CAPÍTULO 61

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La verdadera identidad

- No tienes miedo de estar sola a estas horas en la calle? - Una voz a mi espalda hizo que diera un respingo en mi asiento -

Esa voz me era conocida pero por alguna razón no me dió miedo escucharla.
Giré la cabeza encontrándome con un chico rubio vestido de aviador.

En cierto modo me sentía aliviada aunque no sabía porqué, él había sido el causante de todo el temor que condicionaba mi vida últimamente.
Me levanté y me alejé unos pasos de él.

- Que haces aquí? - Pregunté queriendo mantener cierta distancia pues no me sentía segura con él aunque tampoco teniay miedo. Era como si en el fondo supiera que no iba a hacerme daño -

- Estaba patrullando y... Te vi aquí... - Dió la vuelta al banco y se sentó esperando a que yo también lo hiciera -

Con cierta desconfianza lo hice, me senté a su lado pero dejando espacio entre los dos.

- Polluela... Yo no puedo seguir así, te hecho de menos, porfavor perdóname - Lo miré y al ver su rostro lleno de tristeza por algún motivo hizo que volviera a llorar -

Verlo aquí conmigo me hizo recordar todo lo que había perdido en poco tiempo, mi valentía, al amor de mi vida, a uno de mis mejores amigos, a mi primer amor... Había perdido demasiadas personas y había ganado solo una que ni siquiera sabía si quería.

Al ver mis lágrimas y como tapaba mi cara se acercó tímidamente hacia mí y sentí el calor de sus alas arropandome. No iba a mentir, había extrañado muchísimo este contacto. Yo también lo hechaba de menos, a él, a su forma de cuidarme, sus chistes malos pero que siempre me sacaban una sonrisa, sobrevolar la ciudad después de los patrullajes, sus abrazos, sus palabras bonitas... Eran cosas que realmente extrañaba, pero después de lo que hizo me costaba hasta mirarlo a los ojos sin sentir decepción.

- Polluela perdóname... Se que lo hice muy mal, se que jamás debí si quiera plantearme hacerlo... Pero no tuve elección... La comisión quería la información que Dabi podía darme y... No encontré otra solución, te prometo que tenía un plan, pero sabía que si te dejaba mi pluma al final él te la encontraría y sería peor para tí... - Lo escuchaba, pero en mi corazón solo se clavaban puñales con cada palabra que salía de su boca -

- Hawks... No lo entiendes... Traicionaste mi confianza, me regalaste y ni siquiera cambiaste de opinión en ese momento, mi único, salvavidas eras tú, confiaba en tí, puse mi vida en tus manos pensando que jamás harías nada que me lastimara... Y dejaste que me secuestraran... - Noté como sus plumas se tensaban, no había apartado su ala de mí porque inconscientemente sabía que necesitaba un abrazo, y esto era lo mas cercano a ello -

- Lo sé Baby Bird... Soy una mierda, te puse en peligro por gente que ni siquiera me valora... Pero estoy condenado, no puedo salir de ahí por mas que quiera... Y fui muy estúpido pensando que quizás podría ser libre si les conseguía lo que querían. Estaba muy equivocado y solo conseguí perder a lo único que me había dado ganas de vivir en mucho tiempo... - Me miró a los ojos al decirme eso, sentí calor en mi pecho, como si los trozos de mi corazón se estuvieran recomponiendo poco a poco - Odio verte mal, odio verte llorar y mas odio que sea por mi culpa... Porfavor polluela... Perdóname, te lo suplico. -

Era convincente, pero aún así había algo que no me dejaba hacerlo.

- Hawks, no puedo confiar en tí... Quien me dice que no volverás a hacerme lo mismo en unos meses? - Dije con seriedad aunque dolida por no poder perdonarlo fácilmente, realmente quería hacerlo pues lo extrañaba mucho, pero no era tal sencillo -

Lo Que Dicen Tus Ojos >>Bakugo Y TN<< ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora