Dicen que es pecado de autor escribir sobre sí mismo, pero este relato no es sobre mí. Este relato es sobre una chica, y el amor que sentí por ella. Supongo que sería más acertado debatir en cuanto a si ese amor lo era en realidad.
Luego del final, muchos se estarán preguntando qué fue ficción y qué no. Algunos dudarán de la veracidad de los hechos por completo o en su mayoría. Puedo asegurarles que Neverita es una historia basada en hechos reales y, por ende, es la mayoría la verdad. Entonces se quedarían con la duda de la primera oración de este párrafo. Aunque es obvio que el momento en el que las cosas —más o menos— empezaron a ser mi imaginación fue en ese momento en el que me senté a escuchar Karma Chameleon durante mi jornada, soy consciente (el único consciente, de hecho) de que no es tan obvio desentrañar la primera gran duda. Permítanme...
Katerine como Neverita fue real. Tuvimos una amistad. Sí fuimos al cine y sí nos besamos. Todo el capítulo 14 es verdadero.
Katerine y yo nunca tuvimos segunda cita, aunque lo del paseo en Plaza Central sí fue verdadero. Entonces ya saben que Katerine y yo nunca tuvimos sexo. Tampoco me drogó. Tampoco fuimos a la fiesta, aunque sí existió, pero no fuimos.
Todo lo que narré de Katerine y cada escena que tuve con ella fue real. A partir del capítulo 15, las cosas empezaron a ser ficticias, como la gran mayoría de las cosas.
Es cierto que se creó el grupo de En busca de los 500 lost, y es cierto que nos prometieron dicho bono. Es cierto que chapoteamos un poco para que nos lo dieran como fue prometido, pero jamás escalamos tanto, ni con la gerencia ni con Recursos Humanos. Simplemente jamás nos dieron el bono.
Nunca me despidieron. Renuncié en enero, pero no era algo que estaba planeado. La conjuntivitis fue cierta, al igual que el frío de los interiores de Alorica y la distancia que había entre ella y mi casa. Todo fue pacífico. Nada de dramas.
Heaven no era el chico que se ponchaba a la mujer con el trasero más grande de Alorica. La escena fue real, pero el hombre era otro.
Katerine sí viajó por unos cinco días a Puerto Rico. La despedida fue real, pero yo no le pedí un abrazo sino un beso. Ella solo me permitió dárselo en la mejilla. Me sentí mal, no bien.
Katerine sí se interesó en mis libros, pero nunca les dio seguimiento. Cuando le dije de la historia que tengo planeada donde habrá mucho morbo y explicidad, me pidió que publicara esa para leerla. Curioso.
La manera en la que Katerine y yo terminamos no fue para nada dramática. Solo llegamos al desamor o desinterés y dejamos de buscarnos. Así de simple.
Otros datos curiosos: Mi hermana sí está embarazada. | No es cierto que tuve el corazón roto, no por Katerine, al menos. Han sido meses desde la ultima vez que rompieron mi lindo cora. | Cada título de los capítulos de este relato son terminología ya sea del call center en el que trabajé o de Samsung. Son terminología de muchos call centers, algunos. Tengo un afán con nombrar de la mejor manera todas las cosas (cualquier cosa, como puede ser un libro como puede ser un hijo), y consideré que esa sería la mejor manera de proseguir. Valerie, mi hermanita, estuvo de acuerdo. | La idea de las pilas de dinero en efectivo para pagar la deuda del bono la obtuve gracias a una foto que uno de mis compañeros envió al grupo En busca de los 500 lost. Era nada más y nada menos que Rafael, uno de ls gerentes, sonriendo a la cámara mostrando un monto de dólares. Ese hijo de su maldita madre.
Con esto creo que podemos dejarlo. Me parece increíble la cantidad de tiempo que puede tomar escribir una historia tan corta donde ni los personajes ni la mayoría de acontecimientos son desconocidos para mí. Pero valió la pena. Tenía que hacer esto porque ahora sí estoy listo para continuar con el siguiente gran libro. Durante la escritura de este relato, he crecido bastante. Lo siento así. Para ustedes son meras palabras, mera afirmación, pero de verdad lo siento así. No me molestaré en explicar eso.
La historia está dedicada a mi amiga Alaska. La conocí en Wattpad porque leía Bela y Amelio y me comentaba en algunas líneas. Le escribí para agradecerle por leer y no me pregunten cómo pero esa misma semana estábamos profundizando en nuestras vidas personales. Terminé obteniendo su número de WhatsApp y así es como se convirtió en mi amiga confidencial. Estuvo ahí desde el principio y desde antes de que los sucesos de esta historia los empezara a vivir yo en la vida real.
Alaska siempre está ahí cuando tengo algún chisme o algún problema. Estuvo ahí para vivir todo este relato conmigo. Una vez más, gracias cariño. De corazón.
Aquí lo que les prometí:
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