Llevaba toda la mañana bailando, estaba tan ensimismado en disfrutar de la música de su banda favorita, unos chicos llamados "BTS", que el -ahora peli rosa- no escuchaba que lo llamaban tras la puerta pues tenía la música a todo lo que da en su habitación, estaba practicando la coreografía de "Blood, Sweat & Tears", pues era una de sus canciones favoritas, no escuchó que abrieron la puerta y una figura masculina se recostó contra la misma apreciando el baile intenso que tenía el menor, sin querer la mente del rubio comenzó con vagas ideas sexuales sobre esas caderas moviéndose tan sexy sobre su polla, esas blancas piernas abrazando su cintura mientras él golpeaba duro en el cálido interior del peli rosa, el sudor que recorría su cuello podía ser limpiado por su lengua mientras le dejaba unos bellos chupetones. Su mirada se oscureció y su miembro comenzó a doler, ver a Jin en esas ropas ligeras no era bueno para su corazón pues sentía que saldría de su pecho por la emoción de verle dándole un espectáculo privado sin saberlo.
—SeokJin. –Lo llamó con fuerza y el chiquillo se detuvo de golpe.
—Oh ¡Chi! –Apagó la música y tomó una toalla secando su sudor. —Perdón, no lo escuché.
—Sí, me di cuenta. –Sonrió al ver su rostro avergonzado. —Vamos, arréglate que saldremos.
Los ojos del menor se iluminaron emocionados.
— ¿Salir adónde?
—Iremos a hacer algunas compras, necesitas ropa adecuada para tus misiones. –Contestó con esa voz grave que tanto le gustaba al peli rosa.
— ¡Está bien! Iré a ducharme.
Corrió de prisa al cuarto de baño y se encerró, el rubio sonrió complacido por el actuar tan dulce de su niño. Salió y se fue a su despacho, ahí se dedicó a observar las fotos del hijo del eterno enemigo de su organización, el muchacho de nombre Park JiMin, que ahora era el líder de esa mafia que se dedicaba a los secuestros, el chiquillo en apariencia parecía un ángel, pero él que llevaba el mismo tiempo de vida que su adversario, sabía que tras ese rostro hermoso se ocultaba el mismísimo demonio, además de que su padre fue el culpable del asesinato de la familia de Jin, por la cual juró venganza, así que ahora le pisaba los talones al bastardo de su hijo y su mano derecha, Kim NamJoon, ambos, pagarían por lo que le pasó a su pequeño, claro que el rubio no sabía que unas terceras personas se verían involucradas en todo ese enredo.
Eran las 10pm, el frío del invierno era insoportable, SeokJin se encontraba oculto en la copa de un frondoso árbol en las afueras de una residencial donde vivían la mayoría de políticos, el peli rosa se caracterizaba por ser un maravilloso estratega y un acertado francotirador, desde que se le dio el mando de un equipo, éste demostró su característica de líder, sin dejar de lado su lado sensible, pues aunque estuvieran en apuros, el menor oji verde siempre se mostraba preocupado por sus compañeros.
—Objetivo localizado. –Susurró sobre el auricular que posaba en su oreja izquierda.
Sin perder tiempo, tomó su arma y apuntó, pero esperó, en primer lugar su equipo debía moverse, y hacer que el objetivo pague la deuda pendiente, de lo contrario, tendría que quitarle la vida.
Al cabo de unos minutos, se le notificó que la víctima no quería cooperar, estaba a punto de apretar el gatillo cuando las sirenas de la policía se escucharon a los lejos.
— ¡Todos huyan! ¡Rápido! –Gritó de nueva cuenta sobre el auricular y vio como los chicos empezaron a correr por la vía de escape que él había preparado por si las cosas se ponían feas.
Al levantarse un poco sobre la rama en donde se encontraba ubicado, divisó como la patrulla se aparcó frente a la mansión del político corrupto, varios hombres salieron y rodearon la mansión, sólo esperaba que su gente haya salido con bien, así que después de "revisar" los alrededores, se bajó de aquel frondoso árbol, dispuesto a marcharse por cuenta propia, pues no temía que lo encontraran.
