes ventiladores en el lejano techo saludaba a mi nariz constantemente, dificultando el proceso de automatización en el que uno olvida el hecho de que está respirando. El color azul predominante se acoplaba bastante bien al aire friolento general, y la estación de Semiramis en particular es la más cercana a la completa transparencia ventanal que brinda vistas a la avenida 27 de febrero, y lo que el dueño de aquella mansión permitía que fuese visible. Tan solo durante esos momentos en los que había una avería, ya sea en las largas escaleras eléctricas o en el mismo aire acondicionado, es que Alorica como lugar físico se sintió diferente para mí.
Como si imaginaba un futuro que no había llegado, Semi me regresó al presente de los hechos.
-'Perate.
Solía ser así. Era una mujer ocupada. Denle tiempo.
¿Es leyendo un mensaje del WhatsApp que está la gorda?
Y no intentes demostrar desesperación por el lógico hecho de que tu cliente está en una espera que si sobrepasa los dos minutos no solo los analíticos de QA te restan puntos sino que tus métricas de desempeño se ven afectadas. A ningún supervisor le valía madre hasta que les tocaba regañar en los coaching.
Pero este Kevin no se quejaba. Aún no. Semiramis, a diferencia de la Katherine con H promedio, sí estaba al menos disponible para responder las preguntas. Aunque tuvieras que esperar a que terminara de escuchar una nota de voz, enviara una línea, leyera otro mensaje y respondiera una cuarta vez con la lentitud de una pre-millennial.
-Dime ahora cariño -dijo, con la sonrisa neutra que no desaparecía de su gordo rostro. No mostré disgusto porque, como dije, pensaba que bregaba con asistencia supervisora de máximo nivel.
-¿Qué hago con este customer? Dice que el centro de servicio no se ha comunicado con él y...
-¿'Ta en garantía? -me interrumpió, aún pinchando en su celular como si este era un león hambriento con la boca abierta.
-No, pero es parte del STC. -Lo que significaba que no estaba en garantía pero al ser un servicio por problema de la disfuncional hielera de mierda pues se trataba como un caso de garantía.
-¿Cuántos días han pasado desde que se creó el servicio?
-Desde la semana pasada, él dijo.
Me miró como quien no confiaba en las capacidades de alguien.
-Sí, yo revisé, lleva más de dos días -dije al adoptar expresiones de alguien seguro y así omitir todo este cuestionario más largo que la puta entrevista de trabajo y que me dijese la respuesta a la situación.
-¿Qué dice en las notas?
-No dice nada relacionado, nada más la del agente que creó el ticket.
Semi entró en su trance de concentración extraña de las personas que no son capaces de hacer multifunciones ni priorizar las funciones en sí en base a la más importante del momento. Yo me consideraba desde ya su asunto más importante. Coño, que me termine de decir y que siga en lo suyo. ¿O no sabe qué decirme?
Mentira, yo todavía no estaba así de harto con Semiramis. Todavía.
-Dile que el centro de servicio se va a contactar con él, que ellos lo llaman.
Otra mentira. No es cierto que el centro de servicio ya pasados mínimos cinco días laborables se estarían comunicando con el cliente. ¿Y qué clase de servicio al cliente es este?
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neverita ©
Short StoryDicen que es pecado de autor escribir sobre sí mismo, pero este relato no es sobre mí. Este relato es sobre una chica, y el amor que sentí por ella. Supongo que sería más acertado debatir en cuanto a si ese amor lo era en realidad.