『㉞』

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El barullo que hacen mis alumnos llena por completo el salón y cuando se mezcla con el ruido del exterior se siente como aumenta el nivel conforme pasan los segundos

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El barullo que hacen mis alumnos llena por completo el salón y cuando se mezcla con el ruido del exterior se siente como aumenta el nivel conforme pasan los segundos.

—Tienen 5 segundos para salirse del salón o los dejo una semana sin receso. —Amenazó a mis alumnos, aunque por mi tono de voz supongo que no lo ven así.

Que en lugar de estar en el receso, estan hostigando preguntando cientos de cosas sin sentido, por no decir que andan de metiches.

—Dejenos sin receso Miss, pero cuéntenos. —Suplica uno de ellos.

—Lo único que vamos a contar van a ser ecuaciones. —Sentencio. —Ya sálganse, orale, que tengo un montón de trabajo.

Y a pesar de sus quejas y protestas finalmente terminan saliendo del salón.

Cuando finalmente me quedo sola, suspiro de forma pesada y deslizandome un poco en mi silla.

—No debí faltar. —Me digo a mi misma viendo la cantidad de trabajos que tengo pendientes.

Veo como la pantalla de mi teléfono se enciende mostrando su nombre en una llamada.

Yo simplemente respondo y pongo el altavoz.

¿Cómo está la maestra más chula de todo México? —Escucho su tono que inevitablemente me saca una sonrisa.

—No sé, pero ahora que la vea le pregunto. —Respondo neutral y acomodandome en mi asiento.

Mensa. —Responde y yo rio por ello —Esperate... Si estas en receso ¿verdad? ¿O calcule mal el horario?

No puedo evitar reírme por su preocupación que me enternece el corazón.

—Si Alexis, si estoy en receso, no te preocupes. —Respondo mientras intento acomodar todos los papeles que tengo regados en mi mesa de trabajo y lo escucho respirar aliviado. —¿Ya desayunaste?

Ni que fuéramos iguales. —Responde. Yo solo ruedo los ojos divertida. —¿Que harás después de la escuela?

—Supongo que solo terminar tareas pendientes. —Respondo con tranquilidad.

Ay... —Murmura, supongo sintiéndose culpable —¿Quieres que te ayude? —Pregunta y aunque me parece tierno que quiera enmendar algo que él no hizo, su propuesta me es tentadora.

—De echo si, tengo tarea sobre la reforma educativa y ya que estudias derecho, pensé en que tal vez mi lindo noviecito podría ayudarme. —Canturreo a manera de juego.

Uy no reinota, mi asesoría legal cuesta y cuesta caro.

—Ponte precio, que dinero me sobra. —Le respondo igual de bromista que él.

Ay... Ay... —Dice fingiendo un tono nervioso, yo simplemente me rio.

—¿Entonces si me ayudas?

The Gummy Girl (Quackity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora