-¿Tu eres la dulci-niña?
-Y tu debes ser uno de los pendejos que seguro me quedo a deber en secundaria.
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⚠NO CONTIE...
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8:30 A.M.
Abro mi mochila y grande es mi sorpresa al no encontrar lo que necesita, rebusco entre mis cuadernos con la esperanza de encontrar algo, pero nada.
Reviso mi bolsa de tela donde usualmente guardo los materiales extra, pero solo encuentro el tripie.
Me llevo la mano a la frente frustrada.
—Me lleva la...
La chingada.
La que me trajo.
La que me debería estar comiendo.
La pitufichingada.
En pocas palabras.
La verga.
Sin embargo ese pensamiento solo atraviesa mi mente para que mis alumnos no me escuchen.
Aprovecho que todos están en sus actividades para salir un momento del salón.
Marco su número y esperó que responda.
1...
....2
3....
—¿Bueno?— escucho su voz al otro lado.
—Alexis, ¿Tu sabes que te quiero mucho verdad? —Trato de sonar dulce.
—¿Qué se te olvidó? —Me interrumpe más que obvio.
—Mi cámara —Confieso finalmente —la necesito para grabar mis evidencias de hoy.
—Te dije pendeja, te dije ¿Segura que no sé te olvida nada? —Yo ruedo los ojos con aquello —Pero no, la niña me mando a la chingada diciendo que ya tenía todo.
—Bueno ¿Pero si me la puedes traer? —Interrumpo ignorando su falso regaño.
—Ahorita te la llevo.
—Gracias chiquito hermoso.
Antes de colgar escucho como se tropieza y suelto un leve risa.
Ya una vez que cuelgo, corro a dirección para avisar que me van a traer "material" que olvide y no tenga problemas.
Acceden a avisarme cuando llegue mi material por lo que puedo regresar a mi salón en paz.
Paz que se ve interrumpida cuando casi al llegar al salón. Veo como todos están de pie y de un lado a otro.
—¡Fan de Kunno el que no este en su lugar! —Exclamó tomandolos por sorpresa y haciéndolos correr a sus respectivos asientos.
Nambre a veces soy una chingoneria de maestra.
—Ahora si, saquen la tarea de matemáticas.
—¿Cuál tarea? —preguntan varios, más que confundidos.