— ¿Qué hace un gatito solo a estas horas? –Preguntó una voz grave a sus espaldas que lo hizo detenerse abruptamente.
El peli rosa se giró con lentitud, observó al guapo policía frente a él, un hombre alto, pelinegro, con una mirada color miel y burlona, sus labios rosas y delgados hacían la mueca de una sonrisa, el uniforme apretaba perfectamente sus abundantes músculos, haciéndolo ver como un adonis, tan caliente como el infierno.
—Al parecer, eres de los que estoy buscando. –Volvió a decir con su tono de voz suave y peligrosa, sus ojos lo recorrieron de pies a cabeza, deleitándose con la vista.
El peli rosa vestía un conjunto completamente en negro, guantes negros en sus manos, unos pantalones ajustados a su figura, una camisa de algodón con cuello de tortuga y manga larga, abrazaba su torso y cintura pequeña, las botas militares negras y esa arma apuntándole lo hacían ver sexy, lo que le llamó la atención fue lo hermoso que era el joven, con su cabello rosa pálido, esos grandes ojos verdes, y sus labios abultados y brillantes lo hacían ver como el pecado en persona, no pudo evitar lamer sus propios labios al ver tal belleza, aunque estaba decepcionado pues tendría que arrestarlo, ya que se encontraba en propiedad privada y seguramente no poseía licencia para portar armas.
—Dime niño, ¿acaso estás jugando a "Ladrón y policía"? –El menor seguía sin responder, sólo lo veía con cautela.
Rápidamente el menor se giró y empezó a correr, tenía la ventaja de ser muy rápido, pero el policía lo seguía muy de cerca y le gritaba que se detuviera, el peli rosa no quería dispararle pues le parecía muy guapo para eso, así que sólo se dedicó a correr, hasta que algo lo tomó por el tobillo haciendo que cayera de cara al pasto de aquel pequeño bosque.
Emitió un quejido debido al golpe, e intentó levantarse pero un peso se instaló sobre su espalda, imposibilitando su huida.
—Oh muñequito... -Susurró en su oído mientras controlaba su respiración. —Deja de moverte o me veré en la obligación de golpearte y créeme, no quiero hacerlo.
El hombre grande lo tenía sometido, con sus manos apresadas en la espalda, empezó a idear una vía de escape.
—Lo siento señor, pero debo irme o mi hada madrina no me concederá otro deseo. -Dijo suavemente pero con sarcasmo y aprovechó el impacto que le causó su voz al policía para girarse y patear su estómago, quitándoselo de encima, logró ponerse de pie y empezó su carrera de nuevo.
Mientras que el oficial se hallaba acariciando su zona golpeada, con una sonrisa pues aquel niño le había declarado la guerra con sus acciones.
— ¿TaeHyung, te encuentras bien? –Preguntó su compañero.
—Tranquilo HoSeok, sólo creí haber visto una Gacela. –Dijo sin borrar su sonrisa, con su mirada aún puesta en el camino por donde se había ido aquel muchacho, el otro solo lo miraba extrañado.
—Como sea, los demás nos esperan.
La pareja de oficiales se marchó del lugar, pero el azabache tenía una misión y era la de encontrar a su "Gacelita", pues estaba casi seguro que ese niño formaba parte de la mafia a la cual él investigaba, así que desde ese día se juró encontrarlo, lo haría pagar por más hermoso que fuera.
ESTÁS LEYENDO
↬ʙᴏʏ ᴍᴇᴇᴛꜱ ᴇᴠɪʟ♛ [ᴛᴀᴇᴊɪɴ || ʏᴏᴏɴᴊɪɴ]
Romance❝ Cuando SeokJin era un niño, vivió una bonita infancia junto a sus padres y hermano mayor, hasta el día de su cumpleaños número 10, estaban todos compartiendo un momento en familia hasta que, a causa de unos golpes fuertes a la puerta de su casa, é...