↬ʙᴏʏ ᴍᴇᴇᴛꜱ ᴇᴠɪʟ♛ [ᴛᴀᴇᴊɪɴ || ʏᴏᴏɴᴊɪɴ]

ᴛʀᴇꜱ.

3 años después...

— ¿Entiendes lo que debes hacer? -Preguntó un chico pelinegro a su aprendiz.

—Que sí, Kookie. -Fue la respuesta del oji verde, mientras tomaba su arma y apuntaba a su objetivo desde una torre de telefonía en la que encontraban.

—Sólo tienes una oportunidad, Kim. -Sentenció el mayor, observando los precisos movimientos de su donsaeng.

El mencionado se concentró totalmente, no era la primera vez que mataba a alguien, pero si era la primera vez que lo hacía con una personalidad importante, aunque admitía que tenía sentimientos encontrados, el actor al que le quitaría la vida era uno de sus favoritos, para el castaño era una enorme pena que tuviera una deuda millonaria con su YoonGi-chi, de no ser así, pudo haber seguido disfrutando de sus grandes dotes actorales.

—Lástima, pero todo en esta vida se paga. ¿No es así, Park HyunSik?

Susurró y apretó el gatillo, a los segundos, se pudo ver como la figura de ese hombre caía, con sangre saliendo de su cabeza, la gente que gritaba alrededor y un castaño yacía sonriendo complacido mientras era felicitado por su mentor.

—YoonGi estará complacido de saber que eres un excelente francotirador. -Decía el chico con una leve sonrisa mientras se dirigían a la empresa de su jefe.

—Todo sea por mi Chi. -Dijo sonriente sin medir sus palabras, a lo que el otro simplemente lo observó, deduciendo cosas que esperaba no fueran así.

Los sentimientos no se mezclaban en este negocio.

Al llegar a la oficina de su jefe, ambos chicos se encontraron con el rubio hecho una fiera, gritaba maldiciones a sus hombres que sólo podían asentir a los maltratos verbales.

—Debió pasar algo realmente grave para que estés así. -Dijo el pelinegro.

—Se les escapó, Kook. -Escupió con rabia.

—Hablas de... -El rubio asintió, mientras el contrario silbó sorprendido.

— ¿De qué hablan? -Fue la inocente pregunta que hizo el castaño al no entender la situación.

— ¿Aún estás aquí, SeokJin? Se supone que debes estar en casa ya. -Sentenció molesto el líder mientras bebía de su cerveza.

El castaño frunció el ceño, su YoonGi-chi no solía hablarle así, iba a refutar pero alguien se le adelantó.

—Solo queríamos compartirte que la misión del pequeño Jin fue todo un éxito, lo hizo de forma impecable, sin duda tiene talento con las armas. -Dijo JungKook en tono serio y a la vez orgulloso, pues él había sido su mentor.

— ¿Es eso cierto? -Cuestionó al más joven, que con una enorme sonrisa asintió feliz. —Ya veo, siendo así, te mereces un premio.

Los ojos del menor se iluminaron y rápidamente fue y abrazó al más bajo con fuerza, siendo correspondido y disipando la ira de éste con ese simple gesto.

— ¿Puedo pedir un Pony? -Bromeó el castaño soltando al mayor.

—Te dijera que sí, pero no hay espacio, lo siento. -Sonrió al ver el puchero del menor.

— ¿Puedo teñirme el cabello? -Sonrió de forma inocente mientras se balanceaba de un lado a otro, tal cual lo hace un niño cuando quiere algo.

El mayor elevó una de sus oscuras cejas y se cruzó de brazos, poniendo una pose defensiva.

— ¿Por qué? -Fue la pregunta que le hizo en tono demandante, haciendo dudar al menor.

—Pues... Es que... Usted sabe que mi color favorito es el rosa, me gustaría aplicarlo en mi cabello, sé que quedará muy bien. -Sonrió con tanta naturalidad que el corazón del mayor latió con mayor rapidez haciendo que bajara la guardia.

—Está bien. Puedes teñirte el cabello. -Dio su aprobación e inmediatamente un par de brazos lo rodearon por el cuello.

—Muchas gracias, hyung. -Susurró el menor en su oído y besó su mejilla con mucho cariño.

El menor lo soltó después y se despidió de ambos, pues debía obedecer la orden que el rubio le había dado de volver a casa.

—Ustedes dos son muy cariñosos. -Dijo el pelinegro minutos después de analizar la boba sonrisa en labios de su amigo.

—Jinnie me hace ser así con él. -Contestó con simpleza.

— ¿"Jinnie"? ¿Acaso usan apodos de pareja? Por Dios Suga, sabes perfectamente que no puedes involucrar sentimientos. -Le reprochó el menor.

—Sólo lo protejo. Tú sabes que se lo debo. -Volvió a su escritorio y tomó su saco.

—Sí, pero ten cuidado, este mundo no es para el amor. -La seriedad en el rostro de su amigo le hacía caer en la verdad.

—También lo sé. -Suspiró pesadamente. —Pero no puedo evitarlo, su presencia me hace sentir vivo Kook... Es algo que nunca antes sentí.

—Estás enamorado de SeokJin. -Afirmó sin rodeos.

—Sí. -Admitió el de piel clara. —Pero nadie puede saberlo, eso sólo nos complicaría las cosas y no permitiré que lo lastimen.

—Solo ten cuidado amigo.

El rubio asintió, consciente de que sus sentimientos sólo traerían desgracia para su pequeño castaño, para él y su organización, así que lo mejor era callarse.

Aunque si no le confiesa a tiempo todo aquello, alguien más podría arrebatarle su amor.