Lo Que Dicen Tus Ojos >>Bakugo Y TN<< ✅

CAPÍTULO 26

Los padres de Katsuki

Al dia siguiente papá y el director Nezu nos habían dado unas pequeñas "vacaciones" que realmente solo eran unos dias de descanso pues físicamente no estábamos en nuestro mejor momento.
Los entrenamientos eran muy intensos y duros y eso nos pasaba factura.

Bakugo había hablado con sus padres y ellos habían accedido a que yo pasase estos días con ellos pues actualmente yo no tenía una casa a la que volver y no iba a quedarme en la Academia pudiendo salir y disfrutar del aire libre, necesitaba cambiar de lugar porque aunque me encantase mi habitación, no era mas que eso, una habitación de estudiante que a veces llegaba a agobiar.

Sentía lástima por Shoto, él tuvo que volver con su padre a su casa, pero me prometió escribirme si me necesitaba o si necesitaba salir de allí y dar una vuelta.

— Katsuki ¿Necesito mantas? - Dije alzando un poco la voz mientras hacía mi maleta, él estaba en su habitación y yo en la mía pero teníamos las puertas abiertas y podíamos comunicarnos si alzabamos un poco la voz -

– Claro que no, allí tenemos mantas, te dejaremos todo lo que necesites enana, no hace falta que te lleves toda la habitación, son 4 dias - Fruncí el ceño sacando algunas cosas de la maleta pues tenía razón, me estaba llevando cosas innecesarias -

He de decir a mi favor que estaba muy nerviosa, iba a conocer a mis suegros y ese era un paso muy grande en nuestra relación. Necesitaba caerles bien, era primordial si quería tener algo a largo plazo con Katsuki, así que estaba dispuesta a ser la mejor nuera del mundo.

Con ayuda del Bakusquad pude comprar algunos regalos a espaldas de Katsuki, no tenía mucho dinero así que tampoco podía permitirme comprar algo caro, pero pensé que con un detalle me los ganaría, así que compré una caja de bombones y unos pastelitos.
Lo guardé en una bolsa con cuidado y cuando acabé llevé mis cosas a la habitación de Katsuki quien estaba terminando de cerrar la maleta.

– Ven aquí, sientate encima y yo la cierro - Reí un poco e hice caso, me senté sobre la maleta mientras él la cerraba -

— ¿No decías que llevase pocas cosas? - Dije burlándome, él gruñó y no me miró -

– Callate extra - Alcé una ceja al escuchar ese apodo, me levanté de la maleta y me puse frente a él mirándolo con seriedad -

— ¿Que me has llamado? - Lo miré amenazante - Repite eso - Me fui acercando lentalmente hacia él, su cara era un poema, se acababa de dar cuenta de lo que había dicho -

– Enana yo... No quise decir eso - Cuando quedó acorralado en la pared su rostro cambió, ya no era de vergüenza o de arrepentimiento -

Esos ojos rojos se habían encendido, sonrió viéndome de arriba a abajo.

– Aunque si llego a saber que ibas a actuar así lo hubiera dicho mucho antes - Pasó su lengua por su labio superior y mordió el inferior sin dejar de mirarme -

Sentí como me entraba calor, tomé el cuello de su camiseta y con brusquedad lo atraje a mí juntando sus labios con los míos, sus manos tomaron mi cintura y cuando iba a bajarlas hacia mis nalgas se escuchó un carraspeo que nos hizo separarnos como si fueramos un muelle.

— P-papa... - Avergonzada agaché la cabeza con un notorio sonrojo -

– Os espero en el coche, no tardeis - Se dio la vuelta y se fue dejándonos a nosotros solos, miré a Katsuki y él solo pudo reirse ante lo que acababa de pasar a lo que sonreí un poco -