ᴅɪᴇᴄɪᴏᴄʜᴏ.

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TaeHyung había sido un Suboficial Mayor por cinco años, siendo la cabeza de la Élite, era quien comandaba las misiones más peligrosas que llegaban casi a diario a la estación, tenía el respeto y admiración de su brigada, sin embargo, desde aquel suceso protagonizado por el prófugo Kim SeokJin, como castigo, su rango descendió a Oficial ayudante, siendo ahora el que debía cumplir con las indicaciones, ya no era quien las daba.

Era humillante, pero también era justo pagar por su error de confiar en un criminal.

A pesar de ello, seguía investigando por su cuenta, es así que descubrió el paradero del menor, pero quién diría que necesitaría de la misma mafia para lograr su cometido.

¿Qué harás cuando tengas a ese perro en tus manos? Espero que me invites al festín. –Fue la burla emitida por la persona que le había ayudado.

No es tu asunto. –Gruñó poniéndose la máscara que cubría la mitad de su rostro.

Te recuerdo que estás en mi territorio. –El hombre dijo mientras observaba al agente desde su enorme silla tras el escritorio de caoba que ocupaba gran parte de su despacho. —Con un simple chasquido serás hombre muerto.

TaeHyung apretó el puño con impotencia porque era verdad, debía tener cuidado con ese tipo. —He pagado por la ayuda, ¿qué más quieres?

Dejen de interferir en mi negocio. –Demandó con fiereza, sus ojos grises brillaban con irritación. —Es molesto tener que limpiar la mierda para que podamos trabajar con tranquilidad, todo sería más fácil si no metieran sus narices justicieras en donde no los llaman.

He mantenido alejado al departamento de tu territorio, me he dedicado a buscar a Min YoonGi haciendo caso omiso a los reportes con tu nombre. –TaeHyung lo miró frustrado. —No me pidas más de lo que te puedo dar, Park.

El mencionado sonrió burlón. —Te recuerdo que ya no eres el agente a cargo TaeHyungie, si llego a descubrir que tu gente está causando problemas, sabes muy bien que voy a delatarte y oh, oh... Obtendrías la pena de muerte por traición a la patria.

Rápidamente TaeHyung sostenía por la solapa de su costosa chaqueta al mafioso. —Ojo por ojo, JiMin. Me traicionas y te arrastro conmigo, no me voy a ahogar en el infierno solo.

Al soltarlo, TaeHyung salió de aquel remoto lugar, le cubrieron los ojos con una venda para que no descubriera la ubicación y procedieron a dejarlo cerca de la estación de trenes donde se quedó por varios minutos analizando todo lo sucedido.

No era mentira que si la policía descubría sus torcidos caminos para obtener información, lo matarían sin dudar, hasta ese momento había sido cuidadoso pero no podía confiar en nadie, menos ahora que era un simple agente sin cargo.

Pero tenía que atrapar a SeokJin sí o sí, ¿cómo podría perdonar su traición? Tenía que conseguirlo, hacerlo pagar.

¿Era demasiado pretencioso?

En la estación seguían buscando pistas de su paradero, por supuesto que TaeHyung ya lo sabía y no estaba seguro de cómo podría dar aviso sin parecer sospechoso, así que decidió no involucrar al departamento e ir en su búsqueda solo.

Al hacer tal cosa podía ser acusado directamente de traición, prácticamente se estaba jugando la vida al ir tras este malhechor, y no estaba seguro si valía la pena.

¿Kim SeokJin merecía que perdiera su vida? Si quiera... ¿SeokJin lo recordaba?

Por supuesto que no, ese miserable seguramente estaba viviendo la gran vida sin recordar que destruyó su carrera por su causa.

Aunque quede en carne viva, con la piel hecha pedazos... Con su corazón destruido, lo intentaría, intentaría atraparlo.

TaeHyung observó el manto de la noche y suspiró con una sonrisa torcida. «Pronto estaremos juntos, Gacelita»


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¿Maletas listas? –JK preguntó por última vez.

Tanto YoonGi como Jin asintieron en conjunto, estaban dejando el país.

Jin sentía una especie de nostalgia por abandonar el lugar que lo vio nacer y crecer pero debían irse, no sabían cómo es que la policía obtuvo su paradero tan pronto pero no les darían el gusto de atraparlos.

Todo está listo, nos están esperando en la frontera, cruzaremos varios puntos ciegos para despistar, si lo hacemos por los aires seríamos fácilmente rastreados ahora. Y no tengo ganas de involucrarme en otra lluvia de balas. –JungKook gruñó con su característico humor.

Jin entonces se colgó de su brazo y le sonrió encantador. — ¿Te he dicho lo genial que eres, JungKookie-hyung?

Lambiscón. –Dijo el pelinegro poniendo sus ojos en blanco. —Vete con tu hombre y deja de distraerme, mocoso.

Jin se rió e hizo exactamente eso, corrió hacia YoonGi quien lo esperaba para entrar en la camioneta que los sacaría del país.


↬ʙᴏʏ ᴍᴇᴇᴛꜱ ᴇᴠɪʟ♛ [ᴛᴀᴇᴊɪɴ || ʏᴏᴏɴᴊɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora