Florecita

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Los pumas embarazados eran débiles en su estado, se cansaban más rápido y necesitaban retomar energía cada cierto tiempo, disfrutaban mucho los descansos y se volvían muy posesivos con su territorio, su alfa y todo lo que consideraran suyo.

Su aroma se volvía más dulce también y dormían mucho.

A Min le encantaría estar durmiendo justo ahora en la paz de su hogar con su alfa, pero la vida daba vueltas extrañas y frente a él...estaba un maldito loco.

Un grito de dolor salió de los labios de Annie, la mujer temblaba en espasmos ahogándose con su propia sangre, tirada en el suelo luego de haber intentado proteger en vano a su señorito.

Era todo un grupo grande el que había irrumpido con violencia destruyendo la amena charla.

El color había bajado del rostro Gigi, el dolor tanto físico como mental lo tenía en trance, su vínculo ardía como una quemadura fuerte de un hierro que ardía y luego se enfrió en un doloroso hielo, el omega hubiera preferido seguir sintiendo el fuego ardiente a no sentir absolutamente nada, sus ojos abiertos de par en par y las lágrimas corriendo por ellos.

Su nana estaba golpeada y su sobrino estaba totalmente aterrado en un rincón protegiendo su barriga.

- ¡Por favor no!- uno de los hombres de ese tipo apuntaba con un arma a Alex, que abrazaba o intentaba proteger con sus manos su barriga muy embarazada - Te lo suplico, por favor no dispares- un gimoteó de llanto salió de sus labios, estaba totalmente aterrado- ¿me buscas a mi? Haré lo que sea, pero ellos no tienen la culpa- arrodillado frente a el hombre enmascarado que parecía ser el líder de ellos, estaban tan cubiertos que solo había una rendija en sus ojos para su visión, el puma de Gigi soltó feromonas pesadas y furiosas como una forma de protección para los suyos.

La respiración del ojiplateado se aceleró, él llevaba a su cachorro, su estómago bajo ardía dolorosamente pero allí estaba su cachorro, él...él no podía perderlo, su cabeza se nubló mirando su panorama.

- He querido decirte muchas cosas desde que te observe por primera vez florecita.

La voz gruesa y sin ninguna emoción salió de los labios del tipo que se acuclillo frente a él, aún así agachado para burlarse era mucho más alto y las garras del omega habían salido para dar un zarpazo en su cara, su mano fue detenida antes de que pudiera hacerlo, sudo al ver los ojos de aquel, ojos rojos y depredadores lo observaban escaneándolo, unas rendijas negras horribles en ellos, había una cicatriz en su ojo derecho que lo atravesaba.

- Permíteme presentarme florecita.

- Me importas una mierda- escupió el omega sus ojos brillando en tonalidades plateadas.

El Alfa asintió y de un rápido movimiento saco su arma dando otro tiro al cuerpo de Annie que parecía ya no respirar, sin apartar sus ojos de él en ningún momento, sin mostrar ni un poco de culpa, el sollozo inevitable salió de los labios del omega, sus garras impotentes apretándose contra su propia ropa.

-Shhhhhhh, florecita- el alfa sostuvo su mandíbula obligándolo a volver su vista hacia él, los dedos fríos sostuvieron su mentón mientras mantenía su mirada enojada sobre él - Jeon es un puto afortunado, tener a la joya de la corona en sus manos- la mirada sobre su cuerpo se volvió fría y siniestra - ¿Sabes que ahora debes buscar otro alfa para tí?- el omega intento retroceder pero el agarre se volvió más firme de manera dolorosa, las uñas del tipo clavándose en sus pómulos con maltrato.

- ¿Quien eres?- preguntó en un murmuro.

- La cobra, florecita y he venido por tí, estoy buscando tener una gran cantidad de cachorros - su nariz acaricio el pómulo del mas bajo- y si es arrebatándole el preciado amor a un Jeon- se relamió los labios casi como si estuviera saboreándolo emocionado-  seré ganador del puto infierno mientras te tomó.

Las arcadas parecían subir por la garganta del omega, su mirada de odio no bajo ni un momento y sus feromonas estaban tan fuertes que varios habían comenzando a retroceder, menos el maldito que tenía sus manos puestas en él.

- Eres una cosita rebelde- los ojos obsesionados no lo dejaban, pequeñas tiritas de sangre estaban comenzando a salir de sus pómulos.

- M-mi alfa- intento preguntar Min pero su voz se corto.

- Esta charla me esta aburriendo, dulces sueños florecita. 

Sintió un fuerte golpe en su hombros y su visión se desvaneció oscureciéndose, él extraño lo sostuvo contra su pecho mientras reía porque aun estando casi inconsciente el omega buscaba fuerzas de donde no tenía para apartarlo, las manos pequeñas intentando empujar su pecho.

Esto apenas comenzaba.








