Idénticos

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¡Hola! Perdón por la demora, he estado con muchas tareas y quehaceres pero sé cuánto han estado esperando este capítulo! Espero lo disfruten tanto como yo disfruté escribirlo! Gracias por sus comentarios, trataré de ir respondiéndolos! :')

...

Takemichi y Mikey se encontraban dentro de un elegante automóvil negro conducido por Sanzu, quien se vistió elegantemente con un traje de tres piezas color violeta, el mismo que usó el día del baby shower de Hanako y también el día del casamiento de Draken y Emma.

"Mis cartas me dijeron que ese traje es lo que trae mala suerte, así que quémalo y cómprate uno nuevo" fue con lo que una vez le dijo, no hace mucho tiempo, Kokonoi a Sanzu.

Sin embargo, el beta decidió ignorarlo y no gastar innecesariamente su dinero en cosas banales. Ya tenía muchas deudas, teniendo en cuenta cuánto lo habían estafado Koko y Rina en los últimos meses. Además, estaba ahorrando para poder comprarle cosas bonitas a los príncipes en el próximo baby shower que se avecina, el cual ya estaba siendo preparado por un emocionado Takemichi.

"¿Me pregunto si sería demasiado regalarles katanas decorativas en su baby shower?" al pensar en eso, Sanzu se dio una bofetada mental. "¡No seas tonto, nada es demasiado para los príncipes! ¡Sí, les regalaré un par de katanas bañadas en oro y con un elegante mango púrpura! Así, siempre me recordarán cada vez que las vean colgadas en la pared de su habitación"

Mientras tanto Mikey y Takemichi seguían en lo suyo, sin prestarle mucha atención a Sanzu y sin siquiera imaginarse la clase de regalos que el beta tenía preparados para los bebés nonatos. La pareja tenía entrelazados sus dedos en un gesto muy íntimo, estaban tomados de la mano en un cómodo silencio. El primero en romperlo fue Mikey, quien sonrió con pesar al ver a un ansioso Takemichi mirando a través de la ventana del auto. Debido a la marca que ahora los unía, el alfa era capaz de sentir los sentimientos de su omega y viceversa.

—¿Qué te preocupa tanto? —preguntó el alfa en voz baja, acariciando con dulzura los dedos de Takemichi.

—No es nada, estoy bien. —negó el pelinegro, sonriendo para convencer a Mikey.

—No me mientas, ahora que hay una marca que nos une... puedo saber realmente cómo te sientes. —al oír eso, Takemichi se rió y negó con la cabeza.

—Amo la marca, pero no puedo negar que es una violación completa a nuestra privacidad. —se quejó por lo bajo entre risas, acariciando los dedos de Mikey.

El dedo anular de ambos estaba decorado con el anillo de compromiso que Mikey le dio meses atrás, ese precioso anillo de oro que tenía dos piedras que los representaban a ambos: un diamante negro y un zafiro azul. Decidieron que se casarían una vez que Takemichi diera a luz a sus cachorros, por lo cual actualmente eran prometidos.

—¿Te sientes ansioso porque estás gordito? —preguntó Mikey en voz baja, sin embargo Sanzu lo oyó. —Ya te dije que no estás gordo, sólo estás embarazado y te prometo que serás el más hermoso en la boda de Pah-chin. Nadie se burlará de ti, Takemitchy.

—¡Y si alguien se atreve a burlarse de la reina, probará el filo de mi katana! —exclamó Sanzu, metiéndose en la conversación sin que nadie se lo pidiera.

—Tú no le harás probar el filo de tu katana a nadie, Haru-kun. —lo regañó Takemichi y Sanzu asintió cabizbajo. —Ya lo hablamos antes, ¿recuerdas? Está prohibido causar disturbios en la boda de Yumi y Pah-kun.

—Sí, mi reina. Prometo comportarme.

—Ni siquiera conmigo fue tan obediente. —murmuró Mikey por lo bajo, malhumorado. Entonces decidió volver al tema principal. —Si no es por eso, ¿por qué estás ansioso?

Forced to be his omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora