Forced to be his omega

Es una promesa

¡Hola! Tarde pero aquí estoy, muchísimas gracias por sus comentarios y su apoyo a esta historia! Si bien falta poco para terminar, aún hay asuntos que cerrar e incluso una vez que se termine, publicaré epílogos! Espero poder responder a la mayoría de sus comentarios! Gracias por estar :)

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Treinta y cinco minutos antes de que el galpón a las afueras de Tokio ardiera en llamas, los miembros de la Toman que se hallaban en el jet privado estaban preparándose para aterrizar por fin en su tierra natal.

Hakkai seguía fielmente al lado de Mitsuya, quien en esos momentos se hallaba más concentrado que nunca, tecleando rápidamente sobre el teclado de su ordenador y dejando de hacerlo sólo para agarrar su celular de vez en cuando, a través del cual al parecer se mensajeaba con alguien. Todos notaron el inusual comportamiento del alfa de ojos lavanda, pero asimismo todos eligieron confiar en Mitsuya. Por supuesto, Hakkai fue el que más ciegamente confió en su pareja.

Mikey decidió dormir una pequeña siesta porque estaba cansado y mientras tanto, Takemichi lo acariciaba suavemente para que pudiera dormir en paz. Mientras la pareja pasaba un buen momento juntos, no tenían idea que estaban siendo fotografiados por Sanzu, quien disimuladamente sacaba fotos a su rey y a su reina mientras fingía estar mensajeando con los Haitani. Por suerte, debido a que de todos modos ya sabían quién era el traidor, Mitsuya les permitió a todos volver a usar sus celulares y gracias a eso Sanzu pudo fotografiar semejantes momentos.

"Todos estos recuerdos son preciosos y sin lugar a dudas se los mostraré a los príncipes cuando sean mayores. Ellos tienen derecho a conocer la romántica historia de amor entre sus padres. Todo es por ellos, incluyendo mi valioso museo personal" pensó obsesivamente Sanzu mientras guardaba las fotos en una carpeta especial dentro de su celular, dedicada únicamente a la interacción entre Mikey y Takemichi.

Justo en ese momento, Chifuyu hizo acto de presencia en la sala y muy nervioso caminó hacia el sofá plateado donde Takemichi se encontraba acariciando el rostro de un durmiente Mikey. El rubio escribió rápidamente algo en su celular y luego se lo mostró al otro, hizo esto para evitar hablar y así despertar al alfa. Cuando el pelinegro leyó lo que estaba escrito en la pantalla táctil, no pudo evitar tragar saliva de forma audible y luego asintió con la cabeza.

"Necesitamos hablar, Takemichi. A solas" es lo que el mensaje escrito por Chifuyu decía.

Esa interacción claramente fue vista por los demás presentes en el área principal del jet, es decir por Hakkai, Mitsuya y Sanzu. El beta peliazul simplemente decidió ignorar a los dos omega, Mitsuya asintió como si estuviera de acuerdo con lo que estaba ocurriendo y el único que mostró disgusto fue Sanzu. El beta de cabello rosa abrió su boca para hablar pero la volvió a cerrar cuando sintió la mirada azul de Takemichi sobre su persona. El omega negó con la cabeza hacia Sanzu y puso el dedo índice sobre sus labios, sin palabras le estaba diciendo al otro que no interrumpiera y que guardara silencio.

—Está bien, mi reina. —susurró Sanzu con los ojos entristecidos. A pesar de no estar de acuerdo siempre, el beta había aprendido a hacer caso a las órdenes de Takemichi sin rechistar.

"Además, si no me porto bien de aquí a que sea la boda... quizás la reina no me deje ser el padrino de su casamiento, así que debo tener cuidado" pensó Sanzu mientras veía irse a Takemichi junto con Chifuyu. Mikey quedó durmiendo solo encima del enorme sofá plateado.

Mientras tanto, Kakucho eligió seguir descansando en el sector más apartado del jet privado donde estaban las camas, desconectando su mente por completo del resto del mundo. Él no podía saber exactamente cómo habían acontecido todos los hechos con respecto al traidor de la Toman, pero lo que sí sabía es que una vez pisaran suelo japonés todo colapsaría... y muchas verdades ocultas saldrían a la luz finalmente.