Sanzu

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¡Hola! Hoy por fin actualicé el día que tocaba! Jaja Este capítulo es largo y es un cago de risa (para que se rían pues) cosa que ya hacía falta después de tanta tragedia ¿no? Como dice el título, ya saben un poco con respecto a qué personaje girará el capítulo de hoy y espero les guste! Muchas gracias por su apoyo y por comentar! Trato de responder a la mayoría! 

...

Los hermanos Haitani se miraron por cuarta vez a los ojos, parpadeando varias veces como si no pudieran terminar de procesar lo que sus ojos estaban viendo.

Ellos estaban sentados en el enorme sofá violeta que tenía la habitación con estilo victoriano de Sanzu. Ellos simplemente decidieron observar el extraño comportamiento de su pareja, quien en esos momentos se hallaba acostado en su enorme cama, vestido únicamente con un albornoz de terciopelo púrpura y chequeando en su tablet nombres japoneses para niñas.

Al lado de Sanzu, justo encima de su mesita de luz, yacía extraño libro negro y un muñeco tejido a mano en crochet de él mismo. Junto a dicho muñeco, había otro exactamente igual que aún no estaba terminado. Sanzu deseaba que cada cachorro tuviera un muñeco en crochet de él, para que así se encariñen más rápido. Según el pelirosa, esos muñecos eran una demostración de su gran amor; según los hermanos Haitani, eran una demostración de su obsesión por los cachorros del jefe

—Jamás pensé que Haru tuviera un lado tan maternal. —le susurró Rindou a su hermano mayor, lo suficientemente bajo como para que el beta no lo escuchara.

—Yo tampoco. —respondió Ran, un poco preocupado. —Nuestro algodón de azúcar ha estado buscando nombres por cuatro días seguidos, prácticamente sin dormir. Me preocupa que colapse..

—¡Oigan, par de inútiles! —gritó de repente Sanzu y ambos hermanos le prestaron atención. —En lugar de estar ahí susurrando tonterías, mejor vengan y ayúdenme.

—¿Si? ¿en qué podemos ayudarte? —dijo Rindou levantándose del sofá con una sonrisa.

—Podemos ayudarte a elegir un nombre perfecto más rápido. —agregó Ran, también levantándose con una gran sonrisa. Ambos hermanos se sentaron en la cama, a los pies de Sanzu.

Los Haitani estaban desesperados porque Sanzu finalmente decidiera un nombre para la hija de Manjiro. Desde hacía días, únicamente se enfoca en el embarazo de Takemichi; en las visitas al doctor, en hacer compras para el cuarto de los mellizos y en elegir un nombre "perfecto" para la niña. Y ellos... simplemente estaban allí, estorbando según Sanzu.

Ni siquiera les había recompensado por haber trasladado su "museo" personal a casa de Ran, sólo les dio un escueto gracias y les dijo que, una vez que pueda elegir un nombre para la niña, los recompensará en la cama. Por esa razón los Haitani estaban ansiosos porque el beta finalmente se digne a elegir un nombre, porque sinceramente... estaban desesperados por tener el sexo duro y sucio que solían tener con Sanzu.

Además, como recompensa por salvaguardar su museo, el pelirosa les prometió que vestiría lencería de mujer en tono rosa pastel... cosa que en una situación normal, Sanzu jamás haría. Él era más... del cuero en vez del encaje y además, irónicamente (teniendo en cuenta el color de su cabello), Sanzu odia el color rosa. Él es más de los tonos negros, púrpura, lila y violeta. Esa también sería la primera vez que usaría un bra, pues los mismos Haitani fueron los que le compraron y trajeron a Sanzu la lencería que deseaban ver puesta en él.

—Por cierto, ¿qué es ese libro? —dijo Rindou señalando un libro negro que estaba en la mesita de luz de Sanzu, el mismo tenía un pentagrama invertido.

—Es la Biblia Satánica. —respondió el beta como si nada, mientras seguía chequeando nombres en su tablet.

—¿Por qué carajo estás leyendo eso? —preguntó Ran sorprendido, pues él y su hermano sabían que Sanzu siempre había sido un ateo. Es más, solía decir blasfemias en iglesias y se reía de los creyentes.

Forced to be his omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora