El Gatito del señor Jeon.

" cambios de humor"

Jungkook estaba sumamente desconcertado, el ambiente tan rápido como se había calentado de la misma manera había bajado a temperaturas glaciales bajo cero.

Kook miro al gatito dormido en sus brazos, sus cejas se fruncian confundidas, ¿Entonces no era el pre-celo de Yoonie? La respiración acompasada y lenta le respondió, Gigi seguía con sus piernas enredadas en su cadera presionando sobre la dura erección de su alfa que ya estaba comenzando a bajar al ser consciente del cambio de planos.

Los cabellos desordenados de su omega hacían cosquillas contra su pecho, los labios hinchados y rosados por los besos estaban en un leve puchero pronunciado, si aroma seguía igual de dulce por alguna razón.

Su alfa se rió internamente de él, alegre y moviendo su larga cola elegante pero el cabronazo más de allí no le dio ni una pista de lo que sabía, la respiración de Jungkookie se fue acompasando al mismo ritmo que el de su omega, su grande mano acariciando las pronunciadas curvas del bajito, sus feromonas fusionándose con las de él ojiplateado envolviéndolos en su propio y comodo nido.

La mañana fue mucho menos tranquila y muchísimo más movida, yoongi por alguna razón se levantó de un humor de perros o mejor dicho de gatos.

Nada le gustaba, nada le quedaba bien, todo olía mal, todo lo que Jungkookie hacia lo irritaba aún si lo que estuviera haciendo no fuera con él estando presente, la cabeza del Alfa comenzaba a doler y palpitar estresado.

Estaba tentado a buscar en Google "¿Porque mi Omega están tan irritable?" Pero se dijo así mismo que eso sería demasiado estúpido, para terminar de empeorar la situación su Alfa lo había abandonado completamente más interesado en dormir. Maldito perezoso.

La servidumbre se encontraba igual de confundida por los cambios constantes del omega, era alguien muy dulce pero de repente estaba sonriendo y luego lloraba sin más.

Estaba comenzando a preocupar a varios. An la principal dama de Yoongi tenía en mente algunas razones pero estaba totalmente temerosa de decirlas en voz alta, no es que el Min fuera alguien muy temible o amargado como para reprenderla, pero si era verdad su presentimiento esa noticia solo debía darla el omega, y al ser su primer cachorro tendría mucho más protección.

- ¡Jungkook!- la dulce voz grito bajando por las escaleras con pasos apresurados pero pequeños- Jeon!- el mencionado brinco en su propia silla, alisando cualquier arruga que pudiera tener su camisa y poniendo las pantuflas en sus pies, la pantalla de valores frente a él parecía una tarea mucho más facil que manejar a su Omega con mal humor.

Cuando Min por fin entró en su despacho los ojos plateados brillaban molestos sobre él, sus ojos escanearon el corpulento cuerpo del Alfa fijandose en el error frente a sus ojos, su pie golpeó el piso molestó, Jeon suspiro enamorado, aún con ese carácter tan gruñón seguía siendo sexy.

- Alfa- la vocecita pedía su atención de inmediato, Jeon bajo la pantalla de su portátil mandando a la mierda el informe de crecimiento de sus acciones.

-  ¿Ocurre algo, gatito?- preguntó.

- En una hora tenemos una cita con los modistas, ¿Lo recuerdas?- sus ojos fieros y desafiantes quemando su rostro, Jeon relamió sus labios ¿Cuanto duraría en tomarlo de esa pequeña cintura, girarlo y inclinarlo sobre su escritorio?- Organize nuestros atuendos hoy, porque algunas de tus tías y hermanas nos acompañaran, Quiero que nos veamos bonitos- el omega seguía recitando sus preocupaciones, Jeon juraba que ese camisón de seda negro se rompería muy fácil entre sus manos, o tal vez solo debía subirlo hasta su cintura y hacer que Gigi mordiera la tela faltante mientras se empujaba con fuerza dentro de su apretada entrada y sus oídos se llenaban del bonito lloriqueó suplicante mientras mordía las mejillas rosadas que seguramente estarian mojadas en lágrimas de placer.