ᴄɪɴᴄᴏ.

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Estaba en el despacho de su jefe, éste lo regañaba por la imprudencia que cometió al no haberse marchado junto a su equipo y poner en peligro su vida, estaba con la cabeza gacha y las lágrimas se acumulaban en sus bonitos ojos esmeralda.

— ¿Haz comprendido? –Preguntó el rubio molesto.

Sí jefe. –Respondió sin levantar la vista, se sentía avergonzado.

El otro suspiró y con pasos lentos se acercó al muchacho y lo abrazó con fuerza, siendo correspondido al instante.

Estaba preocupado por ti, no te digo todo esto sólo por regañarte, necesito que entiendas que tú vales mucho para mí y no quiero que algo te suceda.

El peli rosa sollozaba sobre el hombro del contrario, él sabía que su jefe lo quería y por eso, también se esforzaba mucho por hacer su trabajo lo mejor posible, aunque siempre ponía a los demás antes que a él y eso no le agradaba a su jefe-amigo, y muy en lo profundo de su corazón, su primer amor.

Lo siento YoonGi-chi, trataré de no volver a hacerlo. –Hipaba mientras se aferraba al más bajo.

Está bien, por el momento me basta, ve a limpiar tu carita, estás todo mocoso. -Bromeó y depositó un cariñoso beso en la frente del menor ganándose una bonita sonrisa.

El chico se retiró a su habitación, YoonGi quedó con una preocupación acumulada en su pecho. ¿Cómo demonios la policía se enteró de su plan? Eso le daba indicios de que estaban siendo investigados, más que antes, y eso se puede atribuir a los recientes asesinatos a políticos y gente de la farándula... Pero, ¿qué más podía hacer si esa gente no le quería pagar?

Además, no somos los únicos que nos dedicamos a esto. –Susurró mientras veía las recientes fotos de Park.

Que la policía se estuviera moviendo tanto lo obligaba a moverse también, al parecer pronto se mudarían, no era conveniente permanecer en el mismo lugar por demasiado tiempo si te están persiguiendo. Lástima que esta vez, no fue lo suficientemente rápido.




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1 semana después...




Toda su organización se había movido, sólo faltaban ellos dos y unos cuantos chicos que los cuidaban, el menor no se quería ir del único lugar al que podía llamar hogar, pues ahí vivió muchas cosas bonitas al lado del rubio.

Pero no me quiero ir. –Decía con tristeza mientras veía la mansión vacía.

Es necesario Jin, la policía nos está siguiendo, así que debemos adelantarnos. –Contestó seriamente mientras cargaba su arma y la escondía en su espalda.

El otro sólo asintió, al momento de girarse una bala rozó su rostro, impactando contra la pared a su espalda. Quedó en shock por unos momentos y sólo reaccionó cuando el rubio le gritó que huyera, pero él, como buen samaritano que es, sacó su arma y se dedicó a proteger a la persona que amaba.

Disparos, golpes, insultos, era lo que se escuchaba, la policía los había emboscado y ellos no sabían cómo huir, así que una idea cruzó por la mente del peli rosa, éste le disparó a uno de los oficiales en la pierna, eso llamó la atención de los demás, que por unos segundos fue capaz de empujar a su jefe al auto, para que este huyera, obviamente el rubio no quería dejarlo ahí, pero el menor prácticamente lo obligó a que se marchase, si no lo hacía, matarían a los dos y todos sus esfuerzos no valdrían la pena.

El rubio arrancó y a toda velocidad huyó del lugar, el peli rosa disparó a las llantas de las patrullas, así que no pudieron seguirlo pero a él, en su vano intento por huir, lo golpearon hasta la inconsciencia, y acto seguido lo esposaron, la policía fue capaz de capturar al chico, uno de los más buscados por ser uno de los francotiradores más peligrosos de Seúl.

Un pelinegro se acercó al muchacho que yacía en el piso, ensangrentado y esposado.

Te encontré, Gacelita... -Susurró y acarició la mejilla herida del muchacho.

Ese fue el inicio de un sinfín de cosas que el peli rosa empezó a vivir, sin sus compañeros, sin un hogar, y sobre todo, sin saber sobre el paradero de su amado, sólo deseaba que estuviera vivo y bien, pues a él poco le importaba vivir sin su rubio.

↬ʙᴏʏ ᴍᴇᴇᴛꜱ ᴇᴠɪʟ♛ [ᴛᴀᴇᴊɪɴ || ʏᴏᴏɴᴊɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora