El Gatito del señor Jeon.

"Berrinche mañanero"

- volví -la autora pasa cantando-otra vez pa meterle al team, pero como que volví  yo no entiendo si yo nunca me fuí.

Yunie llegó totalmente furioso a la mansión Min, sus feromonas fuertes picosas y agrias se adueñaron de todo el espacio, quitando con brusquedad todo el equipo de seguridad que tenía en su cuerpo y lanzándolo en el suelo creando estruendos en el lugar, el alfa tomo su arma y la dejo en la mesa con un sentimiento agrio apoderándose de su pecho, llevo ambas manos a su cabeza tirando de su cabello y luego se apoyo con ellas en la mesa del comedor con la mirada perdida en las puertas de cristal.

La curvilínea figura del Omega Min se abrió paso entre ellas, su padre Omega apresuró los pasos hasta él casi chocando con sus propios pies, sus feromonas preocupadas se hicieron presentes, su rostro contraído en preocupación:

- ¿Te ha pasado algo querido?- sus manos suaves y perfumadas se posaron a ambos lados de las mejillas del alfa- ¿Te han herido? ¿Qué ocurrió?- ante la falta de respuesta el omega lució más preocupado casi con los ojos llorosos- traigan una cena para mi hijo ahora mismo y bebida- le hablo a las dos Omegas que la seguían- llamen a un doctor de inmediato, que el doctor de la familia esté aquí cuánto antes- las Omegas se movieron con rapidez cumpliendo las peticiones.

- No es para tanto papá- el alfa dejó caer su cuerpo con pesadez en el sofá, su mente rememorando los últimos sucesos.

- No lo entiendes, no quiero volver- un sollozo escapó de su boca – por favor yuhein- suplico con sus ojos fijos sobre mí.

Ver el estado del Omega tan frágil y sus ojos suplicantes hizo que algo dentro de su pecho doliera, sus propios dientes se apretaron fuertemente su puma fuertemente frustrado e impaciente.

Los movimientos de la servidumbre fue todo lo que el alfa escucho hasta que el próximo Min hizo acto de presencia, Su padre estaba allí ahora mismo, el alfa se sentó de manera recta y correcta como era costumbre pero no dejaba de verse sumamente molesto.

- Padre- inclinó su cabeza, su papá Omega había tomado asiento en un mueble continuo sin perder de vista cada uno de sus movimientos.

- Hijo mío, uno de los alfas Min de los que más me enorgullezco- su padre, tomo la botella de whisky que la servidumbre había dejado en la mesa y lleno un pequeño vaso de vidrio con el trago- mis oídos solo esperan, buenas noticias- El Min menor en la sala en ese momento, sintió los pelos de su puma erizarse internamente, tal vez estaba demasiado tenso y por eso su mente estaba pensando en algunas cosas absurdas…porque, que posibilidad había de que alguno de sus extraños pensamientos tuvieran razón?

- Lamento no poder satisfacerte está vez- su padre Omega recibió el te que era brindado por una de sus acompañantes mientras revolvía el líquido con una pequeña cuchara, hizo una seña al doctor para que se acercara a su hijo.

- Explícate- su padre era realmente imponente, el Min tenía un físico admirable infaltable traje color negro, algunas arrugas en su rostro que lo hacían ver muy maduro como si el paso del tiempo lo hiciera más sabio, fachadas…

- Antes de eso- el alfa movió su brazo en dirección al doctor alfa que estaba atendiendo una de sus heridas, el hombre se apresuró a tomar una mota de algodón gruesa remojado en alcohol, siguiendo con el proceso de limpiar lo que parecía una profunda cortada- ¿Qué ocurrió luego de que partiera a Canadá?- su padre se tenso visiblemente pero sus gestos se congelaron viéndose neutral, su papá Omega dio otro sorbo a su te con una mirada sorprendida sobre su hijo, ¿A qué venía esa pregunta exactamente?

-Luego de que te enviará a Canadá surgieron muchas situaciones pero todas con su curso normal, respetando nuestras tradiciones y sistemas.

- No, no hablo de negocios en este momento- el doctor estaba vendando ahora su brazo- Mis hermanos, ¿Quiero saber que los orillo a tomar esta decisión?