Había un dolor crónico palpitando con fuerza sobre su cabeza, estaba empapado en sangre, no sabía si era suya o de otros o una combinación de ambas, ni siquiera podía sentir los pasos que daba, el sabor metálico de la sangre estaba en su boca, escuchaba gritos y se cuestiono si ciertamente no había muerto y ahora mismo estaba pasando por el purgatorio, su mirada era doble, y su propio puma estaba enloquecido.

El Alfa había tenido la suficiente energía para llegar hasta su hogar de manera rápida convertido en puma, la transformación a su piel humana fue dolorosa porque sabía que tenía algún hueso roto y en el intento de recomendarse  solo le causó un penetrante dolor, su sanación estaba tardando por causas justas había resistido a una puta bomba.

Sombras estaban en su campo periférico, su puma aclaró la vista, estaba en su dormitorio pero el aroma de su omega no estaba, había brazos tirando de él para darle atención pero no se detuvo hasta confirmar lo que tanto lo había estado aterrando.

Su omega no estaba.

Los susurros de las voces se volvieron ecos, luego pitidos y finalmente escucho la voz de su padre, su hermano inyectando adrenalina en uno de sus brazos, su cuerpo siendo tirado contra el suelo mientras intentaban controlar al enloquecido alfa.

Diez Alfas de su familia debieron someterlo, hasta que finalmente se dio cuenta que estaba en su hogar, que su omega había sido raptado, que les habían tendido una trampa y que había perdido a 30 de sus hombres en aquello, su cuerpo estaba totalmente masacrado sus brazos con heridas abiertas y sangrantes que luchaban por cerrarse con su regeneración natural, estaban vendándolo con rapidez.

- ¿Donde esta?- su voz ronca era baja pero estable, intento volver a ponerse de pie pero varios brazos lo siguieron tomando - ¿Están impidiendo que vaya tras mi omega?- sus ojos se volvieron oscuros pozos mientras se zafaba de aquellas personas- Voy a matarlos...

Las feromonas de su padre lo golpearon mientras esté se dirigía hacia él, el hombre mayor y de aspecto firme lo hizo reaccionar rugiendo contra él.

- Entra en sí, antes de volverte loco, escucha, atiende hijo, atiende Jeon -lo zarandeo.

Cerro sus ojos, dio una respiración vaga pero necesaria y al abrirlos sus ojos aún seguían siendo tenebrosos pero su cordura volvía.

Jeon volvió.

- Quiero que cierren toda la puta ciudad, me importa una mierda el gobierno, nuestros lazos políticos o nuestros aliados, el gobierno es nuestro así que deben seguir nuestras ordenes, nadie sale de la ciudad, nadie entra de la ciudad, Quiero todo el sistema de cámaras de seguridad sobre cualquier auto sospechoso desde la hora en la que desapareció- su cuerpo crujió al levantarse pero poco le importó, terminó de vendarse la muñeca el mismo y tiro el rollo hacia un lado.

Su familia estaba allí, Bogum que estaba más muerto que vivo tirado sobre un sofá los había llamado a todos, su celular aún lado mientras era atendido había llegado hace poco.

Su padre, la mano derecha de este, sus hermanos y sus primos.

- hermano hacer eso volverá a las autoridades en nuestra contra, se volverán locos- uno de sus primos hablo- debemos comenzar un bloque de búsqueda discreto que...

El Alfa fue estampado contra la pared, la respiración acelerada y enojada del Alfa más fuerte sobre sí, sus ojos furiosos.

- ¿Estas yendo en contra de mí?

Él Alfa negó, sus familiares petrificados ante aquello, Hoseok lo entendió, ahora mismo no había podido dejar a Taehyung muy lejos de él y estaba en una Jeep abajo esperándolo ignorante de lo que pasaba, un fuerte sistema de seguridad a su alrededor, nadie podía cuidarlo mejor que él pero no podía subir a su taetae a esta fuerte situación y dejarlo en casa no era una opción con la desaparición de su cuñado.

el alfa contrario se volvió sumiso y Jungkook lo dejó caer mientras volvía su atención a los presentes.

- He cambiado de opinión, todo el país se moviliza en la búsqueda de mi prometido- el ambiente se volvió más pesado si era posible- Aire, Mar o Tierra, será encontrado.

Y con esas últimas palabras toda la sala se disperso ante sus órdenes.

Voy a encontrarte gatito.

Y haré que ese maldito engendro tenga la muerte más dolorosa posible.




Y volvimossssss, resucitamossssss muchachossssss

Creyeron que ya era el final? Nononononononono.

Un beso jsjsjsjsjsjs y me encanto haberles dado ese sustito amo sus comentarios, gracias por esperar y apoyar esta historia.

♡ corazoncito para que se desahoguen, dejen lo que quieran acá.

El Gatito del señor Jeon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora