CAPÍTULO 59

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Porfin estás aquí

- Joder... ESTÁ AQUÍ, LA TENGO! - Unos brazos me recogieron del suelo y enseguida reconocí quien era - Tranquila pato, ya estás conmigo -

Fue mas bien un susurro pero logré escucharlo, él tapó mis vías respiratorias con un trozo de la sábana que me envolvía para que no respirase el humo aunque ya era tarde para eso.

Me apretó contra su pecho y corrió conmigo en brazos, lo escuché toser y moverse "apartando" la niebla con la mano, supuse que se dirigía a la salida.
Mi cuerpo enseguida reconoció el suyo por lo que me dejé llevar contra él y quedé inconsciente tras saber que con él estaba a salvo.
No escuché más que algunos gritos y de fondo mi nombre sonaba en la voz de alguien, pero ya no supe que pasaba, simplemente ya no era consciente de lo que pasaba a mi alrededor.

...

Cuando abrí los ojos la luz me molestó pues había estado mucho tiempo encerrada en un zulo por el que apenas entraba una rendija de luz.
Me levanté sobresaltada y miré rápidamente a mi alrededor asustada pues quizás solo había sido un sueño y seguía en aquel lugar.

Pero al ver a un hombre con pelo negro sentado en una silla durmiendo con los brazos cruzados sentí un gran alivio, miré a mi alrededor. Estaba de nuevo en mi habitación, ahora sentada en mi cama, las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, no podía creer que la pesadilla hubiera terminado y que por fin estuviera en casa.

- Papá... - Lo llamé aunque no muy alto, era mas una confirmación de que no estuviera soñando o alucinando por el humo inhalado -

Mi padre se sobresaltó al escucharme y abrió los ojos con rapidez. Miró toda la habitación y cuando sus ojos se posaron en mí rompió a llorar y corrió a abrazarme con fuerza.

Yo me quejé ligeramente pues me dolía todo el cuerpo por las quemaduras y golpes, pero no lo aparté, agarré fuertemente su camiseta y me aferré a ella llorando en su hombro.

- Mi princesa... Porfin estás aquí... - Pocas veces lo había visto llorar de esta manera, la última vez fue hace un año cuando él y papá Hizashi pelearon y él se fue de casa, desde entonces no lo había vuelto a ver de esta forma -

Simplemente me dejé acoger en sus brazos, me agarraba a él con fuerza, con temor de que se fuera a ir.

Se separó despacio de mí y tomó mi rostro para acunarlo entre sus manos y acariciar mis mejillas, me miraba con cariño pero también con tristeza, se podía ver en sus ojos la gran pena que sentía por mí cosa que me hizo desvisar la mirada para no verlo. No quería que ahora me vieran con pena, solo quería recuperar mi vida conforme la dejé, aunque sabía que eso no sería tan fácil.

Alguien tocó a la puerta y la abrió despacito dejando ver solo parte de su rostro.

- Papá puedes ir a descansar si quieres me quedo yo con ell-... TN! - Miré hacia la puerta viendo a Shinso quien la abrió del todo al verme despierta -

Mi hermano entró en la habitación y corrió a abrazarme pero al estar mas cerca de mí decidió no hacerlo y solo tomarme de la mano y apoyar su cabeza en la mía.

- Te he echado mucho de menos... - Su voz sonaba desgastada y pude verle mas ojeras de las que normalmente tenía -

- Yo también a tí - Dije bajito, tenía agarradas las manos de mi hermano y de mi padre y mi mirada pasaba de uno a otro -

- Mis pequeños - Papá nos abrazó a los dos juntandonos a él, solo apoyé mi cabeza en su pecho sollozando mientras le daba una pequeña sonrisa a Shinso quien todavía no había soltado mi mano -

Lo Que Dicen Tus Ojos >>Bakugo Y TN<< ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora