Capitulo 12

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Después de que se casara Echo y Bellamy. Clarke y Lexa siguieron estando juntas. Para ellas todo era maravilloso. Clarke no se imaginaba tener un amor como el que tenia con Lexa. Ella era todo lo que habían soñado. Lexa. Su Lexa. El poco tiempo con el que contaban lo aprovechaban al máximo. No solo en hacer el amor, si no en viajar juntas, conocer lugares nuevos. O enseñar algo de sus mundos a la otra.

Lexa con el pasar de los meses se fue sumergía cada ves mas en todos los deberes de duquesa. Ella trataba de salvar lo poco que su padre y su hermana le habían dejado. El tiempo se les iba de las manos tanto a Clarke por sus compromisos como modelo, como para Lexa con los de duquesa.

Un par de años después Clarke había decidido dejar las pasarelas y las campañas publicitaras definitivamente. Ya estaba cansada de todo y de todos. Su vida se había vuelto aburrida y sin ese brillo que hacia un poco mas de un año tenia.

A Clarke le rondaba en la cabeza la idea de abrir su propia agencia de publicidad y una academia de modeje. Ella quería guiar a las nuevas aspirantes a una carrera mas fácil y sin complicaciones. La modelo quería prevenir esos abusos innecesarios que algunas modelos pasaban con sus manager. La persona que se suponía las debía cuidar. Quería evitar lo que un día le paso a ella con Finn.

***

5 años después

En su momento, le había parecido una buena idea. Ojalá Clarke hubiera recordado a tiempo el sabio consejo de su cuñado Bellamy sobre lo de «esperar lo inesperado». Así, se lo habría pensado dos veces antes de acceder a quedarse en casa de su hermana mientras ella se tomaba unas muy necesitadas vacaciones en el sur de Francia.

Sin embargo, Bellamy ya no estaba para recordarle aquello. Además, a ella jamás se le habría ocurrido negarse a la petición de su hermana o de Octavia para que le cuidara la casa, cuando ella sabia que Echo y Octavia seguían muy afectadas por la dura tragedia que les había golpeado a todos hacía seis meses.

Bellamy, había muerto. Contrajo la malaria mientras Echo y el trabajaban en África como voluntarios y no había logrado recuperarse. No parecía posible que algo semejante pudiera ocurrir en el siglo XXI, pero, desgraciadamente, así era. Y en espacial en ese país.

Llevaba en la casa de su hermana ya una semana, pero Clarke aún esperaba que Bellamy apareciera de repente, con Echo bromeando, besándose o asiendo cualquier cosa tal y como solían hacer. Bellamy era parte de la familia. Un integrante mas y perderlo fue un gran golpe.

El tiempo parecía decidido a hacerle blanco de sus bromas porque, en ocasiones, un minuto parecía durar una eternidad y el siguiente se desvanecía de repente, dejándola con la sensación de encontrarse atrapada en un sueño triste y desesperanzador del que no podía despertarse nunca.

A pesar de que adoraba su trabajo, se alegraba de que el curso de la academia hubiera terminado. Las responsabilidades y deberes que tenia habían sido arduos durante el último mes porque todo se había juntado. Campañas nuevas. Reciente alumnado. Todos querían un poco de ella. Sin embargo, después de que hubiera terminado aquel periodo tan frenético, no le quedaba más remedio que enfrentarse a su pena y al profundo dolor que sentía por la pérdida de su cuñado.

No aguardaba los largos días de verano con la misma impaciencia que lo habría hecho normalmente. Lo único que podía hacer para conseguir que pasara el tiempo era dar largos paseos con Cheto, el querido perro de su hermana.

Podría haberse organizado ella también unas vacaciones para cuando su cuñado regresara, pero no había tenido ánimo para hacerlo. Unas amigas le habían pedido que se fuera con ellas de vacaciones a Italia, pero Clarke había declinado la oferta. ¿Cómo podría ser buena compañía para nadie cuando aún seguía profundamente apenada por la muerte de un ser querido?

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