Eran las 12 de la medianoche, Jin vestía un conjunto policial común, no quería ponerse demasiado porque al momento de escapar, tanto peso lo haría más lento, por lo que convenció a Kim de sólo portar un chaleco anti balas.
—No lo creo conveniente, Jin. –Seguía insistiendo el hombre en la intimidad de la habitación. —Ponte el casco, no sabemos en qué momento puede ser útil.
—Ya le he dicho que no es necesario, además me siento más liviano así. –Refutó con irritación.
—Sólo velo por tu seguridad. –En un impulso, se acercó al menor y acunó su rostro con sus grandes manos. Provocando un enorme sonrojo en las tersas mejillas del peli rosa. —Quiero que esta misión sea un éxito, además, así sabrás cómo trabaja la policía, y quién sabe... Tal vez más adelante te unas a nuestras filas.
Jin guardó silencio. ¿Trabajar para la policía? Era justo lo que hacía ahora, y aunque no era tan malo, no era a lo que estaba acostumbrado, prefería seguir en la mafia, total, las únicas personas que le interesaban estaban ahí.
Kim se sintió decaído al ver la resistencia del menor ante sus palabras. ¿Acaso quería vivir huyendo y con la vida pendiendo en un hilo?
—Jin...
—Agradezco su preocupación, señor... Pero no tiene por qué hacerlo, sólo soy un convicto cumpliendo su condena. –Aquella afirmación se sintió como si le arrojaron un balde con agua fría.
—No es sólo eso, Jin. Estás conociendo como la policía trabaja por el bien de la ciudadanía. –Apretó sus mejillas para que le mirara a los ojos. —Estás viendo como la maldad sólo destruye. ¿No quieres salir de ese mundo? Un mundo donde sólo existe la angustia, el dolor y la desesperanza... –Los ojos de Jin se llenaron de lágrimas. —Tú sólo eres una máquina que existe para matar, pero ahora tienes la oportunidad de cambiar tu vida y ser alguien de bien. Alguien que no le deba nada a nadie.
—Usted no sabe nada. –Con un manotazo quitó las manos del hombre de su rostro. —Usted no sabe por qué yo estoy en ese mundo. Además, yo no soy una máquina. Soy un humano que siente al igual que los demás, así que cuide sus palabras. Si quiero o no cambiar mi vida. Sólo debe ser decisión mía.
—Lo es. Créeme que me gustaría saber cómo terminaste ahí... Quiero ayudarte Jin. Estás joven y el mundo espera por ti. No arruines tu vida en el bajo mundo. –Sin poder resistirse más, abrazó al menor con fuerza.
El corazón de Jin latía acelerado, sólo Dios sabía cuánto había necesitado un abrazo, que sin más, correspondió con la misma fuerza, sorprendiendo al agente.
Se separaron unos cuantos centímetros, sus ojos brillando y perdiéndose en el reflejo de los contarios, poco a poco, TaeHyung fue acortando la distancia. Jin se sentía hechizado por la fuerza de esa mirada oscura, cerró sus ojos y decidió entregarse a lo que el hombre mayor le ofrecía.
Sus labios se encontraron, en un beso dulce, sólo como una caricia, Jin lo abrazaba por el cuello, ansioso mientras que Kim paseaba sus manos por la cintura y espalda.
Poco a poco sus labios fueron moviéndose, encajando a la perfección, la calidez de sus cuerpos y la dulzura de su sabor provocaron en ambos que una especie de fuegos artificiales explotaran en sus corazones.Pero su emotivo momento se vio interrumpido pues era hora de proceder con el operativo. Jin se sentía confundido, era su oportunidad de escapar pero lo que acababa de suceder con el agente estaba martillando su cabeza.
Estar en los brazos del mayor se había sentido correcto.
Cuando llegaron al perímetro, Jin observó todo a su alrededor, su plan no podía fallar.
— ¿Cuento contigo? –Le susurró TaeHyung que estaba listo para la acción.
Pero Jin no pudo responder, hacerlo era declararse de los suyos y él no lo era, simplemente se giró y caminó en otra dirección, dejando al agente con dolor en su corazón ante la constante negativa del menor.
El operativo dio inicio, los agentes estaban en sus posiciones y Jin sólo esperaba ese pequeño momento de confusión para escapar, lo había decidido, muy a pesar que el agente casi lo convence, decidió que YoonGi era más importante.
Caminaba en silencio entre medio de una arboleda, él que sabía del tema, pensaba que era posible que les hayan tendido una emboscada a los agentes, así que empezó a buscar su ruta de escape pero no esperó verse rodeado de armas apuntándole en un segundo.
—Oigan tranquilos... –Dijo despacio, pues aquellos rostros no le eran conocidos.
—Aguarden. –Habló una voz que él sí conocía muy bien a sus espaldas. —Debemos sacar información primero.
Pero Jin se giró como rayo y las lágrimas se acumularon en sus ojos al ver al hombre que salía de entre los árboles y se paraba frente a él.
—Ko-Kookie... -Susurró.
El mencionado abrió sus grandes ojos con sorpresa al ver a su pupilo frente a él vistiendo ropas policiales. Tan vivo como anheló encontrarlo.
—Jin...
—Jefe, es enemigo. –Recalcó uno de los que seguía apuntando al "agente".
—No lo es. –Respondió tajante. — ¡Bajen sus armas ahora! –Ordenó con dureza.
Jin corrió hacia él y fue recibido con un abrazo de oso, estaba feliz, feliz de estar con los suyos.
—Debemos irnos. –Dijo al calmarse. —La policía no tardará en darse cuenta que escapé.
JungKook asintió y con señas indicó la retirada, segundos después, varios disparos hicieron eco y la voz de TaeHyung a través del radio montado en su chaleco se escuchó.
— ¡Jin! ¡¿Se-SeokJin dónde estás?! –Preguntaba angustiado.
Escucharlo tan asustado por su ausencia hizo que su estómago se contrajera, la culpa llenando sus sentidos pero ya no había marcha atrás.
Se quitó todo el equipo, incluido el grillete. Tomó el radio y contestó con dolor. —Lo siento mucho, agente Kim.
— ¡Jin! –Gritó pero el mencionado yacía corriendo hacia unas camionetas ocultas al lado contrario de donde se llevaba a cabo el operativo.
ESTÁS LEYENDO
↬ʙᴏʏ ᴍᴇᴇᴛꜱ ᴇᴠɪʟ♛ [ᴛᴀᴇᴊɪɴ || ʏᴏᴏɴᴊɪɴ]
Romance❝ Cuando SeokJin era un niño, vivió una bonita infancia junto a sus padres y hermano mayor, hasta el día de su cumpleaños número 10, estaban todos compartiendo un momento en familia hasta que, a causa de unos golpes fuertes a la puerta de su casa, é...