Sanar

4.2K 558 333
                                        


¡Hola! Mil disculpas por llegar tan tarde, ya saben... familiares y visitas inesperadas este 1 de enero. Espero sepan entenderlo y mil gracias por su apoyo! He leído cada uno de sus comentarios y trato de responder a ellos, de verdad los aprecio un montón!

Sin más que decir, ¡a leer!

...

—Bien, entonces... ¿tienes celular? Llama a Kazutora o a alguien para que venga a buscarnos. —dijo Mikey, una vez que aceptaron que estaban perdidos y decidieron pedir ayuda.

—Lo olvidé en mi mesa. —reveló Baji rascándose la nuca. —Llama tú a alguien.

—Yo... vine corriendo aquí ni bien leí tu mensaje y también dejé mi celular sobre la mesa. —reconoció Manjiro avergonzado.

Ambos intercambiaron miradas en silencio y luego suspiraron resignados. Estaban perdidos en un laberinto y sin celulares para pedir ayuda, genial.

"Bueno, supongo que las grandes mentes piensan igual" pensaron al unísono para consolarse. Lo que ambos no sabían es que sus mentes eran más bien pequeñas.

Ahora bien, la razón por la cual ambos alfas estaban perdidos en aquel enorme laberinto, es porque Kazutora le aconsejó a Baji que hablara con Manjiro para solucionar las cosas entre ambos. Durante los últimos meses, el trío había asistido a terapia para sanar sus heridas antes de que nacieran sus hijos. Chifuyu, Kazutora y Baji querían estar lo más sanos mentalmente hablando para criar bien a los futuros mellizos.

Kazutora le dijo a Baji que dejó algo especial para ambos en el pabellón central del laberinto, por esa razón el pelinegro insistía tanto en llegar allí para poder sincerarse. Él mismo le mandó un mensaje a Manjiro diciéndole que se encontraran en el laberinto del jardín para hablar, luego de mandarle ese mensaje se dio un par de golpes en la cara para darse a sí mismo el valor que necesitaba y se fue directamente a esperar a Mikey en la entrada del laberinto, olvidando su celular en la mesa.

Un tiempo después Manjiro finalmente llegó, incluso olvidando su celular en la mesa porque corrió hacia el laberinto ni bien recibió el mensaje de Baji. Él más que nadie estaba desesperado por poder arreglar las cosas con su viejo amigo de la infancia y reparar, aunque sea poco a poco, la fuerte amistad que tenían. Mikey realmente extrañaba las tonterías que decían y hacían juntos, Ken-chin también era su mejor amigo pero... era muy serio y políticamente correcto. Baji era más desastroso, como él. Era divertido estar juntos y cagarla, siempre lo había sido.

—Oye, ¿qué es eso? —preguntó Mikey apuntando hacia una de las paredes del laberinto. Debido a estar perdidos y sin celular, por fin prestó atención a su alrededor.

—Eso es... ¿una flecha? —dijo Baji, quien también la notó gracias a que el otro la señaló.

Efectivamente, en las paredes de plantas verdes del laberinto habían flechas (verdes y difuminadas) que señalaban el camino hacia el centro del laberinto y también hacia la salida del mismo. Ambos alfas se sintieron tontos por no haberse dado cuenta de esas flechas antes y simplemente tosieron avergonzados, de allí no saldría el hecho de que Manjiro y Baji se habían perdido en un laberinto con señalizaciones. Ninguno de los dos diría nada.

Cuando ambos finalmente llegaron al pabellón central, se sentaron en las sillas de la mesa redonda que había debajo del techo circular. Arriba de la mesa, había una bolsa de plástico que fue dejada por Kazutora. Cuando Baji la abrió y sacó lo que había dentro, sus manos temblaron y muchos recuerdos llegaron a su mente de repente. Manjiro también vio las prendas blancas que el pelinegro sostenía con nostalgia.

Forced to be his omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora