-¿Tu eres la dulci-niña?
-Y tu debes ser uno de los pendejos que seguro me quedo a deber en secundaria.
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⚠NO CONTIE...
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Observo mi teléfono que se encuentra a un costado mío y aún con el ruido que produce la bolsa del cereal puedo escuchar como sigue sonando por el altavoz sin respuesta.
Estoy a punto de colgar, pero una particular voz resuena.
—Hasta que te acuerdas de mi existencia desgraciada.
—Yo también te extraño mucho Rosella—Mencionó burlona por su peculiar forma de responder.
—Pues es que como ya te hiciste famosa, ya te olvidas de los pobres.
—Ay que chismosa eres —Suelto en automático y la escuchó reír —Oye una pregunta
—¿Qué paso?
—¿Tu recuerdas el nombre del chico que me iba a comprar al salón? —Pregunto mientras esta vez le pongo leche al cereal.
—¿Uno alto, moreno y de lentes? —responde.
—No, no, no, uno que siempre andaba de gorrito, me parece que nos tocó con él en tercero.
—Mmmm, sí ya se quien dices, pero no recuerdo su nombre —Suelto un bufido mientras remojo el cereal con la cuchara, a buen árbol me vengo a arrimar —Es que te recuerdo toda la secundaria me odiaba
En eso tiene razón, a ella toda la secundaria la odiaba y a mi toda la secundaria me caía mal.
Rose era la excepción para mi.
Y yo era la excepción para ella.
—¿Pero aún tienes la foto de generación o la invitación de la graduación, ahí deben venir los nombres no? —pregunto con esperanza.
—Creo que mi mamá la tiene guardada entre sus discos de Chayane, deja le pregunto.
—Con los discos de papí Chayane como debe ser —Me burlo por lo que dijo y también la escucho reír.
—A todo esto... ¿Por qué quieres saber? ¿Ya vas a perdonar a toda nuestra generación o les vas a hacer brujería?
—Ja, tuvieran tanta suerte para que les brinde mi perdón —respondo entre risas — Lo que pasa es que ayer se armo un pedote en mi Stream y ahora por eso ando investigando.
Digo exagerando un poco la situación.
—Aja —Responde a medias al tiempo que escucho como teclea algo, esta loca ya debe estar buscando lo que paso —Por cierto, le escribí a mi mamá y me dijo que en cuanto regrese del trabajo busca porque si a mi se me ocurre meter mano en sus cosas... Bueno ya la conoces.
Termina la frase entre risas.
—Okay, entonces ¿me avisas al rato?
—Sí, no te preocupes, ahorita voy a revisar que babosadas dijiste ayer en directo.
