Celoso

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¡FELIZ AÑO NUEVO! No sé en sus países pero en Argentina ya son pasadas las doce, así que ya es año nuevo! Por ser año nuevo, hay actualización doble! Este lunes 1 (probablemente a la noche) subiré otro capítulo aparte de este! Así que espérenlo, por favor. 

Ahora sí, sin más que decir ¡a leer! Disfruté mucho escribir este capítulo, espero que ustedes disfruten leerlo!

...

Aproximadamente diez minutos antes de que Mikey y Baji entren al laberinto...

Sanzu se encontraba oculto detrás de un árbol, en el pequeño bosque que tenía el inmenso jardín trasero de la mansión de Draken y Emma. Él estaba allí porque su reina le había pedido "espacio" para hablar con su amigo y su cuñada cómodamente.

El beta entendió que esa era la mayor distancia que podía ofrecerle a Takemichi, pues él debía estar siempre vigilando a los cachorros, quienes en esos momentos se encontraban jugando con su prima Hanako dentro del enorme corral. Los tres bebés reían mientras babeaban y mordían todos los juguetes que les dieron para entretenerse.

Al ver sus regordetas mejillas sonrojadas por el esfuerzo que hacían al gatear, Sanzu no pudo evitar sonreír. Fue una sonrisa sincera y pura, pues su corazón latía con fuerza al ver cada pequeño avance que el par de hermanos hacían.

Ellos apenas tenían cinco meses de vida, no obstante parecían de siete y Sanzu podía jurar que serían niños superdotados, probablemente dominantes. Él definitivamente era el tío más orgulloso, más consentidor que los propios padres de esos niños.

—Nunca pensé que viviría para ver un lado tan maternal en ti, Haruchiyo. —al oír esa voz femenina, la sonrisa en el rostro de Sanzu desapareció. —¿O debería decir paternal?

—¿Qué diablos haces aquí? —preguntó con recelo, mirando a una chica de cabello rosa pálido increíblemente parecida a él.

Senju Akashi, más conocida en el bajo mundo como Senju Kawaragi. Definitivamente era una sicaria excepcional, pues Sanzu no sintió su presencia hasta que ella le habló. Ambos hermanos no tenían la mejor relación del mundo, de hecho, a Sanzu no podía importarle menos sus dos hermanos. Tanto Senju como Takeomi trabajaban de forma independiente, sin molestarlo y sin meter sus narices en la Toman.

Sin embargo, debido a que Senju y Yuzuha empezaron a salir recientemente, él tenía que procesar la insoportable idea de tenerla cerca incluso en contra de su voluntad. No hay que ser Einstein para notar que ambos se parecen físicamente a pesar de tener apellidos diferentes, por lo cual Sanzu tuvo que reconocer que era su hermana menor. El hecho de que sean familia, ayudó a que la Toman confiara más fácilmente en Senju y que fuera aceptada dentro de la organización.

Sanzu también tuvo que ocultar el hecho de que Senju fue la sicaria profesional que Kisaki y Hanma contrataron para matar a Yuzuha, en caso de que Kazutora los traicione. Al final, la sicaria se terminó enamorando de su objetivo (Yuzuha) y decidió pedirle ayuda a su hermano mayor Takeomi para mantener la boca de Sanzu cerrada.

Por esa razón, Takeomi amenazó a Sanzu: si no se callaba y ayudaba a Senju a integrarse a la Toman, él definitivamente le mandaría a Takemichi un vídeo sexual casero que alguna vez él mismo grabó con Mikey cuando eran adolescentes.

Sanzu fue durante mucho tiempo el beta con el cual Manjiro pasó sus celos, cosa que en el pasado le pareció un honor pero en esos momentos se lamentaba un montón. Porque su reina... probablemente dejaría de quererlo si se enteraba.

Al imaginar a Takemichi viendo aquel maldito vídeo, el rostro de Sanzu se puso pálido e incluso le dio náuseas. Su reina normalmente no demostraba celos respecto a Manjiro, pero Sanzu sabía cuán celoso podría llegar a ser si se lo provocaba. Él mismo lo presenció hace un par de semanas atrás...

Forced to be his omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora