El último adiós

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Nota: Hola, espero que todos estén bien. Tambien espero que la historia haya sido de su agrado. Este capítulo, que es un tipo de "epilogo" solo existe para sacarme la espina de la mente y corazón. Podría decirse que de cierta manera es una historia aparte y que no tiene mucho impacto en la historia principal. Aun así, espero que también les agrade.

Gracias por el apoyo, los comentarios y los likes. Siempre son una inspiración y un empuje para continuar escribiendo.

Nos leemos en la próxima historia.

Atentamente: La autora (Mastani).

El último adiós

Lilu caminaba con miedo e incertidumbre por el silencioso pasillo que llegaba a la habitación de su abuela. Trataba de sujetar la charola firmemente, aunque las manos le temblaban un poco y el corazón palpitaba con fuerza en su pecho.

Su madre, Kara, le había insistido para que fuera ella y no la enfermera quien le llevara la comida a su abuela. Pero no estaba muy segura de querer hacerlo. No estaba segura de querer verla. No después de todo un año sin verla.

Su hermano, Kieran, le había dicho toda la verdad sobre la salud se su abuela a pesar de las amenazar y peticiones de sus madres. El Alzheimer que la perseguía desde hacía algunos años, había empeorado rápidamente.

Los primeros síntomas fueron los problemas de memoria. Lilu los recordaba muy bien. Luego vino la dificultada para encontrar palabras y la dificultad con los movimientos y eso puso alerta a toda la familia.

Pero, ella nunca pensó que la afección de su abuela fuera a progresar tan rápidamente.

Su madre, Lena, no le había permitido regresar a la ciudad hasta que terminara su año escolar en la universidad, asegurándole que su abuela estaba bien. Todo lo contrario, a lo que su hermano le había revelado hacia solo un mes atras.

La abuela, ya no reconocía a nadie. Hablaba muy poco y era incapaz de hacer la más sencilla tarea por su propia cuenta. De hecho, Lilu sabía que su abuela no la reconocería al verla, que no podría hablar con ella como lo hacía antes y que probablemente nunca más podría decirle lo mucho que la quería.

No iba a poder despedirse de ella, porque la mente de su abuela, ya no estaba y eso le partía el corazón.

Estaba tan molesta con sus madres por haberle ocultado la verdad, por haberla mantenido lejos que desde que regresó, no les dirigía la palabra. Su mamá Kara le pidió que comprendiera lo difícil que era para Lena, pero eso no le daba el derecho de quitarle la oportunidad de despedirse a tiempo de su abuela.

Siempre fue muy unida con Lilian.

Llevaban el mismo nombre que ella. Una vez la abuela le conto lo sorprendida que se había sentido cuando Lena le revelo que su hija llevaría su mismo nombre. Pero, para diferenciarlas, a ella siempre la llamaron simplemente Lilu, juntando las dos primeras silabas del nombre y su apellido. Su abuela fue la primera en llamarla así y a todos pareció gustarles.

Su abuela... que, a pesar de seguir ahí, ya no estaba.

Suspiró frente a la puerta antes de entrar. Intentando por todos los medios mantener las lágrimas dentro de sus ojos.

Sujetó la charola con una sola mano y abrió la puerta con la otra.

La habitación estaba tan iluminada que la luz le molesto en los ojos y la cegó por unos segundos. Cuando pudo ver mejor, se encontró con la sonrisa amable de la enfermera encargada de su abuela, que en ese momento parecía estar doblando una cobija para colocarla sobre las piernas de la paciente.

La habitación ya no olía a lirios, como ella recordaba, en su lugar había un pesado olor a antiséptico, medicamentos y... liquido corporales.

Su abuela, a quien aún no podía ver, estaba sentada en un sofá, frente a la ventana para tomar un poco de sol. A un lado, una mesilla llena de medicamentos, un orinal y un tanque de oxígeno. Ver esa cosa, provocaron un dolor en la base del estómago de Lilu.

Casate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora