The Gummy Girl (Quackity)

『⑲』

—Piedra... Papel ó... ¡Tijera! —Decimos al unísono.

Yo sacando piedra.

Y ______ sacando papel.

—¡Ahuevo, gane! —se emociona dando un brinco en su asiento.

Yo resoplo rendido.

Habíamos estado tratando de decidir si salir a comer o pedir algo a domicilio desde que fui a recogerla de la escuela.

¿La solución?

Quién gane piedra papel o tijera escoge que hacer y que comer.

La veo tomar su teléfono, con una sonrisa victoriosa, yo simplemente me deslizó en el sofá frustrado.

—¿Pedimos individual o algún combo? —Me da una rápida mirada.

Estoy por responderle, pero el timbre de la casa suena y segundos después se escucha el sonido de un claxon.

—O tal vez pedimos algo familiar. —Dice con una mueca que simula ser una sonrisa.

Yo le miro extrañado cuando la veo ponerse de pie y correr a la puerta, por lo que yo hago lo mismo.

Cuando abre la puerta los cables de mi cerebro hacen conexión y ella parece recordar que día es.

Viernes.

Y tres de sus hermanos le miran con una sonrísa desde afuera de su casa y el otro desde el interior de uno de los autos.

—Sabes, prefiero dormir aquí afuera en la casa del perro.

—Pero no tengo perro. —Me mira desconsertada por mis palabras.

—Ahora tienes uno. —Menciono más que aterrado antes que ella camine hasta la reja para ir a abrirles.

Y mentira no era, prefiero mio veces ir a comprar una casa de perro ahora mismo y dormir ahí, antes que volver a pasar el trauma y terror de convivir con sus hermanos.

Daniel y Samuel.

Siendo los mayores y siendo gemelos, o bien fotocopias como ______ les decía. Ambos eran sujetos altos, demasiado la verdad, uno de ellos había estudiado medicina y el otro arquitectura.

Marcos.

El a comparación de los gemelos no era tan alto, pero seguía rebasandome por un par de centímetros. Él era quien peor caracter tenía según su hermana y no exactamente por ser mercadologo.

José.

Era el penúltimo y podría jurar que el más sobreprotector de todos. Pues tengo entendido que la diferencia de edad entre ______ y él no es tanta como lo es con los otros tres, además de ser quien la alentó a ser maestra luego de que el terminara como psicólogo infantil en una escuela.

Pero no era todo, pues aun había dos personas más, dos mujeres, que gozaban de decir que eran cuñadas de ______.

—Y bueno él es Alexis, un amigo. —Finaliza conmigo luego presentarme (otra vez) a sus hermanos.