Soy la prometida de Lena

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El lugar elegido por Sam para la despedida de soltera, fue un casino. Kara no entendía por qué había supuesto que ese sería un buen lugar para una despedida. Aunque agradecía que no se le hubiera ocurrido llevarla a un bar de desnudistas.

Primero hicieron una ronda de tragos en la barra de bebidas. Tres shots de tequila cada una, para soltar el cuerpo, el bolsillo y disfrutar del lugar. Según aseguró Sam. Ni Lois, a quien también habían llevado, o Kara, pusieron objeción a eso. Luego, cada una tomó su paquete de fichas (patrocinadas por Sam) y se mezclaron entre la gente.

Lois no tardo en perder el control en una maquina tragamonedas, hundiéndose en una rueda viciosa. Lo poco que ganaba, lo volvía a invertir sin éxito. Sam por su parte, probó suerte en la ruleta y con los dados durante un rato. Mientras que Kara se había permitido jugar un par de partidas en la sección de cartas, para luego dedicarse solo a observar.

Solo pasó una hora, y Kara ya estaba de regreso en el bar, disfrutando de un Martini de kiwi, aun con la canasta llena de fichas.

— ¿Qué sucede? — preguntó Sam sentándose junto a ella — ¿No te estás divirtiendo?

— Sí. Solo tenía un poco de sed— respondió, levantando la copa para mostrársela a Sam, y luego beber un trago — ¿Dónde está Lois?

— Perdida en las tragamonedas.

Con la barbilla, la morena señaló hacia esa sección del casino, donde milagrosamente, una maquina marcaba a Lois como ganadora y le daba nuevas fichas para seguir con el ciclo.

— Creo que se quedará ahí un rato más — concluyó Sam.

Las dos intercambiaron miradas, y sonrieron divertidas.

Sam pidió un trago para hacerle compañía a Kara, y una vez que se lo trajeron comenzó el interrogatorio.

— Es un lugar extraño para una despedida de soltera, ¿no crees? — preguntó Kara.

— Bueno, estoy segura que eres una chica que no se hubiera sentido a gusto en algún club nocturno de desnudistas — Kara sonrió — Y alguna vez, Lena me contó que te gustaba jugar al póker — Sam se inclinó sobre la mesa para acercarse un poco más a ella — Tal vez es un mensaje. Tal vez no quiero que olvides que es un juego de estrategia. Que tienes tus propias cartas en la mano. Y que tú decides cuáles y cuándo jugar.

Kara arqueó una ceja confundida ante sus palabras.

— ¿Hasta dónde piensan llegar, Kara? — soltó la pregunta sin más, antes de darle el primer sorbo a la copa.

La chica no supo exactamente a lo que Sam se refería. Así que se limitó a observarla con cautela para tratar de descubrirlo. Tratando de encontrar la respuesta adecuada.

— ¡Oh!, vamos. No me mires así. Solo quiero saber si estarás dispuesta a ayudar a Lena con esto hasta el final. Cuando estén frente al juez, y te pregunte si la aceptas como esposa, ¿qué pasará?

La sorpresa destelló en los ojos de Kara, pero siguió sin decir nada.

— Lena me lo contó todo — aclaro finalmente la morena — Pero, ahora quiero saber lo que tú piensas hacer.

— Ella dijo que no llegaríamos a eso — fueron las primeras palabras de Kara.

— Sí. Estoy segura que lo hizo. Pero solo falta una semana para la ceremonia, y yo sigo viendo todo en pie. Por eso vuelvo a preguntar, ¿hasta dónde piensas llegar?

— Lena...

— Olvídate de Lena. Lo que me interesa es saber qué harás tú si ella no dice la verdad y da marcha a tras a la boda, ¿te casarías con ella solo para ayudarla?

Casate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora