El Gatito del señor Jeon.

" Estoy enamorado"

"Llamada perdida de mi madre,

Como, "¿Dónde estás esta noche?"

no tengo coartada

Estaba solo con el amor de mi vida"

-golden hour Jvke.

El cielo esa tarde tenía tintes de diferentes colores, era un atardecer muy bonito y refrescante, el cielo azul estaba mezclado con colores lilas y morados casi pareciendo de otra galaxia, el ventanal de la habitación de Jungkook estaba abierto así que la suave brisa movía las hebras del cabello de yoonie.

El Omega estaba recostado en un gran puff de color beige que había cerca del ventanal, sus labios rojos por haber comido un plato repleto de frutas que su ahora oficialmente Alfa le había traído, yoongi amaba la carne pero la fruta era muy buena y saludable, acostumbrado a que hiciera parte de su dieta.

Estaba tranquilo, estaba tán tranquilo que parecía inquietante, sus pensamientos iban y venían de aquí para allá, había algo de ansiedad en ellos.

¿Qué ocurriría en un futuro?

¿Qué reacción tendrían sus padres al ver la marca en su cuello? Una marca sin una boda previa.

Mordió sus labios, él era el mayor, ¿Estaba haciéndo bien las cosas con el pequeño Taetae?

Estaba sin duda alguna perdido, sus padres sabían ahora que estaban con los Jeon, que su hermano hubiera venido en busca de ellos confirmaba que ya se sabía de su estadía y dos omegas prófugos- el pensamiento hizo que su cabeza palpitara- toda la alta sociedad estaría hablando de ellos en unas cuantas semanas más, serían la comidilla de chismes y rumores, dos omegas Min desaparecidos, dos omegas de alto linaje, sería el titular más extravagante que una revista clasista podría tener cuando el honor de los Min estaba por sobre todo, eran una familia, culta, conservadora y sobre todo con tantas influencias, dinero que siempre había alguien con un ojo sobre ellos.

El Omega atrapó uno de sus dedos en sus labios y tiro de su uña con impaciencia ¿que pensaría la familia Jeon? Que pensarían de él y de su hermano luego de ver que se habían saltado todos los pasos como omegas simples sin valores o modales, sin respetar las constumbres propias, incluso la familia Jeon debía tener su propia ceremonia de unión.

No estaba arrepentido, de la marca en su cuello.

Ese pensamiento jamás cruzaría ni un momento por su mente, tener la marca de su Alfa hacia que su Omega se revolcara jugando de manera perezosa en campos de flores, incluso podía sentir como su puma esperaba cada tarde por él...por Jeon, esperando por ese majestuoso espécimen de color negro que con sus profundos ojos se acercaba al igual que la noche, su figura imponente mientras atravesaba el gran pasto y se dirigía a él, su Omega estuvo feliz pero no corrió hacía él esperando a ser mimado, sentándose con delicadeza sobre su trasero y su cola larga blanca agitandose con felicidad.

El felino contrario dió una vuelta a su alrededor feromonas impregnadose en su pelaje como forma de protección y luego al estar cerca de su hocico la gran lengua lo lamío, un gruñidito adorable salió de la boca del puma blanco regresando el gesto a su Alfa, ambos perdidos en su propio mundo.

Eran solo gatos grandes.

Gigi quiso reír, el rubor subiendo a sus mejillas cuando la corriente de un río de emociones deslumbrantes lo ahogo en sentimientos de adoración y deseo- llevó las manos a su rostro cubriéndolo, sus rodillas subiendo hasta su pecho adoptando una posición fetal- ¿Así sentía estar enamorado? Casi estaba chillando como una adolescente intensa de esas películas absurdas que su hermano solía mirar en su tiempo libre.