vi su cara, sabía quien era, sabía que me destruiría y aún así... dejé que me abrazara.
El miedo que me causaba su presencia se fue desvaneciendo cada vez que él me salvaba, aunque casi todas las noches estaba ahí, atormentandome, sabía que solo ten...
solo estaba parado mirándome, mis lagrimas me nublan la vista, estoy en shock, no puedo verle la cara muy bien porque esta contra luz, pero sé que huele horrible como hierro y humo de tabaco.
por la débil luz puedo divisar que sus pantalones son negros, los mismos conversé rotos y una sudadera blanca con algunas manchas… es él… el sujeto del subterráneo, está aquí en mi habitación.
*pánico* *miedo*
Mis ojos están como platos, la chica del teléfono apenas es audible.
-señorita… ¿sigue usted ahí? - la operadora continúa hablando, pero yo estoy estática, castañeando los dientes, mirando hacia él perpleja.
El sujeto encapuchado me arrebata con rapidez el teléfono de las manos, cuelga la llamada y lo avienta hacia mi cama con agresividad.
Me caigo al piso, perdí la estabilidad de mis rodillas, estoy temblando observando sus pies con la boca abierta, eso hace que el intruso baje a mi altura…
*terror* *nerviosismo*
-p...por favor por favor no me lastimes- me arrastro en el piso de reversa con mis manos hacia atrás para estar lo más alejada de él hasta que mi espalda tocó el borde de mi cama.
una lagrima rueda por mi mejilla mientras yo no le quito la vista de encima.
Miles de ideas pasaban por mi mente como darle una patada y correr o encerrarlo en el armario o solo salir huyendo por la ventana… una valentía que nunca salió y me hizo ceder a la debilidad y al miedo.
el pánico me estaba consumiendo, necesitaba tener la cabeza fría, pero es que solo temía por mi vida.
Él va hasta donde estoy tomando mi barbilla en sus manos alzando mi rostro hasta el de él, se queda observándome unos minutos antes de siquiera hablar, no puedo verle el rostro solo veo una sombra, pues esta contra la luz de la luna y la iluminación de mi habitación se va por completo.
*MIEDO*
- ¿por qué una cara bonita no quiere ser lastimada? Mmmh? hahaha-
su voz sonaba profunda y rasposa lo cual me heló, dicho esto solo ríe a carcajadas tan intensamente que me da oportunidad de pararme y salir huyendo pero apenas y me puse de pie me sostiene de mi cabello con fuerza, mis manos toman sus manos para que afloje su agarre, con su otra mano hace que mi cintura se pegue hacia él, chocando nuestros cuerpos, frotándose, su mano está en mi cintura, me toca la piel desnuda que está expuesta, puedo sentir sus ásperas manos en lo suave de mi piel, pero después puedo sentir algo filoso, miro hacia abajo y el brillo del metal se hace presente, un cuchillo acaba de salir de su manga.
Me azota contra la cama, es más alto que yo, más fuerte, estoy enojada por no poder hacerle nada, se tira encima de mí sin aplastarme, con una mano me apretaba las dos muñecas de mis manos y con la otra sostenía el cuchillo que daba en dirección hacia mi cuello, las lágrimas de mis ojos iban una tras otra sin descanso, jamás en mi vida había llorado tanto
-por favor hare lo que sea… lo que sea lo juro, aun no estoy lista para morir- fue estúpido lo que dije… como si las otras víctimas antes de mi si hubieran estado listas para morir, me arrepentí en seguida de eso ultimo que dije.
La luz de la luna que atravesaba los ventanales de mi habitación ahora me dejaba verle la cara haciendo que me retractara de lo que acababa de decirle al asesino.
-me gusta que ruegues- su mirada tan intensa me dio escalofríos, sentí como el miedo viajaba de mis ojos bajando por toda mi espalda.
Me quedaba petrificada al verle el rostro, esa sonrisa de mejilla a mejilla de un rojo quemado con la textura de cicatrices raspadas como si hubiera hecho intentos por volver a abrirse la piel, sus dientes algo amarillos adornaban su sonrisa maquiavélica haciendo lucir despiadado.
Lo blanco que era… ¿Cómo podía llegarse a ese tono?, era más blanco que una persona albina.
un cabello negro algo largo que le alcanzaba a cubrir un poco el rostro, no lo divise muy bien pues traía la capucha puesta.
pero lo que más me impactaba era su mirada, tan intensa de un contorno de ojos negro como si se hubiera carbonizado esa parte de su piel… de ojeras y parpados… sin rastro de pestañas y unos profundos y azules ojos que podría jurar que estaban tan dilatados que pronto serian de un tono negro…
Era un rostro horrible de pesadilla, un rostro del cual tu huirías sin pensarlo dos veces, un rostro que te incitaba a huir de él no importaba que, pero tal vez lo estaba confundiendo tal vez era una máscara o maquillaje ¿no?… algo tan monstruoso como él no podría existir ¿verdad?, dios necesito salir de aquí.
-por favor no me lastimes… ¿Qué quieres de mí? - dije con la voz quebrada ladeando mi cabeza para no verle directamente, era obvio que su recuerdo estaba ya guardado en mi memoria, pero algo en él hacía que no soportaras verle a los ojos directamente.
-sencillo, quiero rajarte el cuello… ¿no es obvio? –
Ante su respuesta volteo a mirarle, suplicante, me mira los pechos… o más que eso, escuchaba sonriente el desesperado latir de mi loco corazón que parece que podría salirse de mi pecho.
Él sonríe y pasa su cuchillo por mi cara como si me acariciara con el… le divierte verme sufrir.
-¿tu sangre sabrá tan deliciosa como lo es tu cuerpo?- abro mis ojos ante su pregunta e intento patalear pero él es más fuerte que yo.
encaja un poco el cuchillo hacia mi garganta tan solo para sentir el frio metal haciéndome quejar débilmente
-ahhhgg- cierro mis ojos con fuerza quejándome de lo que puede llegar a pasar.
esto llama su atención y retira un poco el cuchillo de mi piel, se acerca hacia mi oído para susúrrar: -sí tanto quieres vivir, demuéstralo, estas a prueba-
acercándose a mi rostro lentamente haciéndome que mi piel se erice, siento que me dará un infarto, no puedo más con el miedo… me consume, las emociones fuertes no son lo mío.
-Maldita sea - le escucho quejarse y ponerse nuevamente de pie, dejándome libre, temblando, para después irse por la ventana la cual estaba reflejando luces rojas y azules y yo solo pude desmayarme.
